sábado, 10 de junio de 2017

DON VICENTE CARTAYA



Artículo del libro "ANECDOTARIO DEL PUERTO DE LA CRUZ" del amigo portuense; MELECIO HERNÁNDEZ PÉREZ, publicado en el año 1991, sobre el portuense “Don Vicente Cartaya”,: “…En las tradicionales fiestas de julio en honor del Gran Po­der de Dios y de la Virgen del Carmen de hace varías décadas, se encontraba don Vicente Cartaya de palique con Vicente Torres en el umbral de la puerta de su librería en la calle de San Juan, ubi­cada en una dependencia de aquella casona de tan bella estampa, demolida hace ya varios lustros, como consecuencia de una in­sensible y febril etapa en que olvidando la historia y el pasado se rompió el más representativo paisaje urbanístico a cambio de una desenfrenada y torpe especulación.
Por aquel entonces trabajaba en la casa Yeoward, otra jo­ya de la arquitectura canaria borrada de la faz del Puerto, don Reinaldo López, y se encontraba repasando el periódico que traía el programa completo de las fiestas, que una vez leído trató de sin­tetizar en voz alta para el librero, quien le había solicitado tal in­formación.
-Pues don Vicente, aparte de las procesiones del domingo y el martes, como es habitual, el sábado habrá baile regional en el Teatro Topham y verbena en la Plaza del Charco; el domingo, ex­posición de barquitos en la Pila, concierto musical por la banda de La Laguna, partido de fútbol entre el Real Hespérides y el Unión Portuense, boxeo en el Olimpia ...
Mientras relataba la serie de actos programados, observó el Sr. Cartaya que venía calle arriba "El Chalete", un barquero que vivía en la ciudadela de San Francisco, con los calzones bien arremangados, como suelen hacer los marinos al entrar la barca por la playita. Al exalcalde don Vicente Cartaya, aunque le pare­cía pintoresco que la gente se paseara de tal guisa por el barrio de La Ranilla, porque era uso y costumbre y a tono con el ambiente, sin embargo, icosas de la época!, por aquel lugar entendía que era una falta de respeto y de mal gusto, porque eso de ir enseñando las pantorrillas por las céntricas calles, le exasperaba de tal forma que le sacaba de sus casillas; por eso, mientras oía al Sr. López des­granar los actos festivos, justamente cuando pasaba a su altura con la caña de pescar y recogidas las velas de los pantalones, don Vicente, señalando al sujeto para llamar la atención de don Rei­naldo, gritó: -¡Y también habrá gran encuentro de lucha canaria!...”

BRUNO JUAN  ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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