Si observáramos una fotografía del tapiz central de la Plaza del
Ayuntamiento correspondiente a los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo
XX. En el tapiz queda demostrado la característica y el pensamiento
alfombrístico del orotavense don Pedro Hernández Méndez, pues para hacer
su realización, nunca necesitó, y perdón que en aquella época no teníamos los
adelantos de hoy como el gran ordenador que todos tenemos en nuestros hogares.
Don Pedro utilizaba a primera vista un papel servilleta, un lápiz artístico
con el número 2, una consulta bíblica del párroco y arcipreste de turno del
templo parroquial de Nuestra Señora de la Concepción y sobre todo su propia
imaginación, la forma de transmitir desde su pensamiento hacía el público en
general, un arte efímero que entonces se trabajaba a la inclemencia del tiempo,
lluvia, sol, viento etc.
En el papel servilleta dibujaba la forma de esas columnas, de esas cortinas
de templos consagrados a la divina majestad, a través de transparencias que
hacen atravesar rayos de luz, a través de sus grandes ventanales, los rostros
de personas bíblicas y sus vestuarios etc.
Buscaba color con sus artesanas acuarelas y consultaba sus perspectivas al
maestro en la capital tinerfeña el arquitecto también de la villa don Tomás
Machado y Méndez Fernández de Lugo. También eran consultas previas con los
peones, sus alumnos, sus operarios, que no solo eran artistas, si no
catedráticos del arte, imagínese lo que se hacía en aquellos años en un mes
vista.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABREU
PROFESOR MERCANTIL
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