domingo, 28 de mayo de 2017

SAN ISIDRO LABRADOR Y LOS REALEJOS



El amigo de la Villa de Los Realejos; JERÓNIMO DAVID ÁLVAREZ GARCÍA remitió entonces (2015) estas notas que tituló; SAN ISIDRO LABRADOR Y LOS REALEJOS“; "...San Isidro (1070-1130), patrono de los agricultores y de la villa de Madrid, nació de padres humildes en esta localidad. Casó con Santa María de la Cabeza y la tradición le atribuye numerosos milagros, (el del pozo, del molino, de la olla, de la sanación, segundo milagro del pozo,de los celos o de los bueyes).
Su presencia en Los Realejos, viene documentada por don Guillermo Camacho y Pérez-Galdós en su obra, "Iglesias de la Concepción y Santago", cuando nos introduce en su devoción en el antiguo Realejo Alto. El 9 de agosto de 1676, es entronizado en el Altar Mayor de la parroquia de Santiago, pues "colocó a su costa el mismo Martínez Carranza, con solemnísima fiesta, un San Isidro Labrador".
Los investigadores realejeros Jonás y José Hernández, en "Fiestas de Mayo de Los Realejos", dan cumplida cuenta de la fiesta religiosa y popular de esta advocación, que durante un tiempo rivalizó con la fiesta de San Benito Abad, (esta devoción se circunscribía a la ermitá homónima y tierras de labor adyacentes, siendo atendido por la familia González de Chaves). Con el paso del tiempo "la festividad de San Isidro Labrador se desarrolló bajo la influencia de múltiples factores, como por ejemplo la popularización de la fiesta a través de la formación improvisada y espontánea de las primeras romerías, así como su posterior vinculación al Franquismo o a los elementos relacionados con el Tipismo que la invaden durante muchos años, configurándose de esta manera las fiestas de las que hoy disfrutamos".
El fenómeno festivo de las romerias, queda bien reflejado en la explicación de Juan Rodríguez de la Cruz: "...en sus primeros momentos, la fiesta tenía un marcado carácter rural, y eran los labradores los que celebraban al Santo madrileño, asistiendo a los actos religiosos y a los regocijos que se ocasionaban una vez terminados los primeros. Concurrían de todos los lugares circundantes y como vehículo de transporte traían las carretas con las estacas laterales hincadas, de igual manera que cuando en los campos cargaban la mies. Entre los palos se sujetaba una sábana a manera de toldo, y la decoración se conseguía con hojas de palma, ramas, flores, banderillas y farolillos de papel. Llegado el día de la celebración, una vez terminda la misa, salía la procesion. Los romeros se unían a ella con sus animales para que fueran bendecidos, acudiendo a la fiesta con el mejor vestuario disponible".
En Los Realejos, municipio de antigua tradición agrícola, el patrono de los labradores goza de especial devoción. Esta queda patente en la celebración religiosa y romería chica del 15 de mayo, (conmemoración de su fiesta religiosa) y en la Romería del último domingo de mayo, declara Fiesta de Interés Turístico Nacional), siendo uno de los tres pilares en los que se fundamentan las Fiestas de Mayo (junto a la Fiesta de Cruz y el lunes de Remedios)...“

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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