Nació
en la Villa de La Orotava al final de los años noventa del siglo XIX. Fue
músico clarinete bajo de la Banda Música Municipal de La Orotava, bajo la dirección
de don Tomás Calamita y Manteca. De profesión impresor, trabajó en principio en
la impetra de don Antonio Lugo Massieu en la calle de La Carrera. Posterior se
independizó en su propio taller en la calle El Calvario, trasladando su
industria de impresión a la capital tinerfeña en la década de los años cuarenta
del siglo XX.
Presidente
del CF. Estrella de La Orotava que se unió al CF. Europa también de la misma
Villa para recomponer el Orotava CF. Al principio de los años treinta del siglo
XX.
Socio y
directivo de la Sociedad Cultural Liceo de Taoro, en el mes de junio del año
1936 colaboró con su amigo entonces presidente de dicha sociedad don Cesar
Hernández Martínez, para poner en marcha por primera vez en la historia la
Romería de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza de la Villa tal como
la vemos en la actualidad.
En el
año 1955, fundó la Banda de Música de La Agrupación Musical de La Orotava, con
sus amigos; Eulogio Borges Coello, Cesar Hernández Martínez, y Ambrosio Díaz Manzano, más otros villeros;
Juan Estévez Álvarez, Francisco Dorta Hernández, Antonio Sosa Hernández, Manuel
Hernández Rodríguez, Benjamín González Pérez, Amadeo Hernández Lorenzo y José Estévez Méndez. Siendo vocal número 3.
Al
principio de los años cincuenta del siglo XX, bautizó el entonces famoso por el
buen vino y el buen comer, Merendero o
Guachinche de Santa Catalina con el nombre de la “Baronesa”.
Casó
con doña Lola García, con la que tuvo los siguientes hijos; Lorenzo, Nieves,
Rafael, Nazario (Chile), Angelita, Lola,
Aureliano, Máximo, Maruchi, Francisco y Candelarita.
Fue
vecino de mi casa, éramos como castillos frente a frente, al final por culpa de
la diabetes quedó totalmente ciego, siempre me llamaba para que le ayudase a
cruzar la calle, por lo que me daba una peseta.
Falleció
en el mes de diciembre del año 1959, a su entierro le acompañó la Banda de
Música de la Agrupación Musical de La Orotava, dirigida por su amigo don
Ernesto Corra Negrín.
A
titulo anecdótico, según me cuenta su hijo Máximo. Cuando nací en el mes de
julio del año 1950, aquel entorno de la orotavense calle El Calvario se
convirtió en una novedad, por la llegada de un varon. Para poner mi nombre, se
reunieron en una bodega de La Villa de Arriba (posiblemente “La Baronesa”); MI
padre Juan Álvarez Díaz, mi abuelo materno Bruno Abréu Rodríguez, don Lucio
Lorenzo Hernández Castro, y el portuense don Manuel Taño. Después de perras de
vinos y discusiones, no llegaron a un acuerdo. Propusieron ponerme los cuatros nombres de los allí
presente; Juan, Bruno, Lorenzo, Manuel. Antes la negativa de mi querido padre
Juan Álvarez Díaz, que dijo que este niño era un homenaje a su suegro, por lo
que me quedé en “Bruno Juan”.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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