El amigo de la Villa de La Orotava; ÁNGEL
GARCÍA GONZÁLEZ remitió entonces (22/04/2020), estas notas que tituló; “LAS TRES
PASIONES DE QUILLO
(1934-2020)”: (Los
pies para el balón, las manos para la madera y para África, su gran amor, el alma y la vida enteras).
Comenzó
a jugar al fútbol casi un niño en el Piedad Chico, que así le decían al reserva
del Unión Piedad. A los 17 años, Pedro H. Méndez lo llevó a la U.D. Orotava, entonces
en 2ª categoría en el Campo Quiquirá, donde sería campeón de grupo en enero de
1953 .Ya en 1ª categoría, inauguraría el Campo Los Cuartos, reglamentario, tras
30 años de espera. Y ahí siguió QUILLO inamovible hasta 1963,haciendo famosa la línea media con
Dieppa, al que seguirían Martín, Perico, Bonilla, Berto, Reyes, Tomas, Cubas, y
algún otro hasta su retirada, un tanto dulcificada con el nombramiento de
Seleccionador de Infantiles, Entrenador del Imperial y Atlético Orotava, hasta
matar el gusanillo.
Alegrías
y sinsabores, de las que se recuerdan más las primeras, como ganar la Copa
Heliodoro en 1957 (donde Quillo cantó “Granada” en la fiesta posterior en el
Hotel Victoria),el partido-homenaje frente al Real Unión en 1960,la consecución
del Campeonato de Tenerife en 1961,los viajes a La Palma en la Copa Provincial
en 1960,la Liguilla a Las Palmas en 1958 y 1961,etc…Y también satisfacciones
morales como la frase de Antonio Sánchez (exportero del Celta ) cuando dijo “Conmigo de portero y diez
Quillos seríamos campeones” ó la de Manuel Cabrera Díaz cuando se hizo cargo
del equipo en 1959 y dijo angustiado “El Orotava sólo es Quillo y las botas de
Quillo.
Ya en
el campo de la madera, hizo un perfecto tándem con el tallista Manuel Martín,
que también había hecho sus pinitos en
el fútbol y por tanto ambos sabían de “la pata que cojeaba cada uno”, por lo
que el taller de la Cruz del Teide funcionó a la perfección durante más de
treinta años. Por cierto, ahora que estamos en época de pandemia y que muchos
deportistas se entrenan en sus casas, voy a revelar un secreto de QUILLO: todos
los días, antes de empezar la jornada de trabajo y en el sótano debajo del taller,
donde se secaba la madera, entre tablas de ukola y abebay, él hacía una tabla d,
en gimnasia muy completa, que lo mantenía en forma.
Por
eso, cuando en 1993 fue con el Veterano Orotava a Austria, jugó el partido
completo contra el Ternitz-67 con internadas por la banda, que nos dejó
boquiabiertos, pues hacía 30 años que había colgado las botas. Igual de
sorprendidos se quedaron sus excompañeros del Quiquirá cuando en 1995 se
reunieron en la Hacienda Perdida para festejar el regreso de Venezuela de
MONAGO y oyeron cantar a Quillo isas y folías. Y para homenajes el que le
tributó el Ayuntamiento de la Villa el 11-octubre-2007 (54º aniversario Los
Cuartos) a 15 veteranos setentones con regalos, fotos y almuerzo de hermandad,
curiosamente, en otro Hotel Victoria. Y
la última comida que hicimos juntos con unos 30 compañeros, muchos venidos de
fuera, el 18 de julio de 2013, también en la Finca de Antonio Sánchez, donde ya
Quillo no cantó pero sonrió todo el tiempo con una naturalidad que nos
emocionó.
En
nuestra juventud se hacía el servicio militar. Y todo el mundo tenía miedo que
les tocara África, sobre todo los de la R en el primer apellido. Y QUILLO era
de la P, por Pérez. Pero él quería aprovechar cualquier minuto libre para estar
con África. Incluso los domingos que nos tocaba jugar fuera, se dejaba el
asiento delantero del taxi de Chicho libre para ir a buscar a Quillo a la Cruz
del Teide. Y allí estaba Quillo al pié de África. Pero con el pié en el piche y
la novia arriba en la ventana. Al final de la vida, se cambiaron las tornas.
África al pié de Quillo, en su silla de ruedas pero con una sonrisa que nos
dejaba una sensación de paz cuando nos cruzábamos en la calle con ellos. Dios
los tendrá que premiar…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABREU
PROFESOR MERCANTIL
Muy sentida y sincera glosa. Dios le acoja.
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