Parece
la extraordinaria película de Charlie Chaplin tras la crudeza de su infancia y
en la muerte de su hijo, que había nacido prematuro. Que magistralmente
caracterizada en aquella película excepcional, en la que plasmó mucho de sí
mismo. Incluyendo muchos efectos especiales novedosos para la época (años
veinte del siglo veinte). En la que una
mujer joven, Edna (interpretada por Edna Purviance), acaba de dar a luz
a un hijo no deseado. Con el dolor de su alma, decide dejar al niño dentro del
elegante automóvil de cierta familia adinerada, junto a una nota en la que
brevemente le pide que se haga cargo de su hijo. Pero unos delincuentes que se
roban el auto, dejan al bebé abandonado en la esquina de un barrio marginal. Es allí donde lo encuentra
un alegre, despreocupado e inocente vagabundo (interpretado por Charlie Chaplin), quien, si bien en varias ocasiones
intenta deshacerse de semejante responsabilidad, se compadece de él y decide
adoptarlo y asumir su crianza.
Evidentemente,
este niño de la foto, de dos años de
edad, a un mes de cumplir el tercero, retratado por el famoso fotógrafo e
inolvidable reportero republicano “Ortega”, en los jardines de la parte lateral
norte del templo de San Agustín del ex
convento agustino de Nuestra Señora de Gracia de La Villa de La Orotava. La panorámica corresponde al mes de junio del
año 1953, por las Fiestas Mayores de la Villa.
¿Quién
es ese niño?, para todos mis amigos, ese niño es un servidor, entonces mi pobre
padre Juan Álvarez Díaz, que acostumbraba a llevarme de paseos; fiestas,
fútbol, y demás. Me posó para la cámara del espigado fotógrafo Ortega.
Lo que
más me sorprende, son las botas que acuño, de fabricación artesanal, producidas
en el taller de mi querido abuelo materno y padrino Bruno Abréu Rodríguez, un
gran maestro de la zapatería, peletería y la música. Me confeccionó esos
botines que se conservaron en casa de mis padres hasta la llegada de mis
sobrinos que desaparecieron para siempre.
No sé
que tengo en mis manos, parece un abanico, no lo sé ni lo recuerdo.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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