El amigo de la Villa de Los Realejos; JERÓNIMO DAVID
ÁLVAREZ GARCÍA remitió entonces (2015)
estas notas que tituló; “SAN
ISIDRO LABRADOR Y LOS REALEJOS“; "...San Isidro (1070-1130), patrono de los agricultores y de la villa de Madrid,
nació de padres humildes en esta localidad. Casó con Santa María de la Cabeza y
la tradición le atribuye numerosos milagros, (el del pozo, del molino, de la
olla, de la sanación, segundo milagro del pozo,de los celos o de los bueyes).
Su presencia en Los Realejos, viene
documentada por don Guillermo Camacho y Pérez-Galdós en su obra, "Iglesias de la Concepción y
Santago", cuando nos introduce en su devoción en el antiguo Realejo
Alto. El 9 de agosto de 1676, es entronizado en el Altar Mayor de la parroquia
de Santiago, pues "colocó a su
costa el mismo Martínez Carranza, con solemnísima fiesta, un San Isidro
Labrador".
Los investigadores realejeros Jonás y José
Hernández, en "Fiestas de Mayo de
Los Realejos", dan cumplida cuenta de la fiesta religiosa y popular
de esta advocación, que durante un tiempo rivalizó con la fiesta de San Benito
Abad, (esta devoción se circunscribía a la ermitá homónima y tierras de labor
adyacentes, siendo atendido por la familia González de Chaves). Con el paso del
tiempo "la festividad de San
Isidro Labrador se desarrolló bajo la influencia de múltiples factores, como
por ejemplo la popularización de la fiesta a través de la formación improvisada
y espontánea de las primeras romerías, así como su posterior vinculación al
Franquismo o a los elementos relacionados con el Tipismo que la invaden durante
muchos años, configurándose de esta manera las fiestas de las que hoy
disfrutamos".
El fenómeno festivo de las romerias, queda
bien reflejado en la explicación de Juan Rodríguez de la Cruz: "...en sus primeros momentos, la fiesta
tenía un marcado carácter rural, y eran los labradores los que celebraban al
Santo madrileño, asistiendo a los actos religiosos y a los regocijos que se
ocasionaban una vez terminados los primeros. Concurrían de todos los lugares
circundantes y como vehículo de transporte traían las carretas con las estacas
laterales hincadas, de igual manera que cuando en los campos cargaban la mies.
Entre los palos se sujetaba una sábana a manera de toldo, y la decoración se
conseguía con hojas de palma, ramas, flores, banderillas y farolillos de papel.
Llegado el día de la celebración, una vez terminda la misa, salía la procesion.
Los romeros se unían a ella con sus animales para que fueran bendecidos,
acudiendo a la fiesta con el mejor vestuario disponible".
En Los Realejos, municipio de antigua
tradición agrícola, el patrono de los labradores goza de especial devoción.
Esta queda patente en la celebración religiosa y romería chica del 15 de mayo,
(conmemoración de su fiesta religiosa) y en la Romería del último domingo de
mayo, declara Fiesta de Interés Turístico Nacional), siendo uno de los tres
pilares en los que se fundamentan las Fiestas de Mayo (junto a la Fiesta de
Cruz y el lunes de Remedios)...“
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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