domingo, 4 de febrero de 2018

DON BUENAVENTURA MACHADO MELIAN. EL MÉDICO DE LOS POBRES, UN HOMBRE BUENO EN EL RECUERDO



¿PARA CUÁNDO EL ESTADIO MUNICIPAL “LOS CUARTOS” (SU ESTADIO, QUE ÉL MIMÓ Y CONVIERTO EN UN REFERENTE FUTBOLERO, DE ELITE) DE LA VILLA DE LA OROTAVA LLEVARÁ SU NOMBRE, ADEMÁS DE UNA APARIENCIA EN BRONCE EN SU HONOR EN EL CENTRO DEL PALCO. PROPUESTA QUE NOS HACEMOS LOS OROTAVENSES PARA PERPETUAR SU MEMORIA EN EL FÚTBOL TINERFEÑO Y EN ESPECIAL EN EL DE SU CIUDAD NATAL LA VILLA DE LA OROTAVA…?

Aniversario de su fallecimiento. Se nos fue un hombre bueno, un médico ejemplar, un deportista modelo y un cristiano original. La Villa de La Orotava está de luto hasta su último rincón, todos, pero todos le deben, le debemos a este Doctor, que un día una alumna del IES La Orotava Manuel González Pérez escribió un artículo en su honor, que tituló EL MÉDICO DE LOS POBRES, era el médico de todos, ofreció las ciencias médicas  a cambio de nada. La Orotava, la Villa, su villa, lo homenajeó con el titulo de VILLERO DE HONOR, la escuela Municipal de Fútbol lleva su nombre y una calle, la suya, la de sus juegos infantiles y eso que pudo más que su antigua y clásica denominación “CALLE DUQUE”. Pero la Villa tiene una deuda muy importante con don Buenaventura, no han logrado, o no han querido rotular el Estadio Municipal Los Cuartos en su nombre y un busto de bronce en la entrada, a Don Buenaventura Machado Melián se le merece, él fue el que lo plantó de Césped natural, él fue el que lo acondicionó como un gran estadio de un pueblo merecido, el fútbol de la Villa fue todo una institución en su honor, esperemos cumplir con esta misión.
El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; ÁNGEL GARCÍA GONZÁLEZ, remitió entonces estas notas que tituló; “DON VENTURA EN EL OLIMPO”: “...He tardado  varios días en reaccionar, buscando la carta que nos mandó Don Ventura desde el Olimpo, en los carnavales de 1975. Por fin la he encontrado en la página 4.290 del tomo 2º de la novela por entregas "Senda de redención”, un tocho de diez centímetros de grueso, de donde extrajimos la letanía "Venturus Salvanus", un domingo de carnaval que la U.D. Orotava perdió en Las Palmas con el Hespérides por 7 a 0 y que lloramos como viudas desconsoladas por las calles de la Villa, implorando el favor de Don Ventura.
Y es que, para los jugadores del Orotava, Don Ventura era como la Virgen de Candelaria, a cuyo seno voló el día de su santo. Para cualquier problema, ya fuera de tipo de trabajo, económico, familiar, de estudios, de libros, de enfermedad, de lesiones, incluso de suplencias y de incomprensiones, allí estaba el hombre bueno, el amigo y a la vez respetado jefe, que te buscaba una solución.
Le vi por primera vez en Los Cuartos en la temporada 1956-57, cuando trajo de entrenador a su amigo Juan Herrera (avalado por sus grandes éxitos en el C.D. Price) y de fichaje "estrella" a Filiberto, que había sido jugador del Tenerife.
Después en la temporada 1958-59, como aficionado y colaborador del Plus Ultra, junto a un selecto grupo de sus amistades.
Al año siguiente, ya más de cerca, en el Orotava, esperando su llegada los domingos desde Santa Cruz, con Francisco Sánchez de la mano, "prestado" por el Hermano Félix, del colegio La Salle. Como pago a cuenta, el centro delantero le brindó al doctor dos goles al U.D. Güimar, el día que le entregaron a Don Ventura el título de PRESIDENTE DE HONOR de la U.D. Orotava, el 31 de enero de 1960.
Esta distinción la llevaría toda su vida Don Ventura gravada en su mente y en su corazón. En los momentos malos, como cuando el equipo descendió de categoría en 1969, y en los momentos buenos, como cuando se inauguró el césped contra el Coruña en 1971,pasando por la fundación del Trofeo Teide y por la puesta en marcha de la revolución de los trabajadores", para la construcción de los graderíos, una hazaña solamente al alcance de un líder como Don Ventura.
Pero lo que me dejó impresionado para siempre, por su bonhomía y por su clase, fue el detalle que tuvo con nosotros en los carnavales de 1975.
Resulta que en la Villa teníamos un grupo carnavalero (la mayoría ex-futbolistas), que desde 1969, veníamos sacando a la calle por esos días, una satírica  parodia de temas de actualidad local, compuesta por carroza, música y picantes canciones que no pasaban censura, tan estricta por esa época. Ese año se dio la circunstancia favorable para la fiesta, de que unas semanas antes, se suspendieran, casi al unísono, en Pleno en el Ayuntamiento, una Junta en el Liceo y otra en la U.D. Orotava, al parecer por "falta de asuntos". El pueblo soberano por un día, condenó a los máximos responsables a la guillotina, eso sí, previa concesión de la última voluntad. Las escenas fueron de tal crudeza, que hasta nosotros mismos estábamos acongojados, máxime cuando en las Cuatro Esquinas, oímos decir a un militar ex-concejal: "A Fyffes los llevaba yo".
Las reacciones esa noche y en los días siguientes fueron dispares. Quizás habíamos ido demasiado lejos. Quizás no se respetó el guión. Hasta que aparece un regalo de Don Ventura consistente garrafón de 16 litros de vino, una cesta de chorizos y una carta que decía y dice así:
BUENAVENTURA MACHADO MELIAN
                  - Médico -
Calle Dr. Domingo González García
              -La  Orotava –
Mis estimados amigos:
                    Les escribo estas líneas desde el Olimpo, sitio al que me habéis enviado el pasado domingo, después de hacerme conocer las delicias de mi colega el Dr. Guillotín.
Es un honor éste, no merecido, aunque por ahí me las den todas, como decía aquel castizo corregidor, pero para que veáis no anida el rencor, en esta mi ánima, os envío el más selecto "Néctar de los Dioses", en prueba de buena voluntad; creo que os llegará intacto, y, si por casualidad no fuese así, habría que achacárselo a la evaporación que, en estas regiones etéreas, existe en grado sumo, y no a descuido ó trasiego del portador, que es un Espíritu puro, y, por tanto, incapaz de catar un buen vino, aunque sea de un Monje.
Por aquí, y no más llegar, buscaron me empleo en las etéreas praderas, para replantar el césped, que el Gran Manitú y su séquito hoyan frecuentemente, en pos de la caza del búfalo; también hay otros cuantos chalados, que se empeñan en jugar al fútbol con una pelota cuadrada ó, mejor, cúbica, haciéndome sudar luego de lo lindo, poniendo panelas en los destrozos.
A nuestro compañero de infortunio, LUIS ACEBAL, lo han empleado escanciando sidra en los banquetes de Baco, le vistieron con el traje típico de Asturias y le colgaron una gaita, para que en los intermedios sople, y hay que ver la maña que se da soplando a pleno pulmón.
Lo más curioso que he encontrado, es lo sucedido a nuestro Alcalde ,después de su decapitación, por ese verdugo vuestro tan refinado, alias "El Cojo", le recibieron a las puertas de la Laguna Estigia con todos los honores, propios de un Aquiles o un Teseo, Dioses y Diosas, Ninfas, Faunos, y todo este Olimpo en pleno, le dieron la Bienvenida, acompañamiento con músicas, por cierto ,alcancé a ver a lo lejos, a aquel Regalado, el célebre TAQUITO, que cantaba, aquello de "Las Cosas del Pueblo", de Calamita: "Mujer, mujer, venga para acá ...etc."
La mismísima Diana le entregó un cetro parecido al que el Mencey Acaymo usaba en los consejos reales, y el Dios Marte, radiante su cimera plateada, le condujo a presidir más lejos de la constelación de Magallanes, a un municipio que, por lo visto, tiene problemas con el alumbrado, tal cual pasa en nuestra Villa. Por de pronto la cosa le debe ir bien, pues no ha vuelto de ese nuevo cargo.
Estas cosas, tan peregrinas, que nos están pasando en estas regiones celestes, os lo debemos a vuestra manía de arreglar el mundo al estilo de Robespierre; si al menos hubierais llevado el caso en un sentido más moderno, cual corresponde a vuestra época juvenil, nos hubierais hecho gracia de presentar el nuestro en la ONU ó en el Tribunal de La Haya. De este modo nos hubiésemos librado per secula  seculorum de la maldita guillotina de ese demonio del Cojo, y de todo el cortejo de Angelitos que tan ignominiosamente nos condenó a morir, por defender al pueblo, como los hermanos Graco y otros patricios hicieron en su tiempo.
Al ser inmortales en estas horas, podemos saber lo que ocurrirá en el futuro a vosotros, aunque el porvenir no podemos revelarlo a los mortales, bajo pena de expulsión al territorio de Plutón. Sólo os hacemos esta advertencia: acordaos que hubo también un 9  Termidor. El que a hierro mata......
Hasta entonces estaremos aquí penando, pues a vosotros os tocará relevarnos de estos menesteres tan poco acorde con nuestro oficio, y entonces reunirme con mis maestros Hipócrates, Galeno y Jiménez Díaz, para escuchar de nuevo sus dilectas palabras
Adiós amigos, probad el néctar y emborracharos a mi salud. Gracias por todo Un abrazo.
                        (Firma)
ITEM: Los chorizos adjuntos no son alusivos. El envase enviarlo a mi domicilio terráqueo."
! Qué gran gesto ¡Y encima nos daba las gracias Su carta nos reconfortó. Se nos disiparon las dudas.  Se nos quitaron las penas. Y alegres en la Piñata bebimos hasta la última gota de vino y además ---por prescripción facultativa.
Hace unos años, cuando le pedí la firma del libro "Un médico ejemplar", de Rossana D. Agostini, en el salón de plenos del Ayuntamiento, le vino el "guillotinazo" a la memoria porque me escribió: Para Angelito, mi verdugo de carnavales, con cariño,13-XII-2007".
Hoy, al tener otra vez entre mis manos tan preciada dedicatoria, se me han escapado dos lágrimas que han emborronado la fecha. En su lugar he puesto como he podido ETERNAMENTE..."
El amigo de la Villa de La Orotava desde la infancia; FRANCISCO SALAMANCA DE LA PEÑA, remitió entonces estas notas que tituló; “TRES MÉDICO FALLECIDOS”: “...En estos últimos días he perdido a tres compañeros con los que me unía una entrañable amistad y cariño. El primero de ellos fue Paco Acevedo García, gran internista del Puerto de la Cruz, al que conocí desde su época de estudiante de Medicina en Cádiz, cuando yo recalaba en aquella ciudad en mis viajes en barco desde Salamanca a  casa y me reunía con los canarios que allí estudiaban. Le llamábamos "ElPibe”. Luego, esa amistad se consolidó cuando trabajamos  juntos en la Casa de Socorro de La Orotava y cuando Juntos formamos parte de la Junta Directiva del Club de Leones del Puerto de la Cruz.
Le siguió Pedro de las Casas, digestólogo prestigioso, otro gran amigo con el  que formé parte del equipo médico del aeropuerto de Los Rodeos y más tarde compañero de la Residencia Sanitaria, hoy día Hospital Universitario de la Candelaria, cuando me incorporé al departamento de Ginecología. Y por último, hace solo tres días; nos dejó Buenaventura Machado Melián. De las dotes de Ventura como médico y persona, ya han sido derramados, y con muchísima razón, ríos de tinta por "mejores plumas que la mía. Yo solo deseo contar una anécdota ocurrida a principios de los años sesenta cuando me iniciaba en el ejercicio profesional en mi villa natal, La Orotava.  Era madrugada cuando el timbre de mi casa sonó insistentemente, cosa habitual entonces porque era la época de la asistencia de partos a domicilio. Pero esta vez no se trataba de riada relacionado con mi especialidad. Era un hombre de los Altos de la Villa que no encontraba médico y requería mis servicios porque su padre estaba muy enfermo y necesitaba urgentemente asistencia médica. Por mucho que le dije que yo solo me dedicaba a partos y enfermedades de las mujeres, fue tal su apremio que me vi obligado a acompañarle. Al llegar a la casa, en los Altos de La Orotava, me encontré con un señor mayor con un cuadro de taquicardia tan grave que me daba la  impresión que se movía hasta la cama. Y yo no sabía lo que  había que hacer ni tenía a quien recurrir. Encontré en mi  maletín una caja de Valium en ampollas, y rezando todo lo que sabía me dispuse a inyectarle en vena una ampolla: El cuadro, afortunadamente para mí, mejoró, pero mi incertidumbre continuaba latente. Yo sabía que Ventura Machado pasaba sus días de verano en Las Cañadas alojado con su familia en la hoy desaparecida Casa del Médico, pero que todas las mañanas bajaba a La Orotava para atender su consulta de la Seguridad Social y a sus enfermos particulares, que nunca abandonó. Así que le indiqué al hijo del enfermo que se apostara en la carretera y que cuando viera aparecer el coche de don Ventura le parara y trajera urgente a la casa. Cuando entró en la habitación me sentí el hombre más feliz del mundo. Le conté  atropelladamente  con lo que me había encontrado y cómo había actuado. Con su cara bonachona y una gran sonrisa me dijo: "Pancho, acaba de salvarle la vida a este hombre: Ahora me encargo yo”. Le di un fuerte abrazo, Ventura, con su proceder y sapiencia, había salvado dos vidas, la de aquel pobre hombre y la mía, que casi me muero del susto, Así era Ventura.  Que los tres descansen en paz...”
El amigo desde la infancia de la calle El Calvario de la Villa de La Orotava; FRANCISCO SÁNCHEZ GARCÍA, remitió entonces estas notas que tituló “DON VENTURA, SOBRE TODO….NUESTRO AGRADECIMIENTO”: “...Me tengo que remontar a la temporada futbolística 1959/1960. La UD Orotava, gracias a Chile, a otros amigos y a su Juvenil Plus Ultra, no desaparece. Entre esos amigos de Chile,  vuelve a irrumpir ahora  en mi incipiente vida deportiva,  la persona del médico Don Ventura Machado y la del entrenador Sr. Herrera, que apoyaron en todo al amigo Nazario para la recuperación de la UD, principalmente en su  empeño por hacerme debutar en la UD Orotava a los 15 años.
Ya Don Ventura contaba disponía del permiso de mi padre para jugar a esa pronta edad en el Orotava. Bueno fuera. Después de haberle salvado la vida con el viaje a Suecia, al que le acompañó el año anterior, la familia de Isidoro, Herminia y sus hijos nunca dejó de agradecer a Don Ventura, a Mercedes y a toda su familia tan milagrosa curación.
Sólo le faltaba al equipo para mi debut, el permiso del Hermano Director de San Ildefonso se Santa Cruz  de Tenerife, ya que el encuentro se celebraba en día laboral, por lo que era imprescindible la autorización del Hermano Director o del Hermano Félix que era quien me daba las clases de Latín y Griego por la tarde.
Dicho y hecho. Don Ventura se hace presente en el Colegio San Ildefonso como Antiguo Alumno de los Hermanos de La Salle en La Orotava (que lo era), y el pase o el permiso fue inmediato. Hasta el punto que vino el Hermano Félix para decirme que si quería el de todas las tardes que contara con él, dados mis adelantos en Latín y Griego, en los que se hace obligado recordar que tuve como profesores en el Colegio San Isidro de La Orotava a los inolvidables Don José Rodríguez y Don Alfonso Trujillo.
Mis siguientes fichajes en la UD Orotava eran dichos y hecho tan pronto interviniese Don Ventura.
Nunca podré olvidar el arrastre que tenía Don Ventura con la gente de La Orotava. A la de una, puso en movimiento a tantos villeros que le resultó fácil colocarle al Estadio Los Cuartos una alfombra de césped que ha permitido la celebración brillante de tantos Trofeos Teide. A la de dos, movilizó a la misma gente y más que terminó por acondicionar las gradas y paredes del estadio.
Siempre le discrepé, por otra parte, los fichajes del exterior, que le dieron más de un disgusto económico. Pero él siempre quería tener a su UD Orotava en lo más alto, aunque le demostrase que con nuestra gente bien formada y  preparada podíamos alcanzar las metas que nos propusiéramos….. Y lo que era más importante, sin necesidad de arriesgar en lo más mínimo nuestro peculio.
En las elecciones municipales 1979-1983 pensé que iba a barrer, lo que no hizo por no querer encabezar la candidatura de UCD.
Y una amonestación siempre le agradeceré. La del primer  Pleno de la legislatura. Cuando tomé posesión de la Alcaldía, todos los del Grupo UCD se levantaron y por boca de su portavoz me indicaron: “Sr Alcalde. Dominus vobiscum”. Y vaya si estuvo conmigo. Que incluso ha estado todo este tiempo con Isaac. Cosas de la política que resultan simpáticas.
 Asimismo, el pleno municipal que celebramos después del 22 de mayo de 1982, fecha del fallecimiento de mi padre, fue muy emotivo, pues tuve que suspenderlo momentáneamente al no poder reprimir mis lágrimas, al referirse a mi padre con real y verdadera amistad.
Al final de aquella legislatura, y cuando la estábamos celebrando en El Portillo de la Villa, no me podré olvidar de aquellas sus palabras reconociendo que la AIO y su Alcalde habían cumplido, remitiéndome a la Providencia como causante de todo lo hecho en aquellos cuatro años.
Luego, nos volvimos a encontrar principalmente cerca de su despacho, y de la tienda de mi hermana Ito. Siempre nos deseamos, directa o a través de sus hijos o hermanos, que nos fueran bien las cosas, como así creo que La Providencia ha permitido. Por todo lo que ha hecho por esta familia, Gracias...”.
El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN, “ESPECTADOR”, remitió entonces estas notas que tituló “DON VENTURA, LA MEDICINA, EL DEPORTE, LA POLÍTICA  Y YO”: “...Medicina.- Estudió y se licenció en Medicina en la Universidad Central, Madrid, en los tiempos más que difíciles. Y cuando se planteó el eterno dilema, optó por venirse a su pueblo. Aunque mis amigos de ahora me tengan por abstemio, yo tuve también mi época de perras de vino. Y los días de resaca me iba a casa de Ventura, calle del Castaño, Ventura me miraba a rayos y me decía: “no debes beber ni fumar”. Yo salía contento y repuesto psicológicamente hacia mi casa.  Y esa vez al año en que agarras una gripe o similar y coges cama, Ventura venía de visita domiciliaria. Eran tiempos en que había escasez de todo, algunos médicos no tenían coche, en algunas de las zonas altas del Valle no servía para nada, porque no había sino caminos polvorientos en verano y embarrados en los duros inviernos, con la nieve cerquita por parajes de Aguamansa. El burro, o bestia de igual servicio, era el modo con que el médico podía llegar a algunas casuchas o pajares, habitáculo de los pobres enfermos, pobres de solemnidad.
Al estar rodeado de varios médicos en la familia, te enteras de que el 90% de la gente que va a la consulta no tiene nada grave. Seguro que en el Seguro se ha dado lo que cuenta el humorista Manolo Vieira. Se encuentran dos mujeres dicharacheras en la consulta y se produce este diálogo:
.- ¿A qué viniste a la consulta?
.- A nada en concreto, como no tenía nada que hacer y me encuentro bien, vine dando un paseo hasta el ambulatorio…”
Deporte.- En su faceta deportiva, Ventura engrandeció el deporte fútbol en la Villa y en el Valle entero. Tuvo una primera etapa de presidente de la UD Orotava en los años cincuenta; y luego inauguró, en agosto de 1971, el césped en el estadio Los Cuartos. Un acontecimiento apoteósico con el ingrediente del  insular torneo de verano, el I Trofeo Teide. La final, el domingo día 15: UD Orotava 1 Deportivo de La Coruña 3. En ediciones sucesivas, al menos una vez coincidieron un primer divisionario nacional y otro extranjero: el Tatabánya de Hungría. Las dificultades económicas, a más de algunas envidillas procedentes de Santa Cruz (léase Federación), restaron importancia al Trofeo Teide, aunque aún pervive gracias a Dios y a algunos milagros realizados por los herederos deportivos orotavenses de don Ventura. Entre ellos hay dos que le dedicaron en la prensa escrita sendas esquelas mortuorias: Graciano y ‘Borbolla’.
Don Ventura, mi primo Ventura, estuvo entrando al estadio  Los Cuartos  durante algunos años flanqueado por tío Daniel Melián y por un conocido barbero bien trajeado y encorbatado. Algunos aficionados se vestían los domingos con corbata nueva; recuerdo uno, que aún vive,  que al ir a tomar asiento pasaba por la grada de preferencia con la chaqueta algo doblada para lucir una destellante corbata nueva.
Hay que dedicar a los árbitros de partidos regionales una parrafada de homenaje. En su mayoría, eran de procedencia humilde, pobre gente que se vestía de árbitro los domingos para ganar unas perrillas. Algunos de ellos fueron insultados y hasta apedreados cual nazarenos, cuando la afición local consideraba que perjudicaban a su equipo. 
En fin, don Ventura abandonó este mundo sin ver realizado el sueño de colocar a la UD Orotava en, al menos, Segunda División Nacional. La isla nos condiciona desfavorablemente, es un hándicap insalvable. Ciudades peninsulares similares en número de habitantes a La Orotava o al Valle, como son Villarreal, Soria o Almería, pueden mantener un equipo en Primera gracias a que en cien Km a la redonda hay una población de varios  millones de habitantes. La isla termina en Teno, en Anaga y Las Galletas; la capital mantiene equipos en horas buenas o en horas malas, pero nada más. 
En Política, don Ventura tuvo dos etapas principales para recordar: en pleno franquismo, hubo elecciones el domingo 27 de noviembre de 1960, y el tema principal en La Orotava era la lucha,  SÍ o NO, por potenciar la Planta Eléctrica de la localidad, para dar luz a toda la comarca; y en 1979, en las primeras elecciones municipales de esta democracia, don Ventura fue de segundo en la lista por UCD, junto al carismático  letrado J.H. Acosta. Sacaron más votos que nadie, pero una coalición nacionalista, amalgama entre izquierda y derecha, dio la alcaldía a otro valladar también muy valioso en la cantera deportiva: Francisquito  Sánchez.
Esta es la historia. Nos vemos, doctor, en el más allá. Y te volveré a dar la lata como eterno saludable enfermo. Dios lo quiera. Seguramente, una vez más – tú que eres hermano, esclavo y cofrade de las más insignes imágenes de la Semana Santa de La Villa – con mano milagrosa me arreglarás y sanarás la contextura de mi débil carácter psíquico y espiritual. Gracias...”.
El amigo desde la infancia de la calle El Calvario de la Villa de La Orotava; JUAN DEL CASTILLO Y LEÓN, remitió estas notas que tituló; “EL 1 DE FEBRERO AÑO 2011 FALLECIÓ EL GALENO BUENAVENTURA MACHADO MELIÁN (...). LA MEDICINA ROMÁNTICA MURIÓ”: “...EL pasado 1 de febrero falleció el popular médico, Buenaventura Machado Melián (La Orotava, 1922-2011). Desde entonces, han aparecido en periódicos escritos y digitales numerosos artículos que juntos forman un denso y singular obituario. En ellos, se han ido desgranado las diversas facetas de personalidad tan rica y delicada: El Ventura piadoso que creara las cofradías del Cristo de la Misericordia y del Santo Entierro; el Ventura político, dos veces concejal de su Villa y consejero del Cabildo; el Ventura del fútbol, presidente —y presidente de Honor— del «Orotava», referente de las gradas, el césped y el trofeo «Teide». Yo me voy a referir, en exclusiva, al Ventura médico, su vertiente más importante, la de cardiólogo de prestigio, la de internista de fama. Oficios que ejerció con vocación, de manera altruista, desinteresadamente. Lo que le valió el nombre de «médico de los pobres». Con lupa habría que buscar, no ya en Canarias, sino en toda España, un caso igual. Él mismo diría, en declaraciones de 1999: «La medicina romántica murió».
Tras una completa preparación de postgraduado, con el doctorado incluido, en la Clínica de La Concepción —hoy, Fundación «Jiménez Díaz»— , en los cincuenta, empezó a ejercer en La Orotava. Al poco tiempo, era ya el médico de más prestigio del norte de la Isla. Pudo hacerse de oro, como casi todos los compañeros de la época. Tras una larga vida en activo, al final, su patrimonio es un modesto apartamento, en El Médano. Hasta su consulta —primero, en un local normalito y luego, pequeño— era de alquiler. Para él, cualquier circunstancia era suficiente para no cobrar: que era madre de un médico, que era primo de mi cuñado… Por el día de San Buenaventura —seguía celebrándolo el 14 de julio— los regalos no cabían en la casa: gallinas, postres, botellas de whisky… Había noches en que se levantaba dos o tres veces. Tal vez, por eso, su hijo Venturita no le siguió profesionalmente. Pero sí en lo demás: fervoroso católico, competente ingeniero de Montes, magnífico carácter. Para consuelo nuestro, en él, como en sus hermanas, vemos la imagen viva del padre. Siguiendo con el relato, una de aquellas visitas nocturnas solía ser a los altos de la Villa, donde se sufría ¡todavía! la mordedura de la injusticia. Primero, en coche de la Parada, después en burro, al que solían cubrir con la mejor colcha de la casa del enfermo. Cuando había miseria, incluso les daba dinero para las medicinas. Todo por amor al arte.
«El médico de los pobres» era, también, paradójicamente, el médico de los ricos. Porque fue, uno de los últimos galenos que celebraba juntas de facultativos —con su admirado Enrique González, al frente— y que hacía visitas domiciliarias. Médico de cabecera de la aristocracia, en una ocasión lo fue de una adinerada marquesa que yacía enferma, en el Valle, en un hotel de su propiedad. Lo hizo a diario, durante meses. Tras el óbito le preocupaba que los familiares encontraran excesivos sus honorarios. Y lo más curioso: Dos practicantes que atendían, al unísono, a la dama, esperaban a que cobrara él, por si sus facturas eran superiores a las del médico. ¡Insólito! Ante tanta prodigalidad, su tío y maestro, el doctor Pedro de la Barreda le decía: «Ventura, tienes que endurecerte, hay que cobrar…». Y para ser más convincente, el tío Pedro predicaba con la palabra y el ejemplo.
Machado —como se le conocía en el mundillo deportivo—, por el contrario, alcanzó lo que muchos hombres de valía no lograron: el reconocimiento en vida. Recibió múltiples honores: Villero de honor (1983), roturación con su nombre de la antigua calle del Duque (1988), Ranilla de Oro, del Club de los Leones (1990), Homenaje de Hospitén, con participación de los cardiólogos Álvarez Calero y Diego de Armas (1993), Placa de la Cruz Roja (1995). Una digresión: Discrepo, cordialmente, de mi amigo Salvador García: Sí que pudo ser alcalde de su pueblo, encabezando la lista de UCD, en 1979. Se le ofreció y, entonces, no quiso. Acaso, secretamente, le quedó la magua de no ser regidor de su idolatrada Orotava... Su padre lo había sido con la 2ª República.
El mayor homenaje que recibiera don Buenaventura fue póstumo: Su entierro. Los viejos del lugar lo parangonan con los dos más sonados del siglo XX: El del teniente de Aviación, muerto en accidente, en San Javier (Murcia), Lorenzo Machado Brier y el de su compañero y vecino, Domingo González García, muerto en la madrileña Puerta del Sol. Doce esquelas en el periódico y doce sacerdotes en la misa. Una ingente multitud invadía el templo, donde las vistosas túnicas de las cofradías contrastaban con el gris de las gentes. Pensaba yo, aquella mañana, en la querida iglesia de San Juan, su iglesia de tantas vivencias, que mi primo Ventura habría disfrutado viendo su última salida por la Villa de Arriba. Y la hubiera rubricado con aquel gesto suyo: Flotándose las manos, sin entrelazarlas, en línea recta, en posición de rezo. Era la festividad de la Virgen de Candelaria. Y él, para muchos, en alguna manera, fue también una Virgen de Candelaria. Hacía frío y del cielo caía una lluvia salutífera que se mezclaba con no pocas lágrimas...”.
El amigo del Puerto de la Cruz, ex alcalde la ciudad; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces estas notas que tituló “MÁS ALLÁ DE SU PAJARITA”: “...Hay personas que son reconocidas por algún hecho inconfundible. A estas horas, seguro que no quedará conversación ni recuerdo sobre Buenaventura Machado Melián, don Ventura, en que no se aluda a su corbata de pajarita o pitiguay.
Era el hombre impecablemente trajeado, casi todos los días, casi todas las horas, complementado su terno con aquella prenda que le hacía aún más respetable. Era el médico amable, el cardiólogo que atendía a sus pacientes con esmero. Su visita a los domicilios de los enfermos o necesitados era un bálsamo reconfortante para ellos y para las familias. Sus palabras de aliento y sus tratamientos, por supuesto, prologaron los latidos de muchos corazones del valle de La Orotava.
Gran persona don Ventura, gran persona.
A la historia pasará también como el presidente del remozamiento del campo municipal “Los Cuartos”, donde sembró césped, para que el fútbol regional diera un salto cualitativo, para que la isla no se ciñera, en esos términos, al “Rodríguez López” y “La Manzanilla”.
Y como uno de los promotores del Trofeo Teide, uno de los pocos que ha logrado sobrevivir en el panorama balompédico veraniego de este país.
Presidió, en efecto, durante muchos años, la Unión Deportiva Orotava. Como dirigente futbolístico, se ganó el aprecio y el respeto de todos. A principios de los años 70, echó un pulso a la entonces casi intocable Federación Tinerfeña de Fútbol y encontró eco en el mismísimo diario Pueblo y en la inolvidable Hora 25 de José María García. En los círculos futbolísticos de entonces era conocido y aludido como Machado.
Probó fortuna después en la política local, pero no tuvo fortuna, mejor dicho, respaldo popular para acceder a la alcaldía de su pueblo.
Pero siguió siendo el profesional apreciado, el hombre tranquilo, el médico de todos. “¡Voy a ver a don Ventura!”, la frase más socorrida.
Esposo y padre ejemplar, llevaba a su Villa en el alma, sin tener necesidad de alardear ni de sentir complejos. Sus cualidades merecían los honores, el reconocimiento institucional.
Por todo eso será recordado. Por todo eso que es bastante más que aquella pajarita inconfundible y que le ha acompañado hasta el final de sus días.
Hasta siempre, doctor, presidente… don Ventura...”.
El amigo y compañero del IES La Orotava Manuel González Pérez del Barrio de San Antonio; AGAPITO DE CRUZ FRANCO, remitió entonces estas notas que tituló “DON VENTURA, MÉDICO DEL PUEBLO”: “...Hay seres humanos, que, cuando desaparecen del tiempo es como si toda una época se fuera con ellos. Don Buenaventura Machado Melián (La Orotava 1922-2011) fallecido el pasado 1 de febrero, es sin duda uno de ellos.
Don Ventura, médico del pueblo, conocido también entre las gentes de la Villa como el médico de los pobres, si por algo se caracterizó en su dilatada vida fue por ser un médico ejemplar, aparte de toda una autoridad en la especialidad de pulmón y corazón y uno de los mejores especialistas de todo el Estado en esta materia. Así lo definiría Naira Yurena Ruitort, alumna de ESO del IES La Orotava-Manuel Glez Pérez cuya biografía sobre su vida obtendría en 2009 el primer premio, dentro de la modalidad de investigación histórica que cada año convoca el Ayuntamiento de La Orotava (Ver www.iesorotava.es enlace en portada: “Un médico ejemplar”).
Ha sido esta circunstancia, junto con la entrevista –cuya grabación guardamos como un documento de especial relevancia- que concedió en la primavera de 2010 a los también alumnos de ESO del mismo Instituto: Evelyn Pérez, David Oliva y Luz Margaret González sobre las bondades para la salud de Las Cañadas del Teide, al hablarles de su etapa como responsable del antiguo sanatorio en este lugar, los dos últimos actos sociales de Don Ventura. Entrevista esta última (en la imagen), que formaría parte también de otro trabajo escolar sobre medio ambiente: “El ser humano y el Teide” primer premio de la convocatoria hecha por el consistorio villero sobre naturaleza y biodiversidad en tierra de volcanes. Harto significativo que quien hizo más que nadie por la vida de las personas, dedicara estos dos últimos momentos de profundo contenido social  al final de sus días, al protagonismo de los más jóvenes.
En la Villa de Arriba de La Orotava, junto a la calle que lleva su nombre y que enlaza con la de otro médico emblemático en la Villa, el Dr. Domingo González, unos eternos castaños de indias dan fe de su vida, que por bien descrita en el enlace anterior, o en el libro que le dedicara  Rossana Degil Agostini Righetto: “Un médico ejemplar, Don Buenaventura Machado Melián”, no voy a entrar en ella.
Sí, reflejar, ese sentimiento del pueblo sencillo que siempre habló de él como el médico que ni siquiera cobraba los honorarios cuando las personas sin recursos acudían enfermas a que los curase. Una consulta, de la que su compañera  y esposa de toda la vida y ya fallecida Mercedes Álvarez formaba parte también.
De vocación eminentemente social, fue conocido, además de cómo médico o por su tarea en la Cruz Roja, por su impulso al deporte al frente de la U. D Orotava donde crearía el actual Trofeo Teide de fútbol. Y no puede por menos dejar de citarse su etapa política como concejal en el Ayuntamiento de La Orotava, donde renunciaría a ser alcalde y a cobrar sueldo alguno del erario público por su labor.
Persona y personaje del siglo XX, su vida está entrecruzada por todos los avatares de este agitado tiempo de luchas sociales, pobreza, odios, guerras y esperanzas. Sencillo, trabajador, honrado, excelente profesional, político ejemplar y persona bondadosa donde las haya, Don Ventura –que no dejó nunca, ni hasta en sus últimos días de vestir su simpática pajarita al cuello- ha entrado ya en la historia: El mensaje de San Pablo: “Si tuviese el don de mover montañas, pero no tuviese caridad, nada soy” se lee aun con letras pretéritas salmantinas sobre el dintel de la puerta de su antigua consulta. Sin duda, toda una definición de su ser y su sentir. Descanse en paz, quien nos dijo adiós el día que en los centros escolares celebrábamos el Día de la Paz y a quien despedimos en otro tan importante para Canarias como el Día de la Virgen de Candelaria.
Vaya para sus hijos: Ventura, Carmen, Mercedes y Angelita, así como para el resto de su familia, el reconocimiento y agradecimiento que todo un pueblo supo reflejar en su despedida, entre la lluvia de febrero y los ritos ancestrales de la Iglesia de San Juan del Farrobo de La Orotava...”.
El amigo de la Villa de La Orotava desde la infancia en la Calle El Calvario; JESÚS GUTIÉRREZ DELGADO “BORBOLLA”, remitió entonces estas notas que tituló; “EL ESTADIO DE LOS CUARTOS Y EL DOCTOR BUENAVENTURA MACHADO”: “...El amigo Bruno, y el que suscribe pensamos que el doctor Buenaventura Machado Melián contribuyó a cimentar en los años setenta del siglo pasado la modernidad de la Unión Deportivo Orotava. Fue pionero en el Valle en poner césped natural a nuestro estadio y consolidó la construcción y mejora del graderío. El presidente Machado impulsó también el nacimiento del Trofeo Teide, decano de Canarias y hoy todo un clásico de los torneos veraniegos de fútbol de nuestro país, con más de un cuarto de siglo de historia. Lo que supone, a mi jui­cio, suficientes argumentos para que los nombres del Estadio Municipal de Los Cuartos y el del doctor Machado vayan de la mano. Un estadio de fútbol es realmente estadio cuando una alfombra de verde na­tural se extiende a los pies de un graderío significativo; y podríamos decir que el doctor Buenaventura Machado puso la se­milla primigenia del césped del Estadio Municipal de Los Cuartos de La Orotava. Estarán conmigo en que está bien estar ahí en tiempos de bonanza, pero más loable lo es cuando hay dificultades. Por lo dicho anteriormente y mucho más, estimo que el doctor Machado fue el presidente de la transición de la historia de la Unión De­portiva Orotava, a la que supo sacar del os­tracismo arcaico, pues facilitó la moderni­dad del club y sus infraestructuras, aparte de que lo presidió con cordura, honestidad y eficacia. Los nombres de la UD Orotava y del doctor Buenaventura Machado Me­lián ya están unidos, es cierto; pero está en nuestras manos que ese vínculo sea impe­recedero y que se consolide con la instala­ción de un busto suyo a la entrada del esta­dio y con la denominación del campo co­mo Estadio Municipal Los Cuartos-Doctor Buenaventura Machado Melián. Entrar en su valoración como persona de bien y mé­dico nos obligaría a quitarnos el sombrero. En cualquier caso, diversos reconocimien­tos públicos e institucionales avalan ya su trayectoria personal y profesional, aparte de la humanitaria, la más valiosa, a mi pa­recer. Dejo abierto el debate y planteo la creación de una plataforma capaz de traba­jar en pro de lo antedicho. Y en caso de ob­tener el respaldo institucional municipal, hacer una suscripción popular entre depor­tistas, simpatizantes, amigos y público pa­ra conseguir los fondos económicos nece­sarios y sacar adelante este asunto...”.
El amigo de la Villa de La Orotava desde la infancia en la Calle el Calvario; ISIDORO SÁNCHEZ GARCÍA, remitió entonces estas notas que tituló; “BUENAVENTURA  MACHADO MELIÁN”: “...Al Doctor Machado Melián lo conocí a finales de la década de 1950, cuando jugaba al fútbol en el Juvenil Plus Ultra de La Orotava que tanto entusiasmó a José Luis Sánchez Paraodi, a Justo Sobrón y a Enrique Sáenz Tapia. Sabía que don Ventura, como le llamábamos, vivía en la Villa de Arriba y era pariente de los amigos y compañeros del Colegio San Isidro, los Fuentes Melián, de la Casa Azul, y de Juan Antonio del Castillo León, de la Plaza del llano o Franchy Alfaro También que era sobrino de don Pedro Melián, el practicante que le ponía las inyecciones a mi abuelo Eustaquio, y familiar del doctor don Pedro de la Barreda, casada con Angelita Melían, quien le animó a ejercer sus años de Medicina en la madrileña Clínica de la Concepción dirigida por el Dr. Jiménez Díaz. Creo que entonces se entusiasmó con las corbatas de pajaritas o “pitiway” que nunca le abandonaron.
Fue en mi última temporada futbolística federada, 1958-59, cuando conocí la visita del Dr. Machado a la casa familiar de la calle Calvario frente al cine de don Casiano y al bar Parada. Mi padre se encontraba enfermo y tenía que ser operado. Por sugerencia del Dr. Suñer, que trabajaba como jefe de la Seguridad Social en el inmueble de al lado, mi padre viajó a Suecia para ser intervenido quirúrgicamente en una operación de vida o muerte.  Fue en la clínica Karolinska de Estocolmo, y el Dr. Machado se comprometió a ser compañero de viaje. Conocieron entonces la amabilidad de la familia Gadefeldt, particularmente de Birgitta, el Ángel sueco de Juan Cruz Ruiz, quien les ayudó con el Dr. Foster a solventar la papeleta. Como más tarde lo hizo con Jesús, el de la Florida, cuando marchó también a Suecia para curarse de un grave problema de salud. Al igual que con Otelo y algunos miembros de nuestra familia. Por ello eterna gratitud a esta familia sueca y por supuesto al Dr. Machado Melián.
Con el paso de los años coincido con el amigo Ventura en la transición democrática apostando por un partido político de talante nacionalista, el Partido Popular Canario (PPC) que lideraba el profesor Bernardo Cabrera.  Sin embargo la irrupción de la UCD en la vida política española nos hizo cambiar y el doctor se marchó a las filas de Adolfo Suárez. Nos encontramos de nuevo en el Ayuntamiento de La Orotava en 1979 pero él se quedó en la oposición. Cuatro años muy interesantes no exentos de conflictos y debates políticos en los que le notaba la experiencia y la madurez adquirida en años anteriores, sobre todo en el enfrentamiento “eléctrico” con las autoridades municipales lideradas por Pepe Estévez.  
Ventura tenía una familia amplia que siempre le acompañaba y un círculo de amigos que le apoyaba en todas las cuestiones en las que se involucraba. Por eso estaba en el fútbol como presidente de la UD Orotava, y en las cofradías y en las organizaciones sociales relacionadas con la Villa. Por algo le llamaban “el médico de los pobres.”
Ahora que Ventura ya no está con nosotros tenemos que recodar el papel que desempeñó como médico del corazón y su fe en la climatoterapia. Su apuesta por el sanatorio fue tremenda y aunque ya no esté la Casa del Médico estoy seguro que Ventura estará frotándose las manos a la espera de que algún día se construya un Centro Helioterápico en las Cañadas  del Teide.
A sus hijos, en particular a Venturita, compañero profesional, les digo que pueden sentirse orgullosos de sus padres, de Mercedes y de Ventura. Todo un ejemplo de matrimonio ejemplar ¡Descansa en paz Doctor¡...”
El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; ANTONIO LUQUE HERNÁNDEZ, remitió entonces estas notas que tituló “DON VENTURA”: “Homenaje de respeto, admiración y afecto a esta gran figura médica desaparecida, que prestó servicio durante sesenta años en La Orotava y en la isla de Tenerife.
Ha muerto: el Doctor Don Buenaventura Machado Melián, a quien Dios ha llamado a su seno, el 1 de febrero 2011, a los ochenta y ocho años de su edad. Cardiólogo eminente, era grande su desinterés hacia todo aquello que en este mundo se distingue por su mercantilismo. Poseía un corazón abierto a todos los dolores. Mantenía también su talento y su ciencia, sin restricciones, prestos a quienes necesitasen de su auxilio, como correspondía a su caballerosidad. Le caracterizaba una sencillez extraordinaria, al margen de su posición y de las distinciones con que la comunidad y las autoridades habían premiado su altruismo.
Por eso el acto del sepelio ha constituido una imponente manifestación de duelo. Con la emocionada presencia del pueblo de La Orotava en sus más diversos estamentos, autoridades civiles y religiosas, además de innumerables colegas ilustres y muchos prestigiosos tinerfeños. El frío mediodía de febrero parecía querer sumarse al dolor general. Sentido testimonio de cariño le dedicaron sus confraternos los esclavos del Santísimo Cristo de la Columna, los de la Veracruz y Misericordia y, no podía ser de otra forma, los del Santo Entierro, del que había sido fundador.
Desde el tanatorio inmediato a la parroquia de San Juan Bautista, por la plaza circundante, la multitud se apiñaba silenciosa para acompañar el cortejo fúnebre. Culminó la emoción con la entrada del ataúd en la iglesia, seguido por sus apenados hijos y hermanos, y precedido por los estandartes de las cofradías religiosas, congregaciones con las que don Ventura había compartido tantas alegrías, ilusiones y desengaños, a los sones de la coral polifónica del Liceo de Taoro.          
El templo resultaba pequeño. La solemne nave y las capillas laterales atestadas de fieles, que asistían, con los ojos cargados de tristeza, a una santa misa concelebrada por una docena de sacerdotes. Se percibía que había muerto el médico de todos, que ya no volveríamos a escuchar su voz y su consuelo. Se había ido una valiosa vida, una vida que tenía por divisa la filantropía. Y para la que el trabajo representaba un motivo más que ofrecer a sus semejantes. No es de extrañar, pese a lo pronosticado, la profunda tristeza de los orotavenses, tal es la congoja que nos ha producido su irreparable pérdida...”. 
El amigo de la Villa de La Orotava; JOSÉ ANTONIO GARCÍA GONZÁLEZ, ex presidente de La UD. Orotava. Remitió estas notas que tituló; “DON BUENAVENTURA MACHADO MELIÁN Y LA U.D. OROTAVA”: “...ESTE PASADO 1 de febrero 2011 falleció don Buenaventura Machado Melián, un hombre ejemplar y bueno, que ha sido relevante en la historia de la U.D. Orotava y de la propia villa de La Orotava.
Actualmente era el socio más antiguo y presidente de honor de la U.D. Orotava, club del que fue presidente durante una de las etapas más gloriosas de nuestro equipo, en la que se logró plantar el césped del estadio Los Cuartos y fundar el Trofeo Teide, del cual recibió hace unos años la Insignia de Oro.
No voy a ser yo quien hable de la historia de don Buenaventura, ya que hay gente que lo conoció mejor. Yo solo sé que hace muchos años que dejó de ser presidente del club y también que dejó de asistir a los partidos de su equipo en el estadio Los Cuartos. A pesar de
eso, tengo que decir que siempre hemos notado su presencia en el club. Siempre nos ha servido de ejemplo de trabajo, apoyo Y consejero, liderazgo y, sobre todo, de buena persona que siempre fue. Ha sido uno de los grandes presidentes que hemos tenido en la UD. Orotava y uno de los grandes propulsores de nuestra cantera y del trabajo en equipo, de una junta directiva que siempre estuvo a su lado.
En nombre de todos los que han formado y formamos la familia de la Unión Deportiva Orotava, queremos darle las gracias por engrandecer con su persona y con su trabajo a un Club que nunca le olvidará y a unos copos de nieve que seguirán cayendo desde el cielo al césped del estadio Los Cuartos, para seguir disfrutando del fútbol, defendiendo con orgullo nuestra camiseta blanca, su camiseta...”.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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