miércoles, 3 de mayo de 2017

CRUSANTEROS



Fotografía correspondiente al mes de marzo del año 1940, presentación de la entonces joven banda de música de O.J. de Flechas de la Cruz Santa, que dirigió en un principio don Ernesto Villar Oliva.
Que remitió entonces el amigo del Pago de la Cruz Santa; PACO GARCÍA DÍAZ.

La Cruz Santa es el segundo lugar de los Realejos, parece un pueblo y es considerado como tal por todos los que lo visitan, por los periódicos tinerfeños que lo hacen figurar en sus crónicas,  por las instituciones que en él se ha formado independientes de Los Realejos, por su riqueza agrícola, industrial. Y comercio y por la distancia que lo se­para de los demás pueblos del Valle, ca­si éste debería tener Ayuntamiento pero si en la corporación municipal a que pertenece se atendieran las cosas de este lugar Como con toda, justicia tiene derecho, éste no nos haría falta.
Posee parroquia, la mejor de las creadas el año 1939, siendo construida su iglesia el  año 1751, es de una sola nave y tres altares, en ella se encuentra la Cruz titular que es la primitiva y la cual se halla en estado de carcomida dentro de un adorno de plata pudiéndose ver por su frente que es de cristal.
Según conversación oída a nuestros antepasados esta Cruz data desde la conquista y ante la cual un jinete cayó de su caballo yendo a parar sus brazos con los de la Cruz haciéndole arrancar la frase de Cruz Santa, me has salvado, pues quedó ileso del mencionado percance; he aquí el nombre de este lugar, cuando esto aconteció la Cruz se hallaba en un sitio junto al barranco de la Raya, donde más tarde fue construida una ermita, pero luego una fuerte corrida de agua por el barranco la hizo desaparecer, la cruz se salvó y todos los ornamentos que poseía, luego se construyó la iglesia en lugar más céntrico y más lejos del barranco. El año 1933, con motivo de arreglarse la calle que da entrada al pueblo en la esquina que la une con la carretera se encontraron trozos de ladrillos con los cuales pavimentaban nuestros antepasados los templos señalándose con ello el sitio exacto donde se encontraba la primitiva ermita.
Este pueblo tiene una, devoción bastante notoria en la Santa Cruz el dos de Mayo por la noche en las nueve Capillas que hoy todas aparecen muy engalana­das, siendo también muchas casas las que le forman su altar a su Cruz. Es el pueblo de la Isla donde más devoción se tributa al santo madero y es muy digno de ser visitado este tres de Mayo. Su clima es magnífico, muy seco y agradable, el pueblo está enclavado ca­si al centro del Valle de la Orotava y de él se divisan muy buenos panoramas. De la Piñera que es donde se halla el Calvario. Se ve una bonita vista sobre los Realejos y del Barrio Nuevo (antes La Punta) se domina muy bien medio Valle y la vista sobre el Puerto de la Cruz es sorprendente, presentándose la Orotava de una manera admirable. Produce lo mismo que los Realejos y muy particularmente sus abundantes vinos tan famosos cómo afamados los cuales no necesitan ser propagados, pues casi su totalidad se consume en el Valle. Hay una sociedad de deportes con su equipo de fútbol denominado  CD. Cruz Santa con su campo en el cual se celebran interesantes partidos. Tiene una bonita plaza en la cual está colocado el busto del músico José Mesa Cabrera. Ha tenido varias sociedades de instrucción y recreo pero la que siempre ha prevalecido es el "Casino Cruz Santa" que fue creado el año 1924, aunque existía muchos años antes como casa de juego, entre su mobiliario merece citarse su gran piano-pianola marca Lagonda y magnífica radio; en su biblioteca además de los libros sueltos y novelas, existen las siguientes colecciones: dos tomos de la vida animal; veinticuatro tomos de los Episodios Nacionales del patriarca de las letras don Benito Pérez Galdós una colección de los seis números de la primera revista que se publicó en Canarias de exploradores titulada El Grupo y que fue fechada en esta localidad; otra sesenta novelas de autores escogidos; otra de cinco grandes tomos la Historia de la Civilizaciones, El Quijote de la Mancha y Geografía Universal; dos magníficos tomos del Diccionario de Ramón Sopena de la lengua castellana; Historia de las noticias de las Islas Canarias por don José de Viera y Clavijo, y otras varias. Si verdaderamente este pueblo no ha dado ningún hombre ilustre ha, dado hijos que han llegado a poseer fabulosas fortunas, don Domingo León González no fue en sus principios un intelectual ni un aventurero confiado a los azares volubles de la suerte, era un trabajador de la tierra nada más. Con este carácter, por todos bagajes partió un día en busca de fortuna a la pródiga tierra americana, hombre humilde origen, elevando por méritos propios de energía, constancia y tenacidad a un puesto preeminente en la industria y agricultura cubana, era una figura representativa de alto relieve en el espíritu isleño. Corrían buenos tiempos para esta clase de empresas. Así supo comprenderlo don Domingo y así supo aprovechar las circunstancias. Luchó, en una lucha formidable, sobrehumana, trabajó sin descanso con una energía intensa y logró vencer. La buena tierra americana se mostró agradecido y le rindió pródigos frutos a sus esfuerzos y afanes, que elaboró una fortuna fabulosa, no de miles de pesos sino de millones de dólares. Su firma gozó de crédito sólido en los mercados de la Isla Cubana y poseyó cinco de las centrales más importantes.
Al venir más tarde los tiempos adversos siempre don Domingo ocupó el pináculo del poder favoreciendo con ello mucho a sus paisanos, pues era amigo leal y canario cien por cien. Con gran acierto presidió la Asociación Canaria realizando en ella una labor bastante eficacísima, pues siempre atendió con decidido apoyo toda labor que tendiera a beneficiar la colonia, logrando conquistar un aprecio y admiración tal, que hacen que aun hoy se pronuncie su nombre con todo cariño y respetuosidad.
También se merece mencionar a don Domingo Donis por el capital tan respetable que adquirió en la misma Isla caribeña y su solidez en los negocios, su procedencia es de gente humilde, un trabajador de campo, pero de estos trabajadores abnegados y decididos, y con una suerte bastante el Sr. Donis por su cariño hacía sus paisanos a los que favoreció en todo momento; siguiendo otros muchos de menor capital.
Como alcalde del Realejo de Arriba hijo de la Cruz Santa, merece hacerse mención a don Domingo Luís González pues sus actuación es muy elogiada por sus convecinos quienes le recuerdan siempre con afecto, también desempeñó el cargo de consejero del Cabildo Insular, debiéndole muchas mejoras este pueblo cruzantero.
La vecina Villa de la Orotava le debe gratitud por las reformas llevadas a cabo por su mediación en el hospital de dicha villa, al que dotó todos los adelantos modernos, al desempeñar el cargo de inspector comisario de aquel establecimiento benéfico. Murió muy joven cuando la Cruz Santa y el Realejo de Arriba empezaban a esperar de este buen benefactor y benemérito ciudadano de carácter magnánimo y bondadoso.
Las principales características de la Cruz Santa son muy agrícola, laboriosa, industrial, y egoístas, debido esto último a que la riqueza está muy distribuida, pudiéndose decir que la mendicidad no existe, pues casi todos tienen su casa donde vivir.
En la Cruz Santa existía una importante industria de polvos para limpiar metales y otros objetos, con varios motores y competente personal, entonces propiedad de don Luís González de Cháves y García; llegó a tener hasta siete panaderías, una confitería, confección de calados, cría de ganados caballar y galerías subterráneas para alumbramientos de aguas, y sus sabrosos vinos, que los había para todos los gustos. El tabaco fue cosechado, como el mejor de la provincia.
El terreno se halla todo muy bien roturado y si en calidad no es el mejor, en producción no había otro que lo superase, era debido a la constante laboriosidad de sus habitantes que no cesaban de trabajarlo tan pronto tuviese ocasión para ello.
De las organizaciones que existían, merece mencionar la de los Exploradores de España, institución que llamó poderosamente la atención por el grado de adelanto que se hallaba pues llegó a poseer su himno y publico una revista denominada El Grupo.
En marzo del año 1940 hizo su presentación acompañando las procesiones de Semana Santa la banda de música de O.J. de Flechas de la Cruz Santa, agrupación que dirigió en un principio don Ernesto Villar Oliva; después pasó a dirigirla don Lucas Santana Cruz, el cual la presentó en Madrid el año 1943 al celebrase la fiesta onomástica del Caudillo de España, mereciendo muchos elogios. Más tarde la dirigió don Oscar Pérez Regalado, el cual la colocó en un brillante estado, desapareciendo a poco tiempo por faltarle la paga al mencionado director, y fue creada por don José Alberto González y don Luís González de Chaves García, contaba con 18 músicos, los que fueron admirados por la brillantez de las ejecuciones, de los pasajes y el adelanto en que se encontraba, pues poseía más de setenta piezas musicales, a pesar de no tener más que tres años de existencias.
Decía la «La Gaceta de Tenerife» correspondiente al mes de mayo de 1928: “… «El próximo domingo, día 27 del que cursa, se celebrará en esta localidad la festividad de la Santa Cruz, patrona de este pago. Por la mañana llegará la Banda de música de la Orotava, la que amenizará los actos de la misa, ocupando la sagrada cátedra el venerable cura  párroco don Carlos Delgado y Delgado. Acto seguido saldrá la procesión de La Cruz, acompañada de la referida Banda, autoridades civiles y eclesiásticas y tropa de Exploradores de esta localidad y las de los pueblos Realejo-alto y Realejo-bajo. Por la tarde habrá carreras de sortijas a caballo, para la cual hay muy bonitas cintas donadas por las señoritas de esta localidad. Por la noche concurso de fuegos artificiales, confeccionados por el afamado pirotécnico don Pedro Pacheco. El lunes, día 28, por la mañana, misa con sermón, varios regocijos populares y partido de fútbol, y por la tarde y noche animados bailes»…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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