Fotografía correspondiente a la Romería de San Isidro Labrador y Santa
María de la Cabeza del año 1955, propiedad de los archivos particulares de mi
amigo desde la infancia en la Calle El calvario de la Villa de La Orotava; MANUEL
FARIÑA HERNÁNDEZ.
La panorámica está sacada casi desde el anexo de mi domicilio actual en la
Calle El Calvario de La Orotava. Primeras fotos en color que aparecen por este
territorio que tardaban un mes por revelarse en Madrid, las cuales se mandaban
a través del correo corriente.
Vemos mezclas de colores en el vestir de magos y magas, prevalece el negro
y el rojo, pero lo más importante del desfile histórico que se desarrolla desde
el año 1936, es el orden, equilibrio, respeto en el vestuario y en el jolgorio.
Muchos espectadores, más que romeros, todos en orden y atentos al paso de
los romeros. Destacando la calle como era entonces, con la mansión del
recordado Hotel Suizo, entonces propiedad de don Pedro y doña Ciriaca Fuentes,
la casa de los Castro y muchas más que formaban el armonio y lo natural de los
habitantes de aquella década prodigiosa.
Según el amigo y convecino de la Villa de La
Orotava heraldista, escritor, investigador Antonio Luque Hernández. Fiestas
Mayores no Fiestas Patronales, porque la Villa de La Orotava está desde su
origen bajo el patronazgo de la Santísima Trinidad —de ahí el nombre del
Hospital, primera fundación benéfica del lugar, ya funcionaba en 1511—. En la
antigüedad las fiestas mayores eran las de la Circuncisión y la Invención de la
Cruz. La de Corpus adquirió protagonismo sólo a partir de la consolidación de
las Alfombras de Flores y la de San Isidro es mucho más moderna.
Recatando unos valiosísimos escritos del recordado e inolvidable cronista
oficial de La Orotava, ex-maestro nacional Benjamín Afonso Padrón, que publicó
el desaparecido semanario orotavense "Canarias", aludidos a las
fiestas mayores de la Villa del año 1.955, que comienza diciendo: La Octava del
Corpus Christi es para esta Villa de La Orotava, la más feliz coyuntura en lo
que a demostración de su fe y de su arte se refiere. Y hablando del arte, de
los artistas, del material natural que utilizan; la flor, el brezo. El olor
aromático que embellece las pinas calles de la Villa en homenaje a la majestad
divino que los orotavenses confeccionan desde la madrugada para luego al caer
la tarde, verlas morir, Benjamín Afonso Padrón expresaba: Que millares de
personas recorren sus pinas calles admirando la original y magnífica tapicería
floral, que es arte delicado conservado a lo largo del paso de las
generaciones, con tal celo, que cada año se observa dentro de la ya
característica perfección, un afán de superarse, de elevarlo al límite de todas
las posibilidades de realización artística del hombre. Por ello, este arte
originario de esta Villa de La Orotava, lleva impreso un sello de magnificencia
tal, que el espíritu se siente como transportado a regiones de ensueño, en las
que ha surgido una maravillosa ciudad, entre aromas de innumeras flores, cuyos
pétalos son colores de la mágica paleta de un ser misterioso -acaso el ser que
pudiera ser símbolo de nuestra raza profundamente religiosa- que pinta sobre el
lienzo vegetal del brezo de los montes, sugestivas estampas eucarísticas, que
se inmolan en las calles, entre el palpitar fervoroso de un pueblo que vive
bajo los resplandores áureos de la Custodia. Las alfombras de flores han
sorprendido a mi espíritu deambulando por el campo de las inquietudes
artísticas para ungirlo con los efluvios de su armoniosa belleza. Desde aquel
instante en que por primera vez vio a la Orotava con sus regias galas florales,
comprendió que había venido a habitar a un pueblo de geniales artistas que
tienen a gala -ojala aconteciera así en todos los pueblos del mundo- derramar
en sus calles el numen de su inspiración, para que la pisada de Cristo por el
Camino espinoso de nuestro pecado, sea acariciada por los pétalos de las
flores, en los que vive el ósculo piadoso de las generaciones.
Continuando con la descripción de las fiestas patronales, mensaje que
manifiesto a todos mis paisanos de La Orotava, dejando al recordado Benjamín
Afonso Padrón para posterior acabar con su narrativa sobre la Romería de San
Isidro, y así calar en la actualidad, y afirmar del actual alfombrita Don
Domingo Expósito encargado de la elaboración del colosal tapiz de la plaza del
Ayuntamiento. Don Domingo Expósito es licenciado en Bellas Artes por la
Universidad de La Laguna, sus comienzos profesionales los realiza como profesor
de Dibujo de BUP y COU en un colegio privado. Más tarde fue nombrado concejal
de Cultura y Deporte del Ayuntamiento de La Orotava. Su inclinación artística
lo empuja a trabajar en la confección de alfombras en distintos municipios
tinerfeños para acabar, a finales de 1.991, como director de la academia
municipal de dibujo de La Orotava y autor también de los tapices de la plaza
del Ayuntamiento. Con respecto a la opinión del público general que
espera consolidar el gran tapiz de la plaza, Domingo argumenta: La Verdad es
que el público es bastante crítico. Hay que tener en cuenta que por un lado es
una tradición que lleva cerca de un siglo aquí en La Orotava y por otra parte
mi experiencia y la del equipo. En corto tiempo que hacemos el tapiz de la
plaza, no se puede pretender que en este espacio tan corto se pueda alcanzar la
maestría de un equipo que llevaba cerca de cuarenta años haciéndolo. Lo que más
se habla en la calle relativa a los presupuestos de las alfombras que a veces
ha accedido abjurarse de cuantioso, el actual alfombrista Domingo Expósito,
afirma: Que la verdad es que se hace difícil calcularlo, puedo decir que antes,
el presupuesto rondaba los tres millones de pesetas, pero ahora, la gente que
trabaja lo hace de una forma desinteresada y lo que reciben a cambio es una
gratificación por parte del Ayuntamiento que consiste en dos o tres cenas que
tienen lugar antes, durante y después de las fiestas.
Cuscoy, decía que en la Villa nació la costumbre de cubrir las
calles con alfombras de flores en la festividad de la Octava del Corpus
Christi. Es un arte inimitable que revela una fina sensibilidad. Las Calles
en cuesta ofrecen una mágica perspectiva en colores: largos tapices y bellas
obras con temas eucarísticos, totalmente confeccionados con pétalos se
tienden sobre el empedrado. En la Plaza del Ayuntamiento se confecciona
un gran tapiz en el que solamente se emplea tierras de colores. Pero
estas tierras no son teñidas sino que sus colores son naturales y casi todas
ellas proceden de Las Cañadas del Teide. Los tonos mates y las delicadas
tintas le comunican al tapiz una suavidad de gobelino. Así definía el
villero universal Don Luís Diego Cuscoy el arte de su adamadura, porque
La Orotava era su remembranza inagotable.
Al Corpus y a las flores que le custodian, le cantó el imperecedero poeta
de Icod de Los Vinos Emeterio Gutiérrez Álbelo, poeta ilustrativo, romántico,
apasionado por las vivencias y costumbres de nuestro terruño. Participó
en numerosas fiestas de arte y juegos florales: “…Corpus
Christi. / Cuerpo / de cristal / y de fuego. / Búcaro
de amapolas. / Haz de espigas, ardiendo. / Alfombras de
fragancias / sobre la voz del Viento. / Pan redondo / y
supremo. / Arco / Tenso / con su flecha de luz, /
clavada en el misterio. / …”
El Corpus era resaltado por el triunfante juglar Emeterio, porque su
arte constituye una muestra original de gran belleza, que refleja la
inclinación estética del canario. Mientras que, las calles de la Villa
se cubren de alfombras o tapices de flores para el paso del Divino
Redentor. Las arenas multicolores extraídas de los celebren azulejos del
Teide cubren ese gigantesco y original tapiz de la histórica y
encantadora placeta del Ayuntamiento. La Orotava se aborrascará de su arte
consuetudinario.
Dejando el arte de las alfombras de la Villa, nos equidistamos
en la segunda parte de las fiestas patronales de La Orotava del año 1.955,
accedemos a otro artificio de aires campesinos y folklorista que es la Romería
de San Isidro, el "Canarias" tituló "Tesoro de Belleza, de
Equilibrio, de Alegría", observándose fotografías de artísticas carretas
de un original motivo típico, entre ellas citan las proyectadas y dirigidas por
los orotavenses; Don Ambrosio Díaz Afonso y la Señorita dª. Leonor Ascanio y
Monteverde. Si las alfombras de flores gozan de justa fama, no le va tampoco a
la zaga en popularidad, la Romería de San Isidro, esa maravillosa estampa
viviente que es relicario de nuestras tradiciones. La Romería, así como las
alfombras, ha sido cantada por nuestros poetas, ha ido de pueblo en pueblo en
alas de la fama para así, cuando ella surge a la llamada de la fecha, toda la
isla sé de cita en la Villa de La Orotava y sus calles silenciosas se pueblen
de rumores, con San Isidro y Santa María de la Cabeza. Mucho se ha escrito de
las Alfombras y de la Romería, no obstante, el tema es inagotable porque sus
facetas no tienen número. El cronista Benjamín Afonso Padrón decía de la
Romería, las más bonitas de Canarias, como dice la copla: Que siempre nos llega
de lejanas tierras un recuerdo, unas palabras de quienes vinieron a esta Villa
para admirarla; y aunque el tiempo pase queda en el espíritu la remembranza de
la jornada de la Romería.
Una carta del mantenedor de la Fiesta de Arte del mencionado año 1.955,
Fiesta que organizó el citado Semanario "Canarias", Don Santos
Beguiristain, Canónigo de Pamplona: Y en medio como un belicismo sueño, la
misión maravillosa de la Isla y del Valle, Las Cañadas y de las Fiestas. Mucho
me encantó la procesión Eucarística; pero más, mucho más -en su propio orden-
la Romería de San Isidro. No saben Uds. el delicioso tesoro de belleza, de
equilibrio, de alegría, que delata esa parada encantadora... Y hasta
Septiembre, si Dios quiere. Hemos de completar la exploración vertical de la
isla, tocando el Teide. Las frases del culto eclesiástico no pueden ser más
encomiásticas ni sinceras. En ellas no viene como un mensaje cariñoso. El
sentimiento de admiración de quien nos concedió el honor de ser el artífice del
brillante cierre de una velada literaria cuyo éxito no radicó principalmente en
los organizadores, sino en el acogimiento que el público la dispensó y en el
verbo cálido y fervoroso del ilustre Canónigo. Aquellas palabras del quimérico
mantenedor de la Fiesta de Arte del año 1955 Sr. Beguiristain, -Ilustre
Canónigo del Colegio Mayor Universitario de San Pablo de Madrid, Canónigo de
Pamplona, tan conocido, entonces, por su arrolladora y convincente elocuencia
de que ha dado prueba en innumeras ocasiones, tal como en los actos del
Congreso Eucarístico de Barcelona del mencionado año, en que con su palabra fue
verdadero propulsor del entusiasmo de los millares de congresistas-. Pues son
la aureola de una fiesta de Romería, que sus ojos contemplaron cual si se
posaran en la corriente de un río maravilloso: este río de romeros que cada año
surge de las entrañas de la Tradición, en la jornada festera del Corpus y San
Isidro Labrador. San Isidro patrón madrileño ansioso de pasear por las calles
de La Orotava. Lo hemos visto en esas banderolas que han montado guardia a la
puerta de su Ermita. Y en ese regocijo festero que va apoderándose de la PLAZA
FRANCHI ALFARO Y DE LA CALLE DEL CALVARIO: Si canto, me dicen
loco; / y si no canto, cobarde; / Si bebo vino, borracho; / y si no bebo,
miserable. /
El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN ALÍA “ESPECTADOR”, remitió
entonces estas notas: “…JUNIO AÑO 1955. Mis FIESTAS MAYORES DE LA OROTAVA
JUNIO 1955. (SEGÚN MIS NOTAS DIARIAS). CONTEXTO
AMBIENTE. Yo, con 16 añitos de edad, ya jugaba de vez en cuando de peón al
pericón (juego de cartas también llamado del envite entre seis, tres contra
tres) y a la ronda en el Liceo viejo en algunos bares. No tenía la edad,
pero me dejaban entrar con mi pandilla, casi todos mayores que yo, habían
cumplido ya los 18.
MIÉRCOLES 15 JUNIO 1955
Vísperas de las Fiestas. Cabalgata de Gigantes y Cabezudos.
JUEVES 16 JUNIO 1955,
Octava del Corpus Christi. Por la mañana ayudo, con mi
amigo Santiago Estévez González, a hacer la alfombra del Colegio Salesiano,
en la calle trasera de la Parroquia. Por la tarde vamos a la zona urbana de La
Parada, a Casa Segundo y tomamos algo. Luego recorro las alfombras con mis
amigos Evelio, Lorenzo y compañía.
VIERNES 17 JUNIO 1955
Por la tarde, fútbol amistoso (En estadio Los Cuartos,
en cancha de tierra): UD Orotava 1 CD Tenerife 2. Más tarde, paseamos por la
plaza del kiosco, me monto en los cochitos de choque, vamos a los ventorrillos
y luego vemos los fuegos artificiales desde el mirador superior del edificio
del cine Orotava, Rascacielos de don Casiano, que aún no estaba
totalmente terminado. (En aquel año, era el edificio más alto de todo el
Valle, y posiblemente de todos los pueblos de la isla; todavía no se había
iniciado la construcción de los hoteles del Puerto de la Cruz). Me acompañan a
ver los fuegos desde aquel mirador con impresionantes vistas, mis amigos:
Juanito Hernández García; Isaac Valencia Domínguez; Eugenio Zárate y
Machado; y Evelio González Guardia (casi todos de mi 6º curso de
bachillerato en los salesianos). Luego, vamos a la verbena en la plaza de
Franchi Alfaro.
SÁBADO 18 JUNIO 1955
Por la tarde, baloncesto amistoso: Independiente (de
la Villa) 22. Hernán Imperio (de la capital) 28. Después, vamos a los cochitos
de choque y me monto con mi amigo Raúl (Rucadem) Hernández Ramos. Paseamos
luego por la plaza.
DOMINGO 19 JUNIO 1955
Día de la Romería. A las 9 de la mañana, voy a
misa a mi colegio Salesiano. En la Romería no me visto de mago, y la veo
desde la calle de La Carrera y la del Calvario (no había puente todavía, el
puente de la Carrera del Escultor Estévez, se realizaría una decena de
años más tarde). Me encuentro con Raúl (Rucadem) y estamos por la plaza y
luego nos montamos en los cochitos. Vamos al kiosco. Después de la hora de la cena,
hay concierto de la Banda de Música, a las 11 de la noche, en el kiosco de la
plaza de La Alameda. Y a la 1,30 de la madrugada, regreso a mi casa en el
servicio (especial para las fiestas) de La Calducha (guagua urbana Los Poyos-
La Piedad), con Evelio (antes mencionado) que vive en el mismo barrio. (La
Calducha se había estrenado el año anterior). Así fueron mis Fiestas Patronales
de La Orotava del año 1955…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABREU
PROFESOR MERCANTIL
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