jueves, 15 de febrero de 2018

DON TOMÁS ZEROLO FUENTES. UN MÉDICO HUMANITARIO



Fotografía y datos biográficos del libro de don Domingo Laguna.

Ilustre orotavense, de una humanidad enorme, operó a mi abuelo materno y padrino Bruno Abréu Rodríguez zapatero y músico en su clínica santacrucera en el anexo de la histórica plaza de Toros santacrucera, creo que lo hizo con toda la humanidad de un ser de escasos recursos económicos.
Don Tomás Zerolo Fuentes, un médico considerado por los tinerfeños de una incondicional humanidad, un gran hombre, un hombre bueno.
Fue un excelente cirujano, dotado de ricas cualidades humanas entre las que sobresalen su vitalidad, simpatía y generosidad.
Nació en La Orotava el 18 de enero de 1893, hijo del Dr. don Tomás Zerolo Herreras, prestigioso médico-cirujano, radicado en su Villa natal, y de Isabel Fuentes González.
Hizo sus primeros estudios con los Hermanos de las Escuelas Cris­tianas, de la calle de la Hoya, en La Orotava. Prosiguió sus estudios en el colegio de los jesuitas de Beaumont, en Windsor, Inglaterra. Cuando tenía 17 años de edad, murió su padre y poco más tarde fa­lleció su madre, durante un viaje en tren.
Ingresó en el Royal College of Medicine, de Londres; allí cursó su carrera y se graduó en 1919. Por oposición ganó la plaza de Jefe del per­sonal de Cirugía Clínica de, Hospital de San Bartolomé, de Londres. Fue elegido Vice-Presidente de la Sociedad Médica Abemethy. Visitó, en 1918, en misión oficial, como representante de España, los frentes de combate en la Guerra Europea. A pesar de todos los éxitos obtenidos en Inglaterra, decide regresa a su tierra, a la que añoraba. Llega a España en 1921, realiza en Madrid los exámenes de reválida de sus estudios, y vuelve a Tenerife, donde comienza a ejercer.
En 1922 contrajo matrimonio con Mercedes Davidson y Pérez Zamora; de este matrimonio nacieron seis hijos: Mercedes, Tomás, Fer­nando, Isabel, Jorge y José Miguel. Por estos años era Cirujano Jefe de Sala del equipo del Hospital Civil de Santa Cruz de Tenerife.
Es nombrado Académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Santa Cruz de Tenerife, el día 16 de febrero, de 1932.
El 3 de febrero, de 1935, falleció su esposa, D" Mercedes, un mes después del nacimiento de su hijo José Miguel.
Año y medio más tarde, estalló la Guerra Civil; se presentó como vo­luntario en la Comandancia General de Canarias el 18 de julio de 1936, y embarcó para la Península en agosto de ese mismo año. Prestó sus servi­cios como Capitán Médico en diversos frentes hasta que, en el mes de mayo de 1939, es destinado al Hospital Militar de Tenerife, donde prestó sus servicios como Jefe del Equipo Quirúrgico, hasta febrero de 1940.
En 1937, fue nombrado Presidente del Colegio de Médico de Santa Cruz de Tenerife, pero no pudo tomar posesión de su cargo hasta el 12 de abril de 1940; este cargo lo ocupó ya hasta su muerte.
En 1938, se casó con I)! Pilar Sáez de Montgaut, de cuyo matrimo­nio nacieron seis .hijos: María del Pilar, Antonio, María del Carmen, Jai­me, Almudena e Ignacio.
En 1948, ingresa como miembro de la sociedad Internacional de Ci­rugía, y este mismo año es propuesto para Académico numerario de la Real Academia de Medicina de Santa Cruz de Tenerife. El 27 de marzo de 1951, se celebra el acto de recepción en el cual lee el discurso para su ingreso sobre "Contribución al tratamiento quirúrgico del cardiespasmo" (Achalasia de Hurst-Rieder).
Fue representante de España en los Congresos dela Sociedad Inter­nacional de Cirugía celebrados en Londres, 1947; Nueva Orleans, en 1949 y Copenhague, en 1955.
En 1952, termina la nueva clínica, de su propiedad, situada en la ca­lle Enrique Wolfson; antes poseía una clínica con doce camas. En este acto estuvieron presentes las primeras autoridades civiles y militares; la bendición la impartió el entonces Obispo de la diócesis, D. Domingo Pé­rez Cáceres.
En 1953, y a petición del Ministerio de la Gobernación, se le encarga publicar una Memoria sobre la reorganización de los Servicios Sanitarios y Hospitalarios de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife.
El 27 de septiembre de 1947 se inaugura oficialmente la Hermandad de San Cosme y San Damián, que reunía a médicos, farmacéutico y odontólogos. El primer Presidente fue don Tomás Zerolo; secretario, don Julio Hardisson y director espiritual el P. Luís M' de Eguiraun. La Her­mandad pronto llegó a contar con 64 miembros. Fueron muy importantes los ciclos de conferencias que se impartieron y los actos culturales especializados que organizó. Un golpe muy duro para la Hermandad fue la muerte de don Tomás, su Presidente y alma de la organización.
Gran amigo de la juventud y defensor de la familia, estuvo al Iado de toda obra que intentaba defenderlas y protegerlas.
En 1935, se creó la Asociación de Padres de Familia y su primer Pre­sidente fue don Tomás Zerolo. La Asociación se encara con los proble­mas reales de la familia y comprende la necesidad de crear centros de educación religiosa para la juventud. A finales de 1939, con el Padre Luís, como Asesor Religioso de la Asociación, se inician las negociacio­nes para abrir en la capital un Colegio dirigido por los Padres Escolapios, para formar a la juventud masculina. Las gestiones tienen éxito y en el mes de octubre de 1940, abre sus puertas el nuevo Colegio, situado en el antiguo Hotel Quisisana. Su primer Rector fue el Padre Andrés Moreno Gilabert.
Desde 1955, don Tomás Zerolo se encontraba delicado de salud, a causa de una leucemia que progresaba implacablemente; esta enferme­dad parece que la había contraído como consecuencia de la continua exposición a los Rayos X y a la gran cantidad de sangre que donó a los he­ridos durante la guerra.
A pesar del conocimiento que tenía de su enfermedad, no consintió abandonar su trabajo, dedicándose, si cabe, con mayor ilusión, al mismo, hasta que consideró que el proceso de su dolencia le podía impedir la debida atención a los enfermos.
Un día le enseñó a su hijo Tomás el resultado de unos análisis, y le pregunto: ¿Qué juicio te merece el estado de este enfermo? Tomás los estudió atentamente y respondió:-Este enfermo está muy mal, padre, muy mal. Me atrevería a decir que le queda poco de vida. -Pues ese enfermo es tu padre, hijo. Respondió don Tomás, sin perder la compostura.
Su muerte fue fiel reflejo de su vida, siempre entregada a los demás y de una simpatía contagiosa y desbordante. Murió cristianamente, en la paz del Señor, el 27 de enero, de 1956.
Los periódicos de la época, (La Tarde y El Día), dicen que su entie­rro fue la mayor manifestación de duelo conocida hasta entonces. Duran­te el recorrido hacia el cementerio, sobrevolaron el cortejo fúnebre varias avionetas y un helicóptero, en homenaje a su gran labor en pro de los servicios de transportes sanitarios aéreos. Su Excelencia el Jefe del Esta­do envió una carta particular de pésame.
Después de su muerte se le nombro Presidente de Honor del Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife. Y, cuando ya había falle­cido, llegó la noticia de que había sido nombrado, por unanimidad, Aca­démico del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra.
Por sus grandes méritos, a lo largo de su vida, se hizo acreedor a va­rias condecoraciones y medallas: Comendador de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas, Cruz de Guerra, Cruz Roja al Mérito Militar, Meda­lla de Campaña, Medalla de Voluntarios de Tenerife y la Gran Cruz de Sanidad.
En el primer aniversario de su muerte, se le dio su nombre a una ca­lle, situada en la confluencia de la finca Bellamy y Horacio Nelson, en las cercanías de la Clínica Zerolo.
En 1963, se inauguro, en El Médano, el aeródromo "Tomás Zerolo". En 1973, la Asociación Española contra el cáncer da el nombre de "Premio Dr. Tomás Zerolo Fuentes" al IV Concurso Nacional de Onco­logía de dicho año, destinado a Licenciados o Doctores que presentaran un tema de investigación sobre oncología.
Como donó su sangre para los heridos de guerra, el Dr. don Tomás Zerolo, entregó las ricas cualidades de su vida en beneficio de la socie­dad tinerfeña, a la que amó y prefirió sobre todo.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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