Tres
personajes populares de la Villa de La Orotava, que ya pasan hacer más
fructífera la leyenda del pueblo villero, tres personajes que vivieron como
podían, aporreando horas y horas.
Esta fotografía tan realista de mi infancia y juventud en la Villa de La
Orotava, realista donde se mezcla el ambiente humano y fraterno de unos seres
de la Villa, de mi Villa.
Digo seres humanos que vivían como podían, algunos siempre luchando en la
intemperie sobre este terruño extrahumano.
Perico que cariñosamente lo conocíamos por “El Culo Goma”, ¿Por qué?, no lo
sé, nunca lo supe, quizá imitando a una dama, no lo sé, lo que sí sé que no
tenía techo donde vivir, vivía en la Calera que estaba entre caballo, avenida
de José Antonio (hoy de Canarias) y el colegio de La Milagrosa (actual Avenida
doctor Emilio Luque Moreno), su techo y sus mantas era la cal, que casi no le
cuesta su pobre vida.
Jacobo conocido por “El Capiro”, era muy inteligente y muy buena persona,
en el fútbol, en el Unión Piedad pudo haber sido de primera división, se movía
por las bandas con la pelota como una ardilla.
Trabajó en el empaquetado tomatero del señor Negrín en Los Álamos (Guía
Isora), bajo las órdenes de mi querido tío Enrique Abréu González.
Domingo “Papachi”, vivía con su madre por debajo de mi casa, en el Calvario
muy cerca de la famosa Fuente, a donde van los fanático de equipos de fútbol a
celebrar sus victorias.
Los tres, en esta panorámica, en esta triste panorámica, si que están
comiendo su potajito - calentito.
Un matrimonio y una casa Bodega – Venta – Merendero de la Villa de La
Orotava, en la esquina de la calle El Agua actual Tomás Zerolo con el callejón
de Ascanio en el barranquillo, conocida por “CASA PACHECO”. Un matrimonio humano, social, generoso,
Gregorio Pacheco y María Luisa Sacramento jamás le negaron la comida y el lugar
a estos tres hombre populares de la Villa, que yo le denominaba Villeros de
Honor, Villeros Ilustres, por qué no.
Tres personas
que ya pasan a ser historia en su Villa de La Orotava, ellos no hicieron daño a
nadie, no se metieron con nadie, salvo Perico que tiraba piedras, aunque la
entonces muchachada algunas alevosías le forjaron, pero eran indignidades
sagaces, no de maléficos designios.
Por lo que los
tres están en el recuerdo, en el corazón de todos nosotros los villeros de
verdad. Ya que ellos supieron vivir con dignidad, en muchas ocasiones y algunos
a la intemperie, superando todo, gracias a los favores que recibieron
simplemente los referentes a su propia subsistencia.
La amiga de la Villa de la Orotava; LOLY GARCÍA
GONZÁLEZ remitió entonces (08/12/2013) estas notas: “…Cuando no dejamos de hablar de ellos
porque han dejado huella, son personajes ilustres como tu bien dices!!!...”
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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