Puerto de la Cruz, final de los años cincuenta y principios
de los sesenta, aparece esta panorámica surrealista en la calle La Marina –
Puerto Pesquero, lanchas de la pesca en reposo, con la desaparecida e
inolvidable balconada de la casa Yeoward y la parada de las guaguas.
Es recuerdos y nostalgias el color rojo de la Guaguas, que se fabricaron en los talleres de los Hernández Hermanos, ya que su fundador don Lorenzo Hernández en principio era carpintero de profesión.
Es recuerdos y nostalgias el color rojo de la Guaguas, que se fabricaron en los talleres de los Hernández Hermanos, ya que su fundador don Lorenzo Hernández en principio era carpintero de profesión.
En la foto ya se ven guaguas de traídas de
fuera con cristaleras en el techo, puesto que las primeras tenían en su parte
superior una vaca con una escalera de subida metálicas, dónde se llevaban las
mercancías y más de uno viajó o mejor dicho viajamos gratis colgados de ellas…
Evidentemente esta estampa era el centro
neurálgico del Puerto de la Cruz, espacio como la terminal de la ciudad, a ese
lugar llegábamos, partíamos. Un bello recuerdo de la infancia y juventud.
Aterrizar para ir al fútbol al estadio El Peñón, para jugar al baloncesto en la
desaparecida cancha de la Plaza El Charco, para ir a la paya Martiánez y San
Telmo, al cine Olimpia y Thophan, pero antes jugar unas partidas al futbolín en
casa Cayaya a la derecha de esta impresionante viñeta, muchos convecinos de la
Orotava para ir a clases al instituto laboral de la calle Pérez Zamora al lado
del Convoy. Una ilustración encantadora romántica totalmente reconvertida en la
actualidad, que muchos de vosotros llevamos en la mente, de difícil olvidar.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario