Estaba
buscando la biografía sobre este maestro del arte de La Villa de La Orotava don
Ambrosio Díaz Afonso, un maestro del alfombrísmo y de la romería de San Isidro,
toda su vida fue funcionario oficial administrativo de la FAST (Cooperativa
Agrícola Norte de Tenerife). Un hombre que conjuntamente con los señores don
Cesar Hernández Martínez, don Lorenzo Hernández Castro, don Inocencio García
Barlet y don Eulogio Borges Coello desde la trastienda de la sociedad cultural
del Liceo de Taoro, allá en el mes de junio del año 1936, muy poco antes de
estallar la contienda incivil en España, organizaron por primera vez la Romería
de San Isidro, y en el año 1954, tras la marcha al pueblo andaluz de Rota del
maestro gaditano y director titular de la Banda de Música Municipal de La
Orotava don José Berenguer Sánchez, fundaron la Banda de Música de la
Agrupación Musical de La Villa de La Orotava, contratando como director a uno
de sus amigos el músico don Ernesto Correa Negrín.
Buscando en
las carpetas de mis archivos, encuentro unas notas que mi querido amigo desde
la infancia de la Villa de la Orotava; NAZARIO HERNÁNDEZ GARCÍA “CHILE”: “… Me atrevo a afirmar, sin temor a equivocarme que en
aquel tiempo no hubo manifestación artística en la Villa" donde no tuviera
mano don Ambrosio. Sería impensable y diría, no cumpliría las normas de
exactitud, si eso ocurriera. Desde el dibujo en todas sus distintas facetas,
pintura, alfombrista creador de ideas; presididas todas por el arte, fueron
fruto de su amplia dosis de buen gusto y habilidad.
y como
ahora La Orotava está ya "pisando los umbrales" de sus
fiestas mayores, que son compendio de arte y fe, empieza ya a sentir la
responsabilidad de tan importante acontecimiento, se acometen ya los trabajos
de presentación de actos que comienzan siempre en la colocación del toldo que resguarda
la plaza del Ayuntamiento de las posibles inclemencias del tiempo. En los
jardines despiertan ya de sus sueños invernales la frondosidad y colorido, se
comienza la recolección de flores, preparándose y estudiándose su deshojado y
engrasando la maquinaria para el picado del brezo, su posterior tostado y
quemado. Se inician los trámites pertinentes para la recogida de las arenas del
Teide. Los "GUACHINCHES" revisan sus existencias de vino que
ofrecerán al futuro cliente y las vendedoras de esos turrones de Tacoronte que
nunca faltan. Se espera a la presentación del cartel y programas que nos
anuncian todos los festejos. El pregonero prepara ya el texto de su mensaje.
Sin olvidar la preparación y revisión del traje de mago, el traje típico, que
da el mayor colorido a la Villa. La banda de música de la Agrupación Musical
ensaya el Tantum Ergo.
En estas
fechas es inevitable tener presente a don Ambrosio, mi corazón rebosa de
agradecimiento y admiración, por la amistad que nos ofreció.
Creo que estas
letras son el pequeño homenaje que le debemos. En el arte alfombrístico, arte
efímero como se le denomina, su aportación no tiene límites y por lo tanto no
puede enumerarse si no admirarlo como todo un conjunto, sin destacar ningún
tapiz en particular. Yo que tanto aprendí de su sabiduría no me siento
capacitado de hacer distingos en su faceta alfombrística, pero si me atrevo a
recordar un montón de anécdotas que amplían aun más mi admiración. Fueron
muchas y muy variadas, la calidad que imprimía en todas ellas, pero si me
atrevo a elogiar y cantar las excelencias de la que refleja la fotografía
adjunta. Obsérvese que refleja un paño calado con fondo de brezo quemado y al
centro el motivo eucarístico. El calado confeccionado con un sin fin de
margaritas blancas de diferentes tamaños cortados en cuatro pedazos cada una.
No es necesario exponer las dificultades que hubo que salvar con tantos tamaños
de flor y encajarla, una por una en su debido lugar, fue tanta la pulcritud que
puso en esta alfombra, que subía a las azoteas de los edificios colindantes y
desde allí prismáticos al hombro, rectificaba la posición de cada parte de
margarita, temblábamos cuando veíamos que se iba a las azoteas. Se
confeccionaba esa alfombra, arriba en el cruce de la calle La Carrera y Calle
Colegio y era patrocinada por la familia de Brier. Quiero recordar
también aunque este recuerdo es más lejano que confeccionó en la plaza del
Ayuntamiento un amplio tapiz no con tierra del Teide si no con fruto de la
huerta, pero no puedo dar detalles más concretos.
En cuanto a su
participación en la organización de la Romería, solo diré que fue uno de los
puntales básicos en los que se apoyo tal acierto. Imagínese las dificultades
que encontrarían los organizadores, políticamente hablando, cuando un mes mas
tarde fue lo que se conoció como alzamiento nacional. Según el acta de la
reunión celebrada el nueve de junio de mil novecientos treinta y seis, reunidos
bajo la presidencia del titular Don Cesar Hernández Martínez, Don Felipe
González Méndez, Don Lorenzo Hernández Castro, Don Juan Alvarez Armas, Don
Vicente Miranda Hernández, Don Inocencio García Bartlet, y Don Eulogio Borges
Coello, la junta acordó unánimemente: " celebrar las fiestas de San Isidro
de magos en el teatro Atlante de cantos y bailes regionales en las terrazas del
mismo Teatro y una Romería a la hora de la procesión de San Isidro el domingo
21, verificándose el baile el sábado por la noche" .
En cuanto a la
Romería es obligado decir que Don Ambrosio fue un eficaz colaborador, poniendo
siempre a disposición de la misma su amplio bagaje, buen gusto y acierto.
Recuerdo con asombro cuando una de las carretas que confeccionaba por encargo
de don Casiano García Feo, que entre varios árboles del decorado colocó a un
muchacho que con su silbido imitaba con extraordinario acierto el canto del
mirlo. El chico iba escondido en la "arboleda" y el público,
totalmente extrañado lo buscaba sin encontrarlo. Sus carretas rebosaban arte y
tipismo envuelto en todo ese acierto y ambiente campestre que sabía inyectar a sus
obras. En sus aportaciones a la Romería ponía de relieve toda su sabiduría,
dándole un aire de buen gusto y encuadrado todo en un marco de auténtico
costumbrismo y absoluto respeto al ambiente. Era un artista que al arte creo
para su deleite.
Con estas
líneas llenas de admiración, pero insuficientes por la grandeza de esta persona
de la Villa, todo el agradecimiento por tan grande aportación al bien de
nuestro pueblo…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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