Fotografía de
su hijo el también artista impresionista; Luis Perera, junto a Ezequiel de León
Domínguez el escultor del siglo XX, en el taller del Barrio de La Luz en la
Villa de La Orotava. Antonio Otazzo primero por la izquierda.
Tengo en mis
manos un cuaderno de pintores a nivel universal, cuaderno testifical del arte
en el mundo, perteneciente a la "Pinacoteca" de la ciudad de Valencia
de la República hermana de Venezuela. Un cuaderno que ha llegado a mi
repisa, a través de mi amigo Luís Perera, ayer electricista y hoy pintor del
impresionismo, con su enternecer artístico en la Barcelona de Gaudí.
Luís Perera me ha facilitado este cuadernillo ilustrativo, para que conociese
la trayectoria de su padre Antonio Otazzo, orotavense de meritísima maestría,
descendiente de Don Luís Otazo Marrero, abogado de la ilustrada localidad
sureña de Arafo, que alternaba su profesión jurídica con su vocación musical.
Fundador de la Banda de Música “Nivaria”, siendo su primer nombre el
de “Numancia”, cambiándole unos años más tarde por el de “Nivaria”, por
considerar que, de esta manera, se representaba mejor a nuestra isla . Por
motivos profesionales Don Luís Otazo, tuvo que trasladarse a la
Villa de La Orotava, lo que no fue obstáculo para que los futuros
músicos se trasladasen a la Villa Norteña, a dar sus clases, utilizando,
como medio de locomoción, el animal, (mulas, caballos, burros). Cuando la
banda tenía que hacer alguna actuación en público, era Don Luís el que se
trasladaba, hasta Arafo, donde efectuaba los ensayos correspondientes y su posterior
actuación en las fiestas del pueblo. Don Luís Otazo Marrero era hijo de Don
Vicente José Otazo Ramos, alcalde de Arafo en el año 1846.
Antonio
Otazzo, es un maestro que esculpe la luz, así lo define Valeriano Garbin; su
pintura es sentimental, generosa, soñadora, sensitiva, llena de luces y
perfume, refinadas las tintas empastadas con el gusto del siglo pasado y la
rebusca de hoy, y con el dibujo en plena libertad en la arquitectura de una luz
esculpida con fuerza y con pasión de una materia que se pierde para tenderse en
leves cromáticos toques. Antonio Otazzo es indudablemente discípulo moral de
Armando Reverón. He aquí la enésima demostración de cómo la cultura filtrada
dentro y a través del recóndito canal de la sensibilidad, pueda convertirse en
instrumento y fuerza de expresión mucho más que las chatas reglas y el
academismo. Antonio Otazzo tiene en la sangre la síntesis reveroniana con la
cual crea la escultura de la luz, y esculpir la luz, se sabe, no es descripción
“intimistica” sino dimensión universal por la salvación de un patrimonio
cultural y moral para transmitir a la historia. Proseguía Valeriano Garbin:
Antonio Otazzo es un maestro, Antonio Otazzo es un hombre de verdad, hombre y
maestro capaz de visiones y de fuerza, capaz de descubrir todavía del mundo de
antaño la mitología del mundo de hoy la más sutil y actual búsqueda. Artista
increíblemente de primera mano pero completo. Antonio Otazzo es artista único
que se rescata a sí mismo con la pintura y rescata la pintura sin copiarse a sí
mismo, con la música, la poesía y el espíritu. Sin copiarse a si mismo, porque
de si mismo tiene un gran respeto, encanta su espíritu de música y de poesía
por se único sobre la tela, espontáneo, vivo, diferente de todo, pintor de
fábula y de misterio, capaz de templar, temeroso, frente a la tela hasta que
ella misma no llega a ser parte de la humana y veces triste historia de nuestro
tiempo. Aunque la modulación de su voz siempre emocionada, pero burlona, a
veces sarcástica más a menudo satírica, de una sátira capaz, si su desesperada
intuición no le convence, de destruir sus preciosas obras con un golpe de
machete.
Antonio Otazzo
se hizo artista para librar de tantos errores a la humanidad, los cirujanos del
arte y los analistas profanos se preguntan que es el arte y que no es arte.
¿Quien hizo el arte y quién no?, ¿Cuándo y a causa de qué? Antonio Otazzo
contesta que es muy posible que también pertenezca a la raza humana. El crítico
Juanjo Guillen, pregunta ¿Quien hizo pintor a Otazzo? Dios. Solo Dios es capaz
de darlo todo, hasta lo más bello y sublime: el arte. Después, Otazzo se
endureció al sol y al aire, como se endureció el barro con el que el Supremo
Hacedor formó al hombre. Y hubo momentos en que el sol se hizo brasa para dar
calor a su vida y su obra; y el viento se hizo huracán para azotarlo,
derribarlo, herirlo, o para llevarle a la ribera de sus aspiraciones. ¿Que
busca Otazzo?: Una justificación a su existencia. Ni medallas ni honores; no
quiere galardones con eco de redobles y alharacas. Busca el éxito de su arte;
le teme a la fama, a las miradas, a la adulación de la ficticia terrenalidad.
Le asusta, nos asusta; la muerte porque son sombras, porque apagan. Le gusta la
luz, la claridad. ¿Que busca Otazzo en su pintura? Acercarse más a las cosas
sencillas terriblemente complicadas: la naturaleza, el paisaje, la expresión
sincera, los sueños irrealizados e irrealizables, los niños con su hambre, sus
colgados; los desheredados, los olvidados; los árboles, la tierra en su
conjunto sus cosas buenas y malas; la tierra sin fronteras ideológicas, la
tierra como espacio abierto a mil contraste, a mil motivaciones, la tierra
abierta a todos, sin cercas, como nos la entregó Dios. Volver, tal vez, a su
antigua raíz mineral para purificarse, para que nos purifiquemos. No se puede
hablar de un hombre, no se puede hablar de todos hombres porque no los
conocemos en un cuadro: el artista, desnudo, porque el artista es sincero con
su obra. Si no conocemos el artista no podemos conocer su expresión reflejada
en sus cuadros.
Antonio Otazzo
Máster en Sátira. Muchas personas pintan por no aburrirse. Pudo ser que es día
llovió y no pudo ir a jugar el té canasta y con un pincel se hizo artista de un
día para otro. Si Vd. señora esposa del doctorcito está aburrida, cansada
etc... Pinte y seguirá confundiendo al público con esas horribles cosas;
recomienda el cotizado artista. Precisamente Otazzo, obtiene en una Universidad
venezolana el grado de Magíster en Sátira, con el cual arremete feroz e
impecable contra los profesionales universitarios que toman la pintura como
hobby, y él en su rebeldía decidió vestirse como universitario con toga y
birrete.
El crítico Don
Elías Rodríguez Arguello, habla de la Parábola del pintor Otazo.
Cuantos dulzores caben en una gota de néctar que liba la abeja; cuantos colores
irradia una gota de rocío; y quien enseñó al pájaro carpintero a horadar la
áspera corteza para construir su nido de amor; y en el oquedal del bosque quien
dirige la orquesta armonía de los trinos; y donde tiene escondido sus colores
el mago que pinta las alas a las mariposas del aire y a las roscas del rosedal;
y donde está el mago del iris que pinta con pinceles de luz y burbujas de aguas
claridiamantillas en las dimensiones del espacio; y cunatos pensamientos caben
en un segundo de silencio. Herpócrates, el mitológicos DIOS DEL SILENCIO, quien
mira con pupilas de dimensiones especiales y se alimenta con fracciones del
tiempo, podría contestar sin letras ni palabras y en páginas inéditas las
preguntas sin respuestas. Y posiblemente, pegando el espiral del oído a
un caracol podríamos escuchar inauditos rumores de un antiguo y viejo mar que
muriera ayer tarde, con el naufragio de sus barcarolas de ensueños en la bahía
del alba y se llevó impresas las acuarelas en el lienzo de sus velas. Y el
pintor Antonio Otazo, un buen día, con todo el so acuesta, se marchó tras las
pisadas sin huellas de Herpócratas, oscilando tiempo y espacio en la íngrima
intimidad desolada del silencio, hasta llegar a la bahía del alba; y en el
recodo de una diminuta ensenada lanzó sus redes y el rumor de caracoles fósiles
le devolvieron los colores fósiles le devolvieron los colores del naufragio del
ayer. Nada es fácil; hasta ahora nadie ha logrado responder, si es el paisaje
que se introduce en las profundas dimensiones del lienzo que se transforma en
redes y sale a pescar, a cazar las perspectivas del paisaje. Pero ambos
elementos, requieren de ser sensitivo HOMBRE...ARTE... Y éste es un proceso de
disciplina constante entre el TIEMPO.... Y EL ESPACIO.... Nada es fácil como
nadie hasta ahora existente, puede imitar el celaje del revuelo de un picaflor;
pero el paisaje es cada vez más difícil, porque vuela a la velocidad de la luz,
y en cada fracción de segundo cambia constantemente. Pero ahí estaba el HOMBRE...
ARTE... Antonio Otazo, cazándolo con la red de su lienzo. Y ahí queda algo, un
celaje un filamento es luz; y los magos del arte captan; y uno mira aquel otro
observa, aquellos remiran y a cada instante la magia de los duendes manifiestan
un algo que nadie antes había mirado. Y ese algo enigmático y magnético es el
arte. Y en Antonio Otazo, tenemos ese intérprete, poseído y en proceso de esa
magia tan abstracta y sutil que nos refleja en el escenario del lienzo una
desalada desolación de inquietantes inquietudes angustiosas que se aperciben de
pronto como un suspenso en escalas de silencio.
Que esta
trascripción le sirva a los orotavenses, para conocer al pintor que esculpe la
luz, un pintor orotavense totalmente inédito en nuestros lares, un pintor tan
artístico y misterioso. Un pintor padre de otro, que los es del impresionismo,
Luís Perera, que empezó siendo electricista, para terminar con el arte de la
vanguardia. Antonio Otazo desde luego es un pintor del progreso y de la
imaginación, un pintor para eliminar el daño a la humanidad, y a la naturaleza
que se produce en el mundo, a través de la ignorancia y de la inquietud. Un
pintor descendiente de músicos, de verdaderos mitológicos de la música, de un
pueblo mitológico como Arafo. Pueblo eminente musical y artístico.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
Coño, Bruno, ¡bordado!
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