Y aquí, la
imaginación del Tabernáculo de Guisepe Gaggini nos traslada al interior de la
Monumental Plaza del Ayuntamiento de La Villa de La Orotava, plaza de la
descomunal Alfombra de tierras. ¿Sabéis quién fue José González Alonso?.
Dibujante, escultor, delineante, alfombrísta, decorador, quizá la figura señera
de uno de los periodos más creadores de la historia de La Orotava, la historia de
la Academia de Dibujo del maestro “Perdigón”.
Era un artista
genial, y en sus actividades alfombrísticas dejó impresa una garra de gigante.
Pero ese gigante lo creaba con los mejores tesoros extraídos del Teide, como el
cobre de los azulejos o el polvo anaranjado de Izaña. Sus grandes alfombras son
el resultado de un gran quehacer artístico y de un gran esfuerzo de muchos años
de trabajo. Se fueron Don Felipe Machado, Don Norberto Pérera, y Don Pedro
Méndez. Ahora, José González Alonso; y muchos de aquellos anónimos alfombristas
a quienes la Villa conoció y escuchó. Es verdad; que Pepe se quedó solo. Hubo
un tiempo en el que le gustó estar solo, el único, el más ingente, el más
confidente de sus propios secretos. Sus alfombras, su arte, sin par, sin rival,
era lo más admirable para el florecimiento de la Villa de La Orotava. Sí, estoy
solo, - decía asiduamente Pepe -, me acompañan mis hijos, y el aire de la
primavera, permanezco aquí con los pies en las tierras multicolores, mientras
se me aparece en el seno del “Boceto” su noble y encantadora faz
resplandeciente de claridad celeste, y las sombras de los rostros plasmados en
las losetas de la plaza.
En el año 1982
el amigo de la infancia en la calle El Calvario de la Villa de la Orotava; JUAN
DEL CASTILLO Y LEÓN remitió estas notas; “…que era impresionante, desde la escalinata de esa
especie de Catedral sin nombre, que es la Plaza Mayor, - la plaza del
Ayuntamiento de La Villa de la Orotava -, ver las manos de nuestros artistas
posadas como palomas, gestando, haciendo nacer el milagro. No hay ni pincel, ni
paleta, sino todo lo hacen las manos, lo mismo desgranando los pétalos, que
moldeando las tierras. Juan del Castillo brindaba la noche de fantasía, la
noche del miércoles de la infra - octava del Corpus, la idea de hacer un
monumento a las manos de los artistas orotavenses, que lo comprenda a todas, a
las que tienen perfume de nobleza y a las encallecidas por el trabajo, las de
los alfombristas y las de los que lo son, porque tan artistas como éstos son
las artesanas de nuestros bordados y calados, y los maestros de la ebanistería
y la carpintería…”
DIFÍCILES
TRANSPARENCIAS jamás logradas hasta la fecha por ningún otro artista en el arte
efímero, de la luz, de los velos de las féminas, de las sombras, realizando una
panorámica surrealista a un arte jamás visto hasta la fecha en esa plaza
Evidentemente
en el año 1988 Don José González Alonso dejaba la plaza (nunca se supieron las
causas exactas), esa especie de Catedral sin nombre, parece que había terminado
una obra digna de tal honor; había escrito una verdadera historia de la
alfombra eclesiástica, donde se hallaban templete, rostros, fondos, paisajes,
nubes, y sombras; fragmento de las Etimologías, buena parte de la Regla
Apocalíptica del Nuevo y Antiguo Testamento, muchos rostros de santos y de
varones ilustres, y otras cosas más florecientes y grandiosas. El cuerpo de su
obra lo formaba la colección de los Concilios orientales y occidentales. Era un
monumento único de ciencia canónica resplandeciente.
En la Catedral
Consistorial le sustituía otro gran escultor de su misma escuela villera
Ezequiel de León Domínguez, que posteriormente dio paso al actual alfombrísta
el licenciado en Bellas y Artes Domingo Expósito. La marcha de Pepe de su
cátedra fue sorprendente, cuando su arte estaba en plena extensión, cuando su
arte era único, espléndido y sobrenatural. A la Orotava le ha costado volver a
recuperar esta página, la del artista piadoso que nos dejó para siempre el
pasado lunes en plena primavera y en pleno mes de mayo, porque esta excelente
pagina de Don José González Alonso, ya merecía el honor de poner en ella su
imagen, justamente con las de sus antecesores Don Felipe, Don Norberto y Don
Pedro.
Pepe González Alonso, nació en la Villa de La Orotava en el año 1925,
trabajó confeccionando las alfombras de la plaza del Ayuntamiento desde el año
1937, y además afanó de delineante en un estudio de arquitectura del Puerto de
la Cruz, según me cuenta el amigo y convecino orotavense arquitecto técnico -
aparejador, licenciado en Ciencias de la Información por la universidad de La
Laguna Evaristo Fuentes Melían “ESPECTADOR”.
Don José, -
Pepe para todos sus queridos admiradores y discípulos, ahora desde su nueva
morada mira en torno a la plaza aprovechando la claridad de la mañana. Desde
arriba puede ver la majestuosidad de la Cúpula y torres gemelas de la
Concepción, el espíritu de la calle de la Carrera con sus misteriosas mansiones
y el palacio Consistorial diseñado por Don Manuel Oraa en el siglo XIX, estos
rincones le traerá perfume de las Cañadas, en tierras multicolores, que al pies
del gigante y padre Teide hacen de cobijo.
Si; ahí tienes
el ancho de la cátedra. Está esperando. La Cátedra alfombrística siempre espera
palabras como llamas. Pepe te ruego que encienda de amor todo esto. Porque dos
obras tuyas me llenaron de placer; tu dibujo a pluma, realizado en la Academia
de Dibujo en el año 1954, de la Perspectiva del interior de la Basílica de San
Pedro de Roma, y la belleza de tu artística alfombra que plasmaste en la gran plaza
que en él años 1906 había diseñado el arquitecto Mariano Estanga, parejo al
tabernáculo de Nuestra Señora de la Concepción, que embellece su nave central,
adorna el altar mayor, y presenta características neoclásicas, que para su
realización se empleó el mármol y el jaspe de origen italiano.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
Amigo Bruno, cuando quieras de forma personal te cuento las causas
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