Fotografía
que remitió entonces (2014) el amigo de la infancia y de los juegos mágicos y
la ilusión de la Calle El Calvario de La Villa de La Orotava, CARMELO SANTOS
VILLAR.
La toma
está realizada en la venta de doña Eusebia en la calle Cólogan (Plaza de
Patricio García), adonde acudían a tomarse su vasito de vino, por la Semana
Mayor o por las fiestas Mayores de la Orotava, o por cualquier día del año.
De izquierda
a derecha: Félix Hernández Álvarez, Pífianos, Rafael, Domingo Burgos, y Teté
(Candelaria Luis Expósito), los soldado allí presente, el de la izquierda se
desconoce su identidad. El de la derecha, es
Manuel Oliva Martín que vivía por aquel entonces en el camino de Chasna. Ambos
militares hacían su servicio
militar en el acuartelamiento villero de San Agustín.
Como he
indicado en el titulo de este texto, Pífianos, Rafael y Domingo Burgo, tres
orotavenses en el recuerdo y en la historia. El primero era trabajador del
Ayuntamiento, el segundo el recordado chofer del camión de la Basura y el
tercero, un gran ebanista villero, que montó su propio taller, que fue escuela
de grandes ebanistas, y que sus maquinas eran elaboradas por él mismo. Curioso
taller en la memoria de muchos villeros, en verlo al final de la calle La
Paloma (actual Magistrado Barreda), esquina con la calle Viera.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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