Cristóbal,
Jaime, Domingo, Francis y Pedro. Entonces eran infantiles, puesto que nuestra
juventud comenzaba a los dieciséis años. Los cinco posan al principio de los
años sesenta del siglo XX, antes la recién adquirida cámara fotográfica
automática del amigo de la infancia en
la calle El Calvario de La Villa de La Orotava; Carmelo Santos Villar, el cual
me envía esta extraordinaria fotografía, tomada en la Plaza de la Constitución,
de La Alameda, del Kiosco de la Música o de Los Soldados (exactamente en el
costado sur de la citada plaza, frente al cuartel de Infantería), un Jueves de
Octava del Corpus en las Fiestas Mayores de la Villa de La Orotava.
Cristóbal,
ha sido muchos años encargado de La Casa de Los Balcones, Jaime, empezó
trabajando de impresor en la imprenta Calzadilla, posterior en el comercio (Gómez Baeza del
Puerto de la Cruz, y por su cuenta en el marketing de productos caseros),
falleció en un trágico accidente. Domingo. Empezó a trabajar en los Almacenes
orotavenses de los “Herrero”, terminó su vida como policía Nacional. Francis
estudio Graduado Social y trabajó en la aseguradora Mapfre. Y Pedo García conocido
artísticamente por PEDRO GARHEL le conocí de pequeño, cuando jugábamos en la
plaza de Franchi Alfaro, cerca de nuestros domicilios, coincidimos en el
colegio de San Isidro en diferentes cursos, incluso llegamos a convenir en el
Hospital Militar de Santa Cruz cuando hacíamos el servicio militar. Es cierto
que desde pequeño destacaba en la habilidad artística, el dibujo, la música, la
danza. Nunca perdió el timón, pues él quiso ser artista en su vida, falleció
joven, cuando se esperaba mucho arte de él.
Los cincos son amigo de un servidor desde la infancia, fuimos compañeros en
la Academia Mercantil Atlántida de don Pepe Dorta y don Félix Calzadilla en la
orotavense Calle El Calvario. Salvo Pedro y Francis que coincidimos en el
Colegio de San Isidro de La Orotava en el Bachillerato.
En esos años aun no teníamos dieciséis años, recuerdo que formamos un club
social en uno de los lavaderos de la azotea de mi casa, donde nos reuníamos y
pasábamos el tiempo con vista a realizar bailes que nunca llegamos objetivar.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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