El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió
entonces (10/07/2020), estas notas que tituló; “HISTORIA
LOCAL”: “…El historiador Eduardo Zalba
pone el alma en todo lo que hace y por eso un acto sencillo y austero como el
que concibió para conmemorar el vigesimoquinto aniversario del Ciclo de
Historia Local que promovió el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias
(IEHC), en colaboración con el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, resultó
ameno e interesante, una plétora de evocaciones y una sucesión de retos para
seguir emprendiendo desde el punto de vista cultural y cualificar la oferta del
municipio en ese ámbito.
A Zalba se le ocurrió hacer un
ejercicio de memoria sobre el citado ciclo, ahora que cumplía un cuarto de
siglo, y para ello convocó a los intervinientes/conferenciantes que ofrecieron
el fruto de sus investigaciones en distintos espacios como el salón noble del
Ayuntamiento o la sede del Museo Eduardo Westerdhal en la Antigua Casa de la
Real Aduana, acariciada casi siempre por la brisa atlántica. Faltaron algunos y
los disculparon su ausencia tuvieron a bien enviar un video o hacer una
grabación para completar una serie de testimonios que, junto a los emitidos
presencialmente, dieron contenido a un acto relevante, de esos que se agradece
haber asistido.
Fue en la sala ‘Andrómeda’, del
complejo turístico ‘Costa Martiánez, dispuesto para cumplir las indicaciones
administrativas vigentes y para acoger a quienes andan interesados en la
historia local, dejando constancia de lo que sucedía pues, salvo de una
edición, no se conservan grabaciones audiovisuales de una iniciativa que ha
posibilitado conocer hechos, episodios, personajes y relatos de estudiosos que
se acercaron a la historia del Puerto atraídos por la singularidad de su
conformación, las características de sus costas, la evolución de sus actividades
productivas y sociales o el por qué de decisiones que resultaron determinantes
en el decurso del pequeño pueblo que gana la autonomía de La Orotava, hace de
su agricultura y de la pesca sus afanes más laboriosos, consolida su vocación
marítima, atrae a las ideas y a los ilustrados así como a los pioneros del
turismo hasta que después de los conflictos bélicos del pasado siglo labró su
indeclinable vocación turística para forjar un pequeña industria que cultivó y
exportó valores, modelos y recursos, enseñoreándose con todo fundamento durante
muchos años en los que encabezó el concierto de los municipios turísticos.
Allí estaba el infatigable
Manuel Rodríguez Mesa, en butaca de primera fila, todo un ejemplo para quienes
se han ocupado de rescatar las esencias. Y estaban muchos que le acompañaron en
los menesteres historicistas o historiográficos del ciclo. Un elenco de postín,
sin exagerar, cuya contribución a estudiar y conocer nuestro pasado es
relevante.
Los portuenses no hemos sido
muy cuidadosos con nuestra historia, con nuestro acervo. Reconozcámoslo. Por
eso, cualquier acercamiento a su estudio, cuidado y difusión debe ser valorado.
Esa falta de sensibilidad debe ser revisada de inmediato. Los pueblos han de
conocer cómo surgieron y cómo y por qué llegaron hasta nuestros días. Se
agradecen, en ese sentido, la dedicación y las iniciativas que permitan la
accesibilidad a los contenidos de nuestros tiempos pretéritos, algunas de las
cuales anticipó, grosso modo, el alcalde, Marco Antonio González Mesa a quien
Eduardo Zalba reservó para el final, con el fin de arrancarle los compromisos
que, al ejercer competencias en materia cultural, está obligado a asumir y
cumplir. Emplazado quedó. Para enriquecer, además, sus esquemas de identidad
portuense.
Tan solo por contar entre sus
hijos a los ‘agustines’, Bethencourt Molina y Álvarez Rixo, la historia del
municipio ya merece un tratamiento y un desempeño más destacados…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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