sábado, 17 de febrero de 2018

EL BAR TAPIAS (I)



Fotografía del final de la década de los años cincuenta del siglo XX, sí que es realista, con mucha filosofía. Los orígenes del Bar Tapia en la reciente inaugurada Avenida de José Antonio (actualmente de Canarias) de La Villa de La Orotava, vemos de pies al fundador, promotor, el inolvidable don Eduardo Hernández conocido por don Eduardo Tapia, al lado su hijo Toño y le acompañan dos personaje que dieron vida a la Villa, a la izquierda don Domingo Méndez Dorta esposo de doña Concha la Modista, tenía los plátanos colgados en la puerta del comercio de la ventita en la calle de San Agustín de La Villa de La Orotava, era hermano de don Eulogio y don Tomás Méndez Dorta administradores del desaparecido hotel Victoria que estaba situado en la plaza de la Alameda o del Kiosco de la Música. A la izquierda don Jesús Martín, padre de Miguel Ángel y Aníbal Martín Raya, era contable, dibujante y alfombrista, le tocó confeccionar el Tapiz central de la plaza del Ayuntamiento en el año 1946 y además colaboró conjuntamente con Maximino Escobar, y Pedro Martín conocido por El Flauta en confeccionar la maqueta del templo parroquial declarado monumento nacional en el año 1947 de Nuestra Señora de La Concepción que estuvo expuesto en la capital del Reino, Madrid.
Hablar de don Eduardo Hernández “Bar Tapia”, es como un rodaje de una película de ciencia fisión de la época o una paronímica surrealista, era maestro nacional pero nunca ejerció, su padre fue el principal promotor del popular Barrio de la Villa de La Orotava “Los Cuartos·, sus terrenos eran de él, y los vecinos se han olvidado completamente de esta figura que donó muchos solares para cercenar el hambre y la miseria de la posguerra, y no son capaces de hacerle un gran homenaje en ese histórico barrio orotavense. En el callejón de Los Cuartos cerca del colegio La Milagrosa regentaba una calera, tenía un barco en su propiedad para transportar desde la isla de Fuerteventura las piedras de Cal.
En el Bar Tapia al principio se concentraba el CD. Tenerife, era una novedad ver a sus jugadores de aquella época cenando en sus salones y luego caminando por el barranquillo, calles de San Sebastián, Juan Padrón, Nicandro González hasta la calle Viera, donde se hospedaban en la residencia “REVES” que don Eduardo tenía en la citada calle histórica orotavense.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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