El
amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava y compañero de docencia en el
IES La Orotava Manuel González Pérez (Barrio San Antonio); ADOLFO PADRÓN
PACHECO, remitió entonces (6/6/2017) estas notas que tituló; “ANÉCDOTAS ENTRE
MOLINOS”: “…Quiero expresar mi enhorabuena al
Colectivo Cultural la Escalera por la
extraordinaria labor realizada los días 3 y 4 de junio de 2017 con la
recreación “Entre Molinos. Patrimonio, Memoria y Tradición”. Proyecto
etnográfico que tuvo como “arteria” principal la ruta de los molinos, en la C/
Dr. Domingo González García donde esta zona de La Orotava sirvió de enlace con
la Villa de Abajo de nuestro municipio.
Durante años la Villa de Arriba
ha sido testigo, en mayor o menor medida, de una actividad comercial e industrial
donde sus parroquianos, ante las necesidades cotidianas, se han abastecido sin
tener que desplazarse a otras zonas de La Orotava.
En esta calle principal que dio vida
durante unas horas a todo un movimiento de personas, ataviadas a los usos de
mediados del pasado siglo, que metidos en su papel, personalizaron a venteras,
pescadoras, curanderas, bordadoras, peluqueras, carpinteros…utilizando las
mismas instalaciones que en su momento fueron vitales para satisfacer la
demanda de servicios y/o el sustento de vecinos y foráneos.
Ese domingo 4 de junio he vuelto a mi
infancia, donde me venían a la memoria muchas historias compartidas con la
familia y los vecinos. Recuerdo que mi padre me enviaba a “Casa de Onelia” a
buscarle un litro de vino para almorzar y un puro para fumárselo después de
comer. Con el estómago lleno se quedaba dormido con el puro en la boca la
ceniza le quemaba la camisa. En la venta de “Doña Carmela” cuando mi madre me
mandaba con una botella a comprar aceite
de oliva, que lo vendía a granel, aprovechaba mientras llenaba la botella en
otra habitación para comer las pipas de la calabaza que tenía encima del
mostrador y pellizcar el pescado salado que tenía al lado. La hora de la
merienda era la mejor, iba a comprar pan de la última horneada a la panadería de “María y Rafael
Núñez” y lo traía en una talega junto con el pan duro que mi madre cortaba y
llevaba para que se lo tostasen con el
rescoldo del calor del horno. Antes de salir de la panadería cogía un trozo de masa de pan que sobraba de la máquina amasadora
para hacer figuritas o “boliches”.
Seguiría recordando anécdotas sobre todo de
la carpintería de mi padre que contribuyó junto con los demás negocios, a dejar
una huella imborrable en la vida cotidiana en la Villa de Arriba. Esa época de mi vida que fue muy entrañable
como lo ha sido la de la mayoría de los niños de mi generación.
Solo me queda desear que esta iniciativa
del Colectivo Cultural la Escalera siga vigente y perdure en el tiempo para,
cómo se comenta en el tríptico “…conocer y revivir algunas costumbres de la
Villa Arriba…” y por supuesto seguir trabajando con otros proyectos culturales
y etnográficos.
Por lo tanto, a todos los que han hecho
posible esta bonita recreación mis más sinceras felicitaciones por esta jornada,
donde se ha retrocedido en el tiempo para recordar momentos que si no hubiera
sido por este evento sería muy difícil revivir. La Orotava, 6 de junio de 2017…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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