No se sabe con
claridad de dónde proviene el nombre de la población, pero numerosos
historiadores sostienen que podría deberse a la situación de ésta en la época
de los guanches, que llamaban a la zona Arautava o Arautápala. Otros afirman,
sin embargo, que el nombre proviene de Taoro (que era como se denominaba el
antiguo menceyato guanche que ocupaba gran parte del Valle de La Orotava) pero
con las letras cambiadas y que el sufijo "va" es por el propio Valle
de La Orotava.
Los guanches habitaban principalmente en las zonas costeras y en las inmediaciones de los barrancos más grandes y las laderas del Valle. En estos lugares encontraban fácilmente los alimentos y medios para su subsistencia. A la llegada de los conquistadores españoles, como Alonso Fernández de Lugo, se produjo una fiera resistencia, que duró largo tiempo.
Los guanches habitaban principalmente en las zonas costeras y en las inmediaciones de los barrancos más grandes y las laderas del Valle. En estos lugares encontraban fácilmente los alimentos y medios para su subsistencia. A la llegada de los conquistadores españoles, como Alonso Fernández de Lugo, se produjo una fiera resistencia, que duró largo tiempo.
Finalizada la
conquista de esta zona, los conquistadores repartieron las tierras entre los
vecinos, que empezaron a edificar sus casas. La villa se fundó en torno a una
modesta capilla y a sus calles adyacentes, teniendo un alcalde pedáneo
dependiente de La Laguna. En breve espacio de tiempo comienzan a asentarse en
esta villa familias destacadas de la sociedad tinerfeña y se inicia la
edificación de templos, como el de la Concepción, conventos como el de San
Lorenzo, San Benito (actual Santo Domingo), etc. y edificios civiles. Corría
por entonces el primer cuarto del s. XVI.
La Orotava obtuvo del
rey Felipe IV el título de "Villa exenta" el 28 de noviembre de 1648
con alcalde propio (independiente ya de La Laguna). En los comienzos del s. XX
el rey Alfonso XIII le concede el título que actualmente ostenta de "Muy
Noble y Leal Villa", junto con la aprobación de su escudo. Este presenta
algunos símbolos de interés, característicos de esta villa. Así, encontramos en
él un poderoso Drago central, algunas manzanas doradas y dos dragones, entre
otros.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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