Fotografía que remitió entonces (2015)
el amigo de la Villa de La Orotava; Domingo Eduardo Hernández y Hernández que
captó con su cámara digital en la Ciudad Turística del Puerto de la Cruz.
Se trata de la Cruz conocida por
“Felipe”, un personaje que por lo menos a mi, lo conozco entre la trastienda
portuense, del enrame por el día grande de la Cruz. La verdad que mucho le
falta al Puerto para ponerse a la altura de la realidad, una querida población
vecinal, que a lo largo de su historia y concretamente a partir de los años
sesenta del siglo XX, fue el motor económico que revolucionó al Norte y en
especial a Tenerife.
La Cruz de Felipe, situada según me
cuenta el amigo Domingo Eduardo Hernández y Hernández, está en una calle
peatonal de forma de escalera espiral, muy poco transcurrida por forasteros
sobre todo, que atraviesa del norte al sur, desde la calle de La Hoya al final
de la calle Iriarte.
Insólito pero cierto, en ver esta
panorámica a todo color donde el enrame floral está confeccionado
artesanalmente por viejos hombres de la mar, con escamas del pescados.
Panorámica que asombra a muchísimos, de ver este monumental enrame, lleno de
candelero y garrones de plata brillante, con un Cristo en su parte inferior,
probablemente producido por algún artista del lugar, tratase de una imagen de
candelero que medio cuerpo, muy parecido al Señor de Santa Cruz de Tenerife
conocido por el Cristo de la Tribulaciones, o el mismo Cristo Predicador de La
Orotava que se procesiona el Domingo de Ramos, sentado en un sillón
policromado, desde el templo parroquial de Nuestra Señora de la Concepción,
declarado Monumento histórico artístico desde el año 1947, EL Señor del Huerto,
también en la Villa que se procesiona el mismo día desde el Templo de San
Francisco.
Insólito pero cierto, puesto que se
trata de única capilla existente en el Puerto de la Cruz, en Tenerife, en
Canarias, y quizá en el Mundo, enramada con este tipo de flores artesanales,
que asume un merecido homenaje a la naturaleza y al árbol a través de la Cruz y
al mar bravo ranillero y portuense a través de las escamas con que logran aunar
este artístico e sorprendente escenario floral.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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