viernes, 16 de febrero de 2018

EL ARTISTA OROTAVENSE FERNANDO HERNÁNDEZ GONZÁLEZ (III)



Natural de la Villa de La Orotava y vecino de Los Realejos en donde se casó. Fue un destacado ebanista orotavense, trabajó en la carpintería de don Julián Ananías Hernández Pérez, hijo de don Antonio Hernández que fue betunero de la plaza de la Constitución, de La Alameda o del Kiosco de la Música de la Villa de La Orotava.
Un artista totalmente desconocido para los orotavenses, con una calidad humana y pictórica de una extraordinaria vanguardia. Tal como lo demuestra en estos dos magníficos y extraordinarios cuadros en óleo referentes a paisajes típicos y tradicionales centro - europeo, realizados en el año 1953 cuando comienza su andadura en el mundo del arte. Los cuales están expuestos en el salón domiciliar de su compañero, también ebanista; don Domingo Hernández Pérez.
Fotografías en color que remitió entonces el amigo de la Villa de La Orotava; Domingo Eduardo Hernández y Hernández. El cual nos cuenta (según datos que le facilitó su padre don Domingo Hernández Pérez),  como entró este orotavense en el difícil arte, vanguardista y quehacer pictórico, ya que para muchos sus pinturas son inéditas y sus trabajos artísticos aparecen en la trastienda de lo que pudo y debió ser un artista de vanguardia: “… aprendió un poco con la pintura porque su madre estuvo enferma y la ingresaron en el Hospital Civil de Santa Cruz de Tenerife, y a Fernando lo tenían las monjas en el hospital mientras su madre estuvo hospitalizada. Al parecer una de las monjas aficionada a la pintura para entretenerlo lo ponía a pintar. Fue tanto lo que le gustó y sintió que le dieran el alta a su pobre madre porque pudo haber aprendido mucho más. Al regreso a la Villa de La Orotava con su madre, se dedicó a repartir el periódico de la centenaria Librería Miranda, pasaba por la carpintería y ebanistería de don Ananías Hernández Pérez a dejar el periódico. Fue cuando el ebanista don Domingo Hernández Pérez que trabajaba en ese taller, le dijo que trabajase con él. Empezó como aprendiz del oficio que desarrolló durante su vida, además fue muy aficionado a hacer herramientas con extraordinaria facilidad. También era muy aficionado a las  motos que usaba como medio de transporte.
A título anecdótico y debido a la vida de otra época, donde era muy frecuente ponerle sobrenombre o mote a las gentes y máxime entre compañeros de trabajo. Como Fernando, fue un gran amante de los animales y cariñosamente en el taller de carpintería y ebanistería donde trabajó, le llamaban Fernando “EL POLUNO”, porque él estaba muy orgulloso de su abuelo materno don Nicolás González, que era zapatero y vivía en la calle Salazar donde también tenía la zapatería, que tuvo un perro de raza POLUNA y como siempre lo nombraba, los compañeros empezaron a llamarlo “POLUNO”.
A título personal, he observado, al pasar su pintura de color al blanco y negro, sus dibujos son de calidad exquisita, con exactas perspectivas. Lo que me hace pensar que Fernando, como todos los ebanistas orotavenses, supuestamente tuvo que asistir a clases de dibujos en la histórica Academia Municipal de don José María Perdigón.
El amigo de la Villa de La Orotava; MANUEL LUIS MÉNDEZ Y MÉNDEZ remitió entonces (13/02/2017) estas notas: “…Tenemos en casa cuadros de Fernando con los molinos de la Orotava. El recogía cosas que la gente tiraba y después aprovechaba para hacer artilugios. La pintura era una de sus facetas y quizás la más conocida...”.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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