En estos tiempos de pandemia, sobreviviendo a ese bicho atómico mortífero.
El amigo de la infancia en la calle el Calvario de la Villa de La Orotava;
CARMELO SANTOS VILLAR remitió entonces (21/10/2020) esta fotografía referente a
la figura de su tío don Pedro Villar Morales y esposa doña María Díaz González.
Tomada en los jardines del histórico Hotel Victoria, con anterioridad del
Marquesado de la Quinta Roja.
Don Pedro Villar Morales, tenía su taller de chapas y pinturas para
vehículos, en la calle o callejón de Los Rosales de la Villa de La Orotava, en
los salones del inmueble de don Eustaquio García. Todos sus hijos trabajaron y
aprendieron en su taller, al final se quedó con el mismo su hijo el amigo
Chicho.
Decir que el taller de maestro don Pedro Villar, fue una autentica escuela del
gremio de chapa y pintura de automóviles, en donde se formaron auténticos
profesionales del ramo.
Entonces restauraban coches de autentico lujo, embellecidos con telas terciopelada
de diferentes colores de algodón, lino, piel de imitación, y piel sintética.
Especialista en colocar mamparas de madera de caoba y pino finlandés,
previstas de cristaleras, así como sillas o asientos eléctricos, que se
llamaban así porque se podían recoger de acuerdo con los viajeros que llevase
el automóvil
La familia Villar – Díaz tenía su vivienda familiar en unas casitas de la
calle Juan Padrón (antiguo callejón del Loro), bajando del cine Atlante hacía
el barraquillo de Araujo por la izquierda.
A titulo anecdótico maestro Pedro Villar Morales, de niño fue monaguillo
del templo parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de su Villa
de La Orotava, tuvo la idea de enramar las cabeceras de los ciriales de
claveles de distintos colores, espigas y racimos de uvas. Gracias a su
iniciativa los ciriales en la procesión solemne del Corpus el jueves grande de la
Villa, lucen de maravilla sobre el pisar el arte efímero orotavense.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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