Fotografía
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El amigo del
Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces estas notas que
tituló “LA ÚLTIMA GRAN VICTORIA DE LEGRÁ”: “…Entre las mil y pico altas
registradas ayer en las estadísticas españolas de la pandemia, figura la del
que fuera campeón del mundo y de Europa del peso pluma, el hispanocubano José
Legrá. Una alegría: sabíamos de su internamiento en el hospital Gómez Ulla, de
Madrid, donde fue ingresado al presentar síntomas de la COVID-19, por lo que
hubo de ser sometido a un proceso de cuarentena, al ser considerado, además,
paciente de alto riesgo, con 77 años de edad. Ayer pasó a su domicilio. Lo
dicho: una alegría. Seguro que habrá ganado el combate de su vida.
Legrá había sido noticia allá
por el mes de febrero pasado, cuando en la localidad madrileña de Navalcarnero
fue presentado un libro centrado en su figura titulado Arte en el cuadrilátero (Círculo
Rojo) , del que es
autor Benjamín Hernández, con prólogo y epílogo respectivamente firmados por
dos periodistas de postín, Alfredo Relaño y Jesús Álvarez. En la sede de
‘Sasegur’, donde tuvo lugar el acto y donde hay un modesto museo dedicado a su
memoria, Legrá reconoció que el mejor momento que recuerda de su carrera había
sido el de su primer campeonato continental conquistado en Madrid frente al
francés Yves Desmarets.
Legrá, nacido en Baracoa (Cuba)
llegó a España en 1963, “alto y enjuto como un fakir”, según definiera uno de
los más atentos seguidores de su trayectoria, el periodista tinerfeño Antonio
Salgado Pérez (Ansalpe). Legrá en encariñó con la isla porque le recordaba su
Cuba natal. Se afincó, entrenó a fondo, hizo amistad con Juan Albornoz
‘Sombrita’ y ganó los nueve combates que disputó entre nosotros. Solo hizo un
nulo con Kid Tano en Las Palmas de Gran Canaria.
Mediados los años sesenta ya
era un ídolo. Una carrera fulgurante: en un año llegó a disputar veinticuatro
peleas. Le ganó al francés Yves Desmarets, en Madrid, el título europeo.
Después, el Campeonato del Mundo, conquistado en País de Gales, KO técnico en
el quinto asalto, frente a Howard Winstone. Fue la célebre velada transmitida
por Televisión Española en que,al término del combate, el maestro Matías Prats
se subió al ring para cantar, junto al púgil, la canción “¡La, la, la!”, que
unas fechas antes, interpretada por Massiel, permitió a España ganar su primer
Festival de Eurovisión. Españolismo por doquier.
A su regreso, se produjo la
memorable anécdota que ya hemos contado: Antonio Salgado le preguntó para el
vespertino La Tarde qué
sensación le había invadido al ser recibido por Francisco Franco, jefe del
Estado en el régimen anterior: “¡Qué honor!”. Los lectores se encontraron con
un titular bien distinto: “¡Qué horror!”. Vaya trance. Don Víctor Zurita era el
director del periódico, todavía confeccionado con el sistema de linotipias de
plomo. Pidió el original mecanografiado. El periodista había escrito bien. ¿Qué
pasó? Un error de alguien. De los duendes inexistentes.
Legrá, popularmente conocido
como el ‘Puma de Baracoa’ (así le había bautizado el crítico y gran escritor
malagueño Manuel Alcántara), retuvo el título hasta que lo perdió en Brasil
ante Edder Jofré. Su estrella empezó a declinar y poco después decidió
retirarse. “Subí a un ring por un vaso de leche y un plátano y llegué a tener
en la mano trece millones de pesetas”, le confesó a Salgado por aquel entonces,
cuando ya almacenaba las vivencias de su memoria. Dice Ansalpe que fue siempre
muy generoso, ahorrador y desprendido, sobre todo con sus compatriotas. Tuvo
depositados en los bancos ochenta millones de pesetas.
Un estilista, un artista en el
ring. Se había ganado la simpatía de los aficionados por su sonrisa y por sus
juegos de piernas, por sus bailes o por sus bicicletas. Un filigranista de
contundente pegada. Rapidez, agilidad y reflejos eran sus fuertes. En noviembre
de 1973, cayó derribado en el primer asalto por Alexis Argüello. Fue su última
contienda.
Le entrevistamos varias veces.
En una de ellas, ya cpeón del mundo, después de haber publicado su libro Golpe bajo (Ediciones S.A.),
estuvo presente en Radio Popular de Tenerife, donde durante siete años hicimos
ininterrumpidamente el programa “Radio Deportes”. Nos dedicó en directo un
piropo que contamos ahora por primera vez:
-Lo que me admira es que
llevamos aquí media hora, me has preguntado por todo, nombres y combates, y no
has manejado un papel. Dios te conserve la memoria.
Los Rodríguez López fueron algo
más que unos mentores para el campeón Legrá. Allá en Tecina (La Gomera)
entrenaba, bajo la mano experta y siempre atenta de Kid Tunero. En cierta
ocasión, tras la conquista de un título, se desplazó a la isla en una avioneta
de aquella familia. Revela Salgado que ese día vio blanco (¡había cambiado de
piel!) a Legrá después de un bache sufrido por el aparato de un montón de
metros, una turbulencia, que le dejó también sin habla.
José Legrá superó su cuarentena
y su internamiento. A sus 77 años ha ganado el combate de su vida. Y bien que
nos alegramos. “Me siento afortunadamente bien por esos reconocimientos. Con
los buenos amigos y las buenas personas que tengo a mi alrededor ya es
suficiente”, fueron sus palabras al terminar el acto de Navalcarnero. Es
probable que las repitiera al salir del hospital…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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