Este espacio
público nació al amparo de la antigua ermita de San Roque, junto a la
cual se construyó más tarde la iglesia y el antiguo convento de Nuestra Señora
de Gracia o de San Agustín. Por ello, su denominación primigenia era la de
llano de San Roque. El nombre de plaza de La Constitución lo tornó oficialmente
en 1820 por ser aquí donde se juró por segunda vez la Constitución de 1812.
Según cuenta
José Manuel Hernández, en 1823 se colocó una placa conmemorativa en la plaza
que provocó airadas protestas de los vecinos de la Villa de Arriba, que querían
dar también ese nombre a la plaza de San Juan.
LA PLAZA DE LA
CONSTITUCIÓN DE LA VILLA DE LA OROTAVA empezó a cobrar protagonismo desde
el siglo XVIII. En marzo de 1902 el Consistorio decidió reformar la plaza
por el deplorable estado en que se encontraba el arbolado y el paseo losetado
de piedras molineras. Esta reforma le dio el aspecto que presenta en la
actualidad, una vez ensanchados los paseos laterales. Los trabajos costaron
3.309 pesetas. La otra gran obra que sufrió el recinto a lo largo de su
historia fue la construcción del puente que uniría las calles Carrera y Calvario,
promovido por el empresario Casiano García Feo. Esta obra, iniciada en
1954 y culminada a finales de los sesenta, implicó la
ampliación de la plaza por su costado norte.
Beneficiándose
totalmente en el año 1914 con la colocación en su centro de un monumental kiosco
de estilo neo mudéjar realizado por los hermanos don Nicolás y don Diego
Álvarez, el cual necesita una urgente reparación, para que este espléndido
templete vuelva a recobrar el sabor de antaño, donde sobresalían las
cristaleras de colores nobles que embellecían sus pequeños y románticos
ventanales. En el costado oeste se encuentra la iglesia del ex - convento de
San Agustín. La cual tiene su origen en la ermita de San Roque que en el año
1671 se encontraba al final de la plaza, transformándose en convento de Nuestra
Señora de Gracia bajo la tutela de la Orden de San Agustín. La Iglesia y el
convento fueron realizados por afamados canteros: Lizcano, Rodríguez Rivero,
González Agaete, y Miranda. La fachada fue realizada aprovechando recursos
barrocos, como el arco de medio punto, la espadaña, todo edificado de piedra
molinera. Artesano MUDÉJAR, planta basilicar, subdividida entre nave gracias a
las columnas de orden toscano. El retablo del altar mayor fue realizado en el
siglo XVIII, de madera, destaca la escultura de San Agustín y Santa Mónica de
Fernando Estévez de Sala, el Cristo del Perdón y el Señor, de la Humildad y
Paciencia todos de estilo barroco. Según SABINO BERTHELOT, la comunidad
de los agustinos estaba compuesta por cincos religiosos. El padre Prior, de
fraile no tenía más que el hábito; era un hombre de unos cuarenta años, de buen
porte, mirada viva y tez sonrosada. Había servido en las fuerzas de Wellington
durante la Guerra de España. Los agustinos en la villa poseían excelentes viñedos,
y un padre de origen irlandés, era quien administraba la producción.
Llano de San
Roque fue la primera denominación de la Plaza de la Constitución, tomando este
ultimo apelativo en el año 1820. En marzo de 1902, el ayuntamiento
reforma la plaza ante el deplorable estado en que se encuentra la mayor parte
del arbolado. En 1916 se construye el actual Kiosco de cemento armado, fue
construido por don Nicolás y don Diego Álvarez, con la colaboración del maestro
Granados y financiado por don Félix Reyes Martín. En 1917, se electrifica el
Kiosco.
La
aristocrática Villa de La Orotava vivió siglos atrás un enconado enfrentamiento
social entre la oligarquía local, asentada en la Villa de Abajo, y las clases
populares, residentes especialmente en San Juan del Farrobo, en la Villa de
Arriba.
Durante la
primera mitad del siglo XX esta dicotomía villera se escenificaba a diario de
forma muy palpable en la céntrica plaza de La Constitución, también llamada de
La Alameda o del Kiosco de la Música. Sucedía en aquel entonces que por el
costado sur de la plaza paseaba la gente adinerada, mientras que los menos
pudientes lo hacían por el costado norte, sin riesgo de mezclarse.
Afortunadamente, los tiempos han cambiado y hoy puede afirmarse que la plaza
de La constitución es para La Orotava lo que la plaza El Charco para el
vecino Puerto de la Cruz.
En el costado
este, se encontraba el Hotel Victoria, el cual ocupaba la actual residencia de
la tercera edad, antigua sede de la sociedad cultural del liceo Taoro.
Fundado en el
año 1912 por don Eulogio Méndez Machado, posteriormente fue dirigido por
su heredero don Tomás Méndez. Poseía los más bellos jardines de Tenerife, que
pertenecieron a los marqueses de la Quinta Roja. El hotel Victoria tenía
un huésped de excepción, un fotógrafo catalán de apellido Roda fotografiaba a
todos los visitantes del jardín. El inmueble es del siglo XVIII, destaca su
patio central por su elegancia original. A desaparecer el hotel, el inmueble
fue vendido a la sociedad cultural del Liceo Taoro, y el Victoria pasó a ocupar
una casa en la misma calle de san Agustín donde estaba el comercio de
“Tejidos Antonico” en calidad de fonda.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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