martes, 20 de febrero de 2018

EL TURISMO EN LA HISTORIA DEL PUERTO DE LA CRUZ A TRAVÉS DE SUS PROTAGONISTAS



Mi amigo portuense Melecio Hernández Pérez remitió entonces su obra histórica de la vecina ciudad del Puerto de la Cruz. Me la dedica con mucho cariño. Es una sorpresa mayúscula, pues se trata de uno de los mejores y más completos trabajos que se le puedan ofrecer al primer centro turístico de Canarias y de España, pero que hoy pasa momentos muy difíciles. También quiero agradecer a Nicolás González Lemus quien conjuntamente con Melecio han elaborado un libro excepcional destinado a ocupar un puesto referencia en la historiografía canaria. 
El turismo en Canarias comenzó en el Puerto de la Cruz (hasta el principio del siglo XX se le denominaba Puerto Orotava). Hay que tener en cuenta que hubo razones históricas que explican por qué fue en este lado de la isla de Tenerife y no en otra área del archipiélago canario. El valle de La Orotava había sido desde el comienzo del asentamiento colonial una zona preferente, dada la fertilidad de su suelo y las riquezas acuíferas. Fue el centro de explotación agraria de los diferentes monocultivos que marcarían la historia económica de la isla. Ello favoreció la temprana formación de una colonia extranjera responsable de la comercialización de los productos agrarios destinados  a ser exportados, cuyo lugar de residencia fue sobre todo el Puerto de la Cruz.
Gran parte de la historia de la incorporación de las islas a la orbita científica europea realizadas por naturalistas europeos a lo largo de los siglo XVIII y XIX, incluso parte del siglo XX, tuvo su centro de operaciones en el valle de La Orotava y sobre todo en el Puerto de la Cruz. Recordemos que la mediación exacta del Teide se realizó en la ciudad, Cuando la Academia de Ciencias de Paris envió a Canarias en 1724 al astrónomo y Botánico  Louis Feuillée (1660 – 1732) para que fijase la longitud exacta del primer meridiano que se encontraba en El Hierro y realizara una medición de la altura de Teide, dada su importancia para la Geografía y la Cartografía de las islas, realizó la triangulación para obtenerla en la playa de Martianez. Se equivocó en su medida pues según sus cálculos el Teide medía 21.93 toesas (4.313 m.). La Academia volvió a retomar la iniciativa para obtener  una correcta medida y en vía a Tenerife en 1776 a Jean Charles Bordas (1733 – 1799), matemático unos de los científicos más reconocidos en la Francia de momento, quien daría por fin con la correcta medición del Teide. La medición de Borda, la autentica la realiza en La Paz. Desde este lugar, eligió para su triangulación Monte Miseria (donde hoy se encuentra el Parque Taoro) y la Montaña de la Horca, también en el Puerto de la Cruz, los jardines de Franchi en La Orotava, conocidos por encontrarse allí la palmera de la conquista y el legendario drago, y obtuvo como resultado una altura de 1905 Toesas (3.712.8 m.).
A lo largo del siglo XIX muchos de los viajeros se convertirían en los descubridores del potencial turístico de las islas y aclamaron, sobre todo, al valle de La Orotava por su belleza, idoneidad climática y familiaridad del lugar  - tras la larga presencia de una colonia británica a lo largo de la historia en su puerto -. A todo ello hay que señalar los cambios que trajo consigo el establecimiento del Estado Liberal, que aunque con limitaciones,  acabó definitivamente en 1824 con la Inquisición – prohibía la profesión de hotelero a los extranjeros protestantes-.
Al mediado del siglo XX, concretamente el 21 de julio de 1959, el Gobierno de la España de entonces aprueba el Decreto Ley de Ordenación Económica, más conocido como el Plan de estabilidad (PE).
Desde la Perspectivas del turismo, la apertura al exterior trajo consigo la implicación de los trámites de visado y aduanas para atraer a los visitantes, porque necesitaban divisas, y todo ello en unos momentos en económica y la prosperidad de los años cincuenta y sesenta. El artífice de la operación sería el nuevo ministro de entonces de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne. Uno de sus amigos sería el impulsor del desarrollo del turismo en el Puerto de la Cruz: Isidoro Luz Carpenter durante más de diez largo años, para luego continuar Felipe Machado del Hoyo y Solórzano, Felipe Machado y González de Chaves y Antonio Castro…
Este magnifico trabajo de mis amigos Melecio y Nicolás que se presenta el día 7 de junio 2010 en la sala de pleno del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, intenta abordar la historia del turismo en el Puerto de la Cruz a través de sus personajes  más destacados. Se sabe lo arriesgado que es esta labor porque la ciudad cuna del turismo en Canarias, con tantos años de historia, le debe mucho al trabajo de un buen número de personas – desde empresarios, profesionales y políticos -, pero mi amigos investigadores creen  que los elegidos pueden ser una representación de los más transcendentales hasta el momento de la elaboración de este estudio. Ellos piden perdón por la omisión de algunos que también pudieran haber sido tratados por sus méritos.
Yo les recomiendo esta gran obra científica, investigadora y literaria a los estudiosos de turismo, de historia, de la intrahistoria  en vuestro archipiélago canario en especial del Puerto de la Cruz de verdad tienen una gran recompensa por su gran valor, y también agradecer a tres contertulio – colaboradores de este blog; Isidoro Sánchez García como prologuista, a Juan Cruz Ruiz como presentador y como editor la Escuela Universitaria de Turismo Iriarte.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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