Fotografía
correspondiente al jueves de Corpus de las Fiestas Mayores de La Villa de La
Orotava, del año 1957. Panorámica tomada desde el Balcón de la casa familiar de
los “Herreros y González de Chaves”, en las famosas Cuatro Esquinas de la Villa.
Cruce de las calles; La Carrera y Tomás Pérez (antigua de Home). Archivo de mi
amigo desde la infancia en la orotavense Calle El Calvario, MANUEL FARIÑA
HERNÁNDEZ.
Artículo
que remitió entonces (2015) el amigo desde la infancia de la orotavese calle El
Calvario; JUAN DEL CASTILLO Y LEÓN, que tituló “ORO DE LA ISLA PARA LOS
ALFOMBRISTAS OROTAVENSES”. Publicado en el matutino EL DÍA, el domingo 26 de abril del 2015, en la página 34: “… El día
17 de Abril del 2015, tuvo lugar en el Salón Noble del Palacio Insular la entrega
de la Medalla de Oro de Tenerife a la Asociación de Alfombristas de La Orotava.
Con el recinto lleno de público, hizo su entrada el presidente de la
Corporación Insular, el competente y celoso Carlos Alonso Rodríguez, precedido
de maceros vestidos a la vieja usanza y flanqueado por los vicepresidentes,
Aurelio Abreu y la orotavense Cristina Valido. Entre los asistentes, varios
consejeros del Cabildo - como el villero Dr. José Casañas - , autoridades civiles, militares y eclesiásticas,
el laborioso alcalde de La Orotava, Francisco Linares - arropado por los
concejales Juan Dóniz, Narciso Pérez y David Benítez - , el presidente del Centro Icodense,
José Luis Díaz y los escritores Juan Julio Fernández y Antonio Luque. Y por
supuesto, el variopinto mundillo del alfombrísmo local: el decano Pérez Béthencourt,
los directivos Eustaquio Bello y Javier Méndez, el maestro Domingo González –
que dirige a los 25 artistas que confeccionan el inmenso tapiz de la plaza del Ayuntamiento
- , Javier y Sergio Martín y en fin, Nicomedes Rodríguez, nuestro cónsul en Puenteareas
(Pontevedra).
La velada comenzó con la
lectura del acuerdo plenario por el
secretario general del ente, mi compañero José Antonio Duque. A continuación
abrió el turno de oradores, Jesús Rodríguez Delgado que es, desde su fundación,
en 1990, hace 25 años, el celoso e infatigable presidente de la Asociación que engloba a 300 alfombristas. Sus primeras
palabras fueron invocando las recurrentes del recordado ex-alcalde y veterano
alfombrista, Isaac Valencia – también presente en la sala - : “hoy es un día
histórico para la Villa”… Y siguió con el bonito e ilusionante fin de la
entidad: “velar por el legado de nuestros mayores y transmitírselo a nuestros
hijos”.
Se refirió luego a cuantos
intervienen en el minucioso proceso de elaboración de tapices y corridos – o
cadenetas o saragatas, como las llamaba el legendario Valladares - : las
deshojadoras de flores – para Sánchez Parodi, romántico oficio que solo había
visto en La Orotava - , los recolectores de las perfumadas retamas y las multicolores
arenas del Volcán, los cargadores de las andas del Corpus – nuestros invisibles
costaleros - … Y expresó, por otra
parte, su gratitud al pleno de la Corporación Insular por haber aprobado, por
unanimidad, la honrosa distinción. El dinámico Rodríguez terminó con una
promesa: “Llevaremos la Medalla con orgullo y el próximo 11 de junio, jueves de
la Octava de Corpus, les esperamos en la Villa. De seguro que este año nos
superaremos, si cabe, muchísimo más”.
A continuación, leyó su
discurso el presidente del Cabildo, Carlos Alonso. Entre otras cosas, dijo:
“jamás pensó doña Leonor del Castillo que esa idea de realizar con su familia,
una alfombra con adornos florales para el paso del Santísimo, a las puertas de
su casa, calaría tan hondo en el corazón de los villeros”. Y salpicó el texto
con metáforas cargadas de sentimiento y belleza: “es la celebración de la
familia, de los abuelos que dirigen la labor, de los padres que ejecutan y de
los más pequeños que destrozan mientras juegan con los pétalos. Es la celebración
del color… y del olor a brezo y aromas multicolores.”
Alonso sentenció: “la
festividad del Corpus Christi se celebra en muchos lugares pero me atrevo a
afirmar que en ninguno como en La Orotava”… El parlamento del presidente de la
Isla terminó así: “Las sombras de nuestros mayores se pasean por las calles
empinadas de La Orotava para comprobar cada año el trabajo bien hecho. Son
ellos los que… les vigilan para hacerlo cada año mejor y estarán orgullosos del
legado que han dejado. Les toca a
ustedes mantenerlo y transmitirlo”. La parte musical estuvo a cargo del
cuarteto de clarinetes “Ensemble Villa de La Orotava” que cosechó encendidos
aplausos; terminó con la interpretación de “Fiesta de las Flores”, de Santiago
Reig, antiguo director de la Banda del Regimiento de Infantería de Tenerife.
Las alfombras son la
bienvenida de lujo del pueblo a sus visitantes ilustres – ¡larga nómina! La
Armada y el ministro de Marina, Eduardo Cobián, Alfonso XIII, la popular
infanta Isabel (“La Chata”), Juan Carlos I y la reina Sofía (entonces,
Príncipes de España) , los generales Primo de Rivera y Franco, el nuncio
Antoniutti… - , nuestro mejor escaparate de cara al mundo, la tarjeta de visita
de los orotavenses extramuros del Valle. En fin, la más carismática seña de identidad
de la Villa de La Orotava.
Por cierto, en estos
días que preparo la presentación del último libro de mi amigo Alfonso Soriano,
“Canarios al servicio de la Corona”, compruebo que su tradicional docena de
títulos de Castilla casi ha desaparecido… Viene a cuento, pues, el veredicto de
la poetisa cubana, Dulce María Loynaz, en su libro “Un verano en Tenerife” –
citado por el doctor Victoriano Ríos en el pregón de 1994 - : “… aquella
espiritual idea, hija de mentes femeninas, dio más interés a La Orotava que
todos sus marquesados y sus fueros”…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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