La parte sur del templo parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la
Concepción de La Villa de La Orotava declarado monumento histórico - artístico
en el año 1947, templo totalmente emparentado con la fundación del núcleo
poblacional de La Orotava, a través de una pequeña fábrica datada en 1503, a la
que le siguió una segunda iniciada en el año 1546, la cual estuvo en
servicio hasta los años 1704 y 1705 en los que los terremotos de Güimar la
deterioraron hasta el punto de ser declarada en ruina en el año 1758. El
templo actual es la tercera fábrica, construida en los años de 1768 al 1788,
este templo es, sin lugar a dudas, una de las más bellas
expresiones del barroco en Canarias. La Piedra fue trabajada en principio
por el cantero Patricio García, y posterior por Miguel García Chávez, dejando
en la fachada del templo uno de sus más bellos exponentes. En su interior
destaca el templete principal o tabernáculo, bella obra neoclásica, construida
en mármol y jaspe, traída desde Génova en el año 1822 del taller Guiseppe
Gaggini.
En la imaginería destacan: El San Pedro de Fernando Estévez, obra
barroca. El Cristo de la Misericordia tallado en el año 1586, la virgen de la
Candelaria, también obra de don Fernando Estévez y la Inmaculada Concepción,
obra del genovés Angelus Olivari exportada en el año 1824.
En la pintura; el entierro de Cristo de finales del siglo XVI de Cristóbal
Ramírez, Imagen de la Inmaculada con San Ignacio del siglo XVIII de Gaspar de
Quevedo, Los “Desposorio de la Virgen con San José” del villero Cristóbal
Hernández Quintana. Por último “La Inmaculada y las ánimas del Purgatorio” del
año 1780 del maestro Gran Canario Juan Miranda.
La iglesia de la Concepción de La Orotava, “concha de agua sonante en la
caracola”, joya artística del Barroco español, que pasa desapercibida para
muchos habitantes de la Villa.
Fotografía
tomada en los años cincuenta del siglo XX, destaca la parte trasera de la
derecha, de dos pisos, como segunda sacristía y depósitos, cuya puerta da para
el inicio de la calle Colegio. Además del célebre balcón despensa de la Mansión
de los Monteverde y Lugo.
Este
bello rincón que tiene mucho arte, uno de los más bellos de la Villa, han sido
pintados en diferentes épocas y técnicas.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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