Nos cuenta don Ricardo A. Valeiras, en un artículos publicado en el
matutino El Día de fecha 8 de agosto
de 1993: “…Don Tomás de Ascanio y Méndez de Lugo nació en la
Villa de la Orotava el 15 de noviembre de 1879, hijo de don
Enrique de Ascanio y Estévez - Aponte, que fue caballero cofrade de la
Noble Esclavitud de San Juan Evangelista de La Laguna, alcalde
de La Orotava y Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito
Agrícola, y de doña Eladia Méndez de Lugo y León Huerta. Contrajo matrimonio en
la parroquia de la Concepción de La Orotava el 27 de noviembre
de 1905 con doña Catalina de Monteverde y Lugo. Tuvo este matrimonio numerosa
descendencia.
Fue don Tomás de Ascanio importante terrateniente y agricultor en este
Valle de la Orotava, al frente de una comunidad de bienes con sus hermanos
don Alonso, don Enrique y doña María, que duró 19 años denominada «Ascanio
Hermanos», realizó una meritoria labor agrícola y humana con importantísima
trascendencia social, creando y manteniendo cientos de puestos de trabajo.
Recordemos que por aquel entonces era el cultivo de plátanos el recurso vital
para la economía isleña. La tracción mecánica apenas existía y por tanto, para
su producción y manipulación se hacía necesaria una ingente cantidad de mano de
obra, tanto para las sorribas o roturaciones de las fincas, como para sus
cosechas, empaquetados, transporte y exportación. Por ello es curioso e
interesante relatar cómo ideó y creó en sus fincas del Rincón y otras, la única
instalación semimecanizada de entonces consistente en una extensa red de
vagonetas sobre raíles tiradas por vacas, que facilitaban todos los transportes
hasta el empaquetado de «San Pablo» (que aún hoy existe en ese paraje
de La Orotava, como garaje de autobuses) donde los racimos de plátanos
eran embalados adecuadamente en guacales de madera y acolchonados con paja y
hoja seca de la propia platanera y remitidos para su embarque primeramente al
Puerto de la Cruz y más tarde al de Santa Cruz de Tenerife.
Culminó su importante labor agrícola con la construcción del gran embalse
de aguas denominado «La charca de Ascanio». Fue realizado éste junto al cauce
del Barranco de las Arenas, en el lugar o paraje Quiquirá y en solares
adquiridos a don Leopoldo González Tosco y otros el 21 de noviembre de 1912
ante el notario don José Romero de Castro, de este término. Tienen los muros
que cierran este gran embalse una altura de30 metros y la capacidad de
espacio para el almacenamiento, añadiendo el parapeto, es de unas setecientas
mil pipas de aguas para riegos. Aparte de la gran admiración y expectativa que
tanto técnica como económicamente causó entonces esta espectacular obra, fue su
gran ayuda social la que vino a solventar en parte la gran crisis económica que
con motivo de la primera Guerra Europea azotaba principalmente a la clase
trabajadora.
Fueron muchísimas las gentes que tanto de La Orotava como de sus
pueblos limítrofes solventaron los problemas de manutención de sus familias
gracias a la construcción de esta gran charca. Aunque por diversas razones
estuvieron algún tiempo paralizadas sus obras, fue finalmente inaugurada y
bendecida por el Rvdo. Padre Lajes de la Comunidad de P. Paúles,
de La Orotava, el año 1927, recientemente falleció el último superviviente
de sus peones Pedro Barreto con noventa y pico de años. Pionera pues en el
almacenamiento de sobrantes de nuestro caudal acuífero nos confirma la dejadez
que durante tantos años ha permitido la pérdida de gran parte de este bien tan
preciado como es el agua.
Construyó en 1928, junto con su esposa, el hermoso palacete que hoy adorna
y prestigia esta Villa en la zona de la Plaza de la
Constitución y donde el año 1931 celebraría el matrimonio de su hija mayor
doña Eladia Ascanio y Monteverde con don Bernardo Cólogan y Cúllen, futuro
marqués del Sauzal. En la actualidad este bello edificio alberga las magníficas
instalaciones de la entidad cultural «Liceo de Taoro» y a quienes desde estas
líneas instamos a colocar en su fachada principal una placa conmemorativa con
referencia a este matrimonio de tanto arraigo en el pasado de esta ciudad.
Fue don Tomás de Ascanio persona afable y sencilla, abierto a cualquier
clase social, mecenas y colaborador de muchas obras de diferentes índoles,
presidente de comunidades y asociaciones con la excepción de la política, tanto
local como insular, en la que nunca quiso participar.
Falleció cristianamente, víctima de cruel enfermedad, en Berlín (Alemania)
el 21 de junio de 1937, tributándole los orotavenses a la llegada de sus restos
mortales un multitudinario homenaje en recuerdo de aquel que en vida fue un
relevante prócer de esta Villa de la Orotava…”
El amigo de la ciudad de Icod de Los Vinos; ÁLVARO
FAJARDO HERNÁNDEZ remitió entonces estas notas: “…
Pionero en aprovechamiento de las escorrentías, y ejemplo de iniciativas que
correspondían a organismos del Estado…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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