Fotografía
correspondiente al domingo de las
fiestas Mayores de la Villa de La Orotava (romería de San Isidro Labrador y
Santa María de la Cabeza), en el mes de junio del año 1946.
Tomada
en la plaza de Franchi Alfaro en el lado derecho norte, delante del Colegio de
San Isidro, aún no había llegado la comunidad de los Salesianos, estaba en
activo por la mañana con unos profesores civiles (cultura general hasta el
ingreso del bachiller) y por la tarde con el Colegio de segunda Enseñanza del
Gran Poder de Dios del Puerto de la Cruz.
De
izquierda a derecha; Miguel Ángel Barbuzano González, con diez años de edad,
aún con pantalones cortos, se quedaba temporadas y por las fiestas en casa de
mis padre en la calle el Calvario. Lola
Álvarez Abréu (mi hermana mayor), entonces con 13 años, estudiaba en el colegio de La Milagrosa de
Las Hermanas de La Caridad. Angelita Hernández García (que conocemos por
Angelita Castro), que fue la señora del recordado profesor de inglés Félix
Calzadilla Rocío. Y Máximo Hernández
García con 13 años, (que conocemos por Máximo Castro), es el que más entiende
de procesiones, y de las oraciones nocturna.
Entonces
organizaba procesiones con los niños de la calle El Calvario, tenía su altar en
el cuarto del papel de la imprenta de su padre don Lorenzo Hernández Castro,
hacía sermones y tenía montada su propia capilla en la azotea de su casa en la
calle El Calvario, que una vez casi no mata a un gato que le rompió todos sus
enseres infantiles.
Los
cuatros con caras de felicidad, en plena posguerra incivil española, por
divertirse en las fiestas de La Villa de La Orotava.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
Mi madre, Angelita Castro, tenía 16 años en esa foto
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