martes, 30 de mayo de 2017

MIGUEL ÁNGEL, LOLA, ANGELITA Y MÁXIMO



Fotografía correspondiente al  domingo de las fiestas Mayores de la Villa de La Orotava (romería de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza), en el mes de junio del año 1946.
Tomada en la plaza de Franchi Alfaro en el lado derecho norte, delante del Colegio de San Isidro, aún no había llegado la comunidad de los Salesianos, estaba en activo por la mañana con unos profesores civiles (cultura general hasta el ingreso del bachiller) y por la tarde con el Colegio de segunda Enseñanza del Gran Poder de Dios del Puerto de la Cruz.
De izquierda a derecha; Miguel Ángel Barbuzano González, con diez años de edad, aún con pantalones cortos, se quedaba temporadas y por las fiestas en casa de mis padre en la calle el Calvario.  Lola Álvarez Abréu (mi hermana mayor), entonces con 13 años,  estudiaba en el colegio de La Milagrosa de Las Hermanas de La Caridad. Angelita Hernández García (que conocemos por Angelita Castro), que fue la señora del recordado profesor de inglés Félix Calzadilla Rocío. Y Máximo  Hernández García con 13 años, (que conocemos por Máximo Castro), es el que más entiende de procesiones, y de las oraciones nocturna.
Entonces organizaba procesiones con los niños de la calle El Calvario, tenía su altar en el cuarto del papel de la imprenta de su padre don Lorenzo Hernández Castro, hacía sermones y tenía montada su propia capilla en la azotea de su casa en la calle El Calvario, que una vez casi no mata a un gato que le rompió todos sus enseres infantiles.
Los cuatros con caras de felicidad, en plena posguerra incivil española, por divertirse en las fiestas de La Villa de La Orotava.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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