Según el amigo de la infancia de la Villa de La Orotava heraldista,
escritor, investigador; Antonio Luque Hernández. Fiestas Mayores no Fiestas
Patronales, porque la Villa de La Orotava está desde su origen bajo
el patronazgo de la Santísima Trinidad —de ahí el nombre del Hospital, primera
fundación benéfica del lugar, ya funcionaba en 1511—. En la antigüedad las
fiestas mayores eran las de la Circuncisión y la Invención de la Cruz. La de
Corpus adquirió protagonismo sólo a partir de la consolidación de las Alfombras
de Flores y la de San Isidro es mucho más moderna.
Fotografía
correspondiente a la bella y gentil entonces señorita; Angelita Ascanio y
Cúllen, elegida reina de las fiestas mayores orotavenses correspondientes al
año 1963. Delicado y elocuente resumen de la mujer de La Orotava, que, como
reza la copla, muestra en su rostro rosas y nieves, galas tradicionales de las
hijas de esta tierra.
Pregón del
entonces excelentísimo señor alcalde - presidente del Excelentísimo
Ayuntamiento y de la Comisión de Fiestas de la Villa de La Orotava DON JUAN
CÚLLEN Y LUGO: “…NUESTRAS FIESTAS DEL CORPUS Y SAN ISIDRO. De nuevo
nos encontramos en la proximidad de nuestras grandes fiestas, que anualmente
dedicamos al Santísimo Corpus Christi y a nuestro Patrono San Isidro Labrador,
y ya nuestra Villa pone sus mejores deseos y trabajos para que éstas superen a
las de años anteriores. Los que tenemos la suerte de verlas desde nuestra
infancia, siempre las encontramos diferentes, aunque la tradición nos haya
trasmitido los actos centrales, como son nuestras Alfombras de Flores y la
magnífica Romería de San Isidro. Y es que cada año ese deseo de superación que
da a nuestras Fiestas la nota característica de ofrecer algo nuevo, algo
desconocido, propio de la obra de todo artista, hace que cada año sintamos
nuevas emociones al contemplar esos Tapices de flores, ofrecidos en holocausto
de nuestro Señor, que durante breves momentos cubren nuestras calles y plazas.
Este año por acuerdo del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo vamos a tener en esta Villa
un magno acontecimiento como es la celebración del primer Congreso Arciprestal
Eucarístico. Este gran honor nos ha sido concedido por el gran amor a la
Eucaristía que tiene nuestra Villa, de lo que siempre hemos dado buenas
pruebas, heredado de nuestros predecesores. Por ello tenemos toda la gran
obligación de colaborar en que sus actos estén a la altura que se merece. La
clausura del Congreso se ha querido hacer coincidir con el día de la Octava del
Corpus Christi, día auténticamente Eucarístico en nuestra Villa. Después de la
solemne procesión del acto de clausura con la representación de un Auto
Sacramental. La plaza del Ayuntamiento, momentos antes cubierta con un
magnífico tapiz confeccionado con tierras de distintos colores, portadas desde
las Cañadas, servirá de marco de ese grandioso espectáculo, en el que se pondrá
el interés y cariño que la magnificencia del día y de los actos que se celebran
impone. Todos estos acontecimientos nos traerán muchísimos visitantes que
como es ya habitual, serán atendidos con nuestra tradicional hidalguía. Nuestra
Villa se viste de gala en estos días de sus fiestas mayores para recibirte;
para lo cual te invitamos a que nos visites esperando que no quedarás
defraudado. ..”
Palabras del
entonces párroco – arcipreste del templo parroquial de Nuestra Señora de la
Concepción de La Villa de La Orotava DON LEANDRO MEDINA PÉREZ: “…Venid, adoremos al Señor. El Jueves Santo, en que la Iglesia
conmemora la institución de la Eucaristía, no nos basta para festejar a
Jesucristo -Dios Humanado- en el misterio de Amor de la perpetuación real de su
presencia entre nosotros. La severidad y austeridad de la Liturgia de la Semana
Santa -aunque nosotros nos pasamos de raya en los adornos de nuestros
Monumentos- nos permite la explosión de entusiasmo que intenta brotar, pero que
apaga la tristeza del anuncio de la Muerte. De ahí la necesidad de un
conmemoración Eucarística en ambiente de Gloria, entre los aires jubilosos del
Aleluya pascual, como un eco interminable del triunfo de la Resurrección y el
premio de la Ascensión y entrada en los Cielos. Podríamos decir que, en el
Jueves Santo, la Eucaristía es Sacrificio: la sombra trágica de la Cruz se está
proyectando sobre ella. Es Amor, indudablemente; pero es Amor heroico que se
fragua en el supremo dolor, En el Jueves de Corpus Christi, la Eucaristía
es Banquete, mesa de familia que se reúne para conmemorar un gran
acontecimiento, sin sombras de nubes. Y en el Banquete hay flores, música,
alegría, calor de familia unida: Amor desbordante, comunicativo, expansivo...
En la Mesa del Banquete se festeja al Homenajeado, se cuentan y cantan sus
'glorias, se alaban sus proezas, se recuerdan sus generosidades, los bienes de
que ha colmado a todos los miembros y la admiración, van aprendiendo de los
labios de los mayores...
Esa es la
festividad del Corpus Christi: la que nos une como miembros de una gran
familia, cuyo Centro es Cristo, vivo entre nosotros, bajo los velos de la
Eucaristía. El, Imagen y Voz del Padre, nos reúne en la Mesa familiar, donde El
mismo se da en Comida y en Bebida, haciendo patente su
Amor, y dando ocasión de que, al hacer memoria de la historia de sus
amores, nosotros le presentemos... nuestros homenajes de
reconocimiento. Y se los presentamos... a nuestra manera, con lo
mejor que somos y tenemos: narrando para el Señor -para alabarle-- la
historia de sus grandezas; cantando para nuestros pequeños la aventura de sus
proezas; pregonando para todos los misterios eternos e insondables de su
Amor. Y lo hacemos con la luz y la música mágicas de las
flores y las tierras No bordamos las alfombras sobre el suelo
buscando nuestra gloria y nuestro honor. No; son un canto al Señor,
agradecidos por sus muchas maravillas. Ellas, nuestras alfombras, son nuestras
Trompetas clamorosas de invitación: "Venid, adoremos al Señor... “Son
nuestras Cítaras de júbilo, solemnes y agradecidas. Son nuestro Salterio
de alabanzas a su memoria. Son nuestro Romance de enseñanza para
los pequeñuelos, lección viva de Historia Sagrada y Catecismo.
Es nuestra cita para, unidos con gran familia, en torno a la Mesa Eucarística,
cantar al Amor de los Amores. Y este año, con mucha más razón.
Nuestra Villa será, del 20 al 24 de junio, la sede del PRIMER CONGRESO
EUCARISTICO ARCIPRESTAL DE LA DIOCESIS DE TENERIFE. Romperemos la marcha y abriremos
la primera página de una nueva Historia de la piedad Eucarística de Tenerife.
Nuestro Arciprestazgo de La Orotava, y junto a nosotros, toda la
Diócesis de Tenerife, rendirá homenaje de Adoración, de Alabanza, de Amor a
Cristo en la Eucaristía. Este año, como nunca: "Venid, adoremos al
Señor... "
Palabras de DON
FRANCISCO MONTERO GALVACHE, miembro de la Real Academia Hispano Americana de
Cádiz: “…La Orotava,
Milagro. Siendo tanto no lo es todo en La Orotava el privilegio -si no se
ve no se cree-- de guardar en sí el secreto del color más florido. Y florido no
por 'su categoría botánica sino por el don, diríase que casi milagroso -y valga
la licencia, Señor, porque es mucho lo que La Orotava nos puede-- de su
absoluto cromatismo. Aquello de que de lo pintado a lo vivo va un trecho que
vayamos con Dios, en La Orotava se rompe y pierde verismo, porque la Villa es
igual a cuanto de ella pudiera ser pintado con pinceles. Es, así porque ha
sabido conjugar la más radiante modernización -dígalo su jardinería
urbanística, su turismo o cualquiera de sus establecimientos cara a los tiempos
-e- con el severo mantenimiento de la vida familiar y social más entrañable. Si
a sus cielos abiertos la vida truena de actualidad vigentísima, bajo sus teas
seculares bajo los artesonados más brillantes, discurre un sentido patriarcal,
solemne, de un modo de vivir que yo creo es ya escueta y exhaustivamente
orotavense. La Villa es símbolo de la hidalguía y anda la virtud tanto en el
señorío de más vitolas como en la sencillez artes o menestral del más puro
hombre de la calle y del trabajo. Luego, eso de las flores -que
es lo suyo en cuantía que no hay tierra que pueda echársele encima-
tiene en La Orotava caireles de relumbres casi infinitos, así en La Paz o en
Franchi Alfaro, pónganse por plazas aderezadas con gracia gentil, como en las
jardinerías repicantes y famosas de su Hijuela del Botánico; y todas ellas,
flores a la potencia enésima, evocan, porque son memoria y llaman al Aroma de
los jardines de Arautápala, de los jardines mágicos de las Hespérides. Podría,
de otra parte, haberse bastado con tener en sí el cetro de la Flor, tanto en su
botánico ímpetu fragante como en su hipérbole cromática y pintora, y ya habría
sido la Villa el lugar más hermoso de la Tierra. Pero no es así y La Orotava
toma la flor y la vierte, como por una delta de oración, en la mar eucarística
del Corpus de cuya Octava tiene el paraíso, y por eso Dios la bendice y aclama
como a tierra del mundo la más rezadora, reverencial y bonita. Aquello,
entonces, de las Alfombras de los "pasillos" o de los
"corridos", constituye una escenografía inmortal. No hubo pintor que
ataviase colores más rugientes ni claroscuros más suaves y yo diría que La
Orotava, en sus fiestas famosas, es como la historia de la Pintura universal
vertida a los suelos, donde arenas teideanas y cañaveras auríferas forjan
labran, los cuadros más rotundos. Y todo ello, además, para que pase y pise el
Santísimo Señor. Puertas ferradas, aleros salideros, nobilísimas, prueban la
permanencia de un estilo único de un modo impar de la vida. Villa entre azules,
La Orotava es un puro milagro que cada día renueva su verdad y se convierte en
asombro. Sus alfombras nacen de las manos de sus hombres pero el aura y el
estilo nacen de los ángeles. Y debe ser así porque cuando las vísperas va uno y
a la medianoche de la Octava se queda bisojo viendo y remirando perfecciones
florales no cree que la luz de la mañana siguiente pueda decir aquí está todo
hecho y perfecto. Y sin embargo es así. Los ojos estarán ya ante el panorama
que sólo un privilegiado entendimiento estético es capaz de elaborar. Póngasele
a todo la gentileza más exquisita e inimitable; agréguesele el horizonte más
azul, el Teide más terso y gigante, las músicas más acariciantes, y todo en
alegría, y la Villa será con nosotros…”
Palabras del
orotavense DON DOMINGO HERNÁNDEZ PERERA: “… Ecos de Romería. Al alba se van poblando los
caminos de la Villa. Todos conducen a la ermita del Santo.
Mozos y mozas, viejos y niños. Calzón
corto y almidonada camisa. Faldas de verticales policromías.
Graciosos sombreros orlados de áureas espigas. Carretas engalanadas. Jugosos
frutos de la tierra. Viejas colchas caladas. Arreos que huelen a membrillo, a
cofre de fruta y a espliego. Bucólica música de esquilas. Perfume
penetrante de la tierra. Airosa sencillez y gracia de las mozas
campesinas. Y coplas, viejas coplas y estribillos: folía s, isas,
tajarastes, malagueñas, seguidillas... Voces encendidas que ascienden, volcán
arriba, henchidas de mensaje y salutación, en el limpio azul del
cielo. Aires vernáculos. Danzas típicas de ancestrales ritmos. Alegría del
campo que invade todos los rincones. Y en el aire, la filigrana de la
copla y los sutiles arabescos de la isa. Color y luz,. Toda
la infinita policromía del Valle metida, como de rondón, en las calles
animadas de la Villa. Y la luz, divina luz que baña de gloria nuestros
campos. Desfile luminoso y colorista. Y la Orotava hecha campo.
Campo y urbe unidos, fundidos, confundidos. Toda la gracia
campesina en el alma, emocionada, de la Villa. Pasa la Romería. Es la
tierra, la tierra que pasa, feraz, próvida, desbordante de energías. Es el alma
campesina que pasa cantando y bailando. Es la isla que eleva, de
todos sus ámbitos, en mil rumores, un canto omnipotente de vida, de fe y de
esperanza.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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