El
amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (2015)
estas notas que tituló; “EL ESPLENDOR DE LA LUZ”: “…Osman
exalta El esplendor de la luz (título de
su exposición “2015”) en su puntual cita con La Orotava festiva de finales de
primavera, allí cuando el Liceo Taoro luce las galas que preludian las
excelencias de la religiosidad solemne y del tipismo romero.
El pintor egipcio, en efecto, plasma como
nadie la luz natural de la Villa monumental, de sus vías, plazas, edificios y
rincones, de modo que el resultado final de cada cuadro es percibido como una
interpretación de su afán y esmero para que esa singular personalidad urbana,
esa plétora de perfiles clasicistas, luzcan con brillo inigualable.
Osman refleja, entonces, la luz propia
hasta reproducir con fidelidad exquisita las condiciones reales de su
proyección. Es una luz homogénea que predomina, que se aprecia de inmediato en
cualquiera de los motivos villeros escogidos, ese paisaje que cautivó a Osman y
del que ha hecho una admirable expresión pictórica.
Ensalzada, por cierto, con la original
fórmula de presentación escogida para la ocasión: dos virtuosos de la
adjetivación, dos excelentes conocedores del arte y de la obra del artista.
Juan del Castillo y Luis Ortega, en efecto, sin protagonizar ni mucho menos un
mano a mano, hicieron gala de su sensibilidad para contribuir, con sus
explicaciones, a El esplendor de la luz.
Conscientes de la importancia de este elemento
natural en la pintura, hablaron de cómo incidió en la producción de artistas
canarios, peninsulares y extranjeros, a sabiendas de la dificultad que entraña
la luz de Canarias. Desgranaron sus percepciones de colores, texturas y
contornos. Juan, que ya colecciona hasta doce presentaciones de la producción
de Osman, lució ese mesurado entusiasmo con el que identifica las excelencias
villeras cada vez que cobran cuerpo artístico.
Y Luis, en un auténtico ejercicio de dominio de las convenciones y los
estilos pictóricos, ensalzó la aportación del autor egipcio al arte hecho en
las islas y desmenuzó los pormenores de los cuadros que cuelgan en las
estancias del Liceo como un sugerente aperitivo de creatividad noble y lustrosa
a las fechas que se avecinan.
Quiso Osman acercarse a El esplendor de la
luz. Y sus lienzos y las descripciones de Del Castillo y Ortega lo lograron…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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