lunes, 1 de mayo de 2017

EN LA AZOTEA DE MI CASA AÑO 1958



En la azotea de mi casa en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava, una mañana temprano del día uno de mayo del año 1958, entonces fiestas nacional, presidida por el generalísimo Franco en el Estadio de Santiago Bernabéu.
Retratado antes la cámara de mi tía Esperanza Rodríguez Fernández, que supo captar el levantar del día en pleno sol primaveral en la misma azotea de mi casa.
El día anterior por la noche se había casado mi hermana mayor Lola Álvarez Abréu y mientras ella empezaba su luna de miel, en casa nos quedamos nosotros, los menores, los niños de la familia.
Vemos en la azotea, los gallineros que poseía mi madre María del Carmen Abréu González, el bidón donde entonces se depositaba el agua procedente de la dula, y la máquina de bombeo para subirla al bidón de la azotea que entonces se había fabricado en el nuevo cuarto dormitorio de mis padres.
Hablando del recién entrenado dormitorio de mis padres, que se construyó en la parte trasera de la mansión donde nací en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava, fue realizado por la empresa de don Manuel Martín Méndez amigo de mi padre Juan Álvarez Díaz, encima de la azotea que estamos viendo en la imagen.
Por primera vez en mi vida, observé un baño interior y un armario empotrado de un metro cuadrado.
De izquierda a derecha; Ana Rosa Pérez Barbuzano, un servidor,  Quique y María Esperanza Abréu Rodríguez. Los tres primos hermanos míos. Curiosamente estoy con pantalón de pijama y camiseta que usábamos en esos tiempos y que muchas teñís de color para jugar al baloncesto y para equipar al equipo infantil de Baloncesto Águila del Valle que llegué a entrenar diez años después, además los pantalones que fueron hecho por mi madre María del Carmen (modista de caballeros) eran de tela con los que se forraban los colchones, del color del Atlético de Madrid CF. que por eso le llamaban –llaman- los colchoneros.
Mi prima Ana Rosa Pérez Barbuzano ya estaba vestida para irse a su domicilio en la calle de La Marina de Santa Cruz de Tenerife, donde vivía con su abuela, mi tía Anita González Díaz y mis primos Enrique (Quique) y María Esperanza (únicos por parte de mi madre María del Carmen,  estaban ya arreglados para irse con sus padres (mi tíos Enrique Abréu González y Esperanza Rodríguez Fernández, a los Álamos en Playa de San Juan – Guía de Isora donde mi tío regentaba un empaquetado de tomates del señor “Negrín”)

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL


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