Aniversario de
su fallecimiento. El día 14 de junio del 2016, otro día caluroso y soleado del
final de la primavera, “El Popy”, nuestro querido Domingo Luis Expósito se fue
con 74 años de edad a repicar a la torre de Nuestra Señora de la Concepción del
paraíso eterno.
Domingo Luis
Expósito, conocido cariñosamente por “El Popy”. Fue a lo largo de la vida “Él Jorobado”
de Nuestra Señora de la Concepción de la Villa de La Orotava, en su alrededores
se crió y evolucionó su vida.
Nació en la
Orotava en el año 1942, hijo de un matrimonio muy conocido en la Villa;
Francisco Luis (zapatero y músico de la Banda Municipal de La Orotava) y
Eusebia Expósito (ama de casa y tenía un merendero - guachinche en la calle
Cólogan – Colegio – Plaza Cantero Patricio García). Estudió en las Graduadas de
lo bajo del Ayuntamiento, fue monaguillo de Nuestra Señora de la Concepción, en
donde destacaba en una especialidad muy antigua que está a punto de extinguirse
totalmente, “repicador de campanas”, lo hacía con tal maestría hasta hace muy
poco al igual que su hermano el amigo Tomás Luis Expósito conocido por el
“Cojo”. Fue cargador de imágenes, mangas y ciriales en las procesiones, e
incluso en muchas ocasiones actuó de costalero de las Andas de Plata del Corpus
de Nuestra Señora de la Concepción.
En su barrio
rodeado de Coburgos, logró confeccionar un equipo de fútbol con el nominativo
de “La Concepción” para jugar en el antiguo campo de deportes del colegio de
San Isidro de la Villa de La Orotava, con los oratorianos del entonces salesiano
fallecido don Antonio Montero Marroquí.
Trabajó
repartiendo barras de hielo en las desaparecidas y recordadas fabricas de
gaseosas orotavenses; “EL DRAGO” (familia “Padrón”), y “ANDOMI” (Antonio,
Domingo y Miguel) recuerdo de verlo cargando barras de hielos en sus hombros
provisto de un saco para el envase de papas, por los domicilios de la villa,
era pericia que un orotavense – villero le encargara una barra de hielo, para
aquellas neveras confeccionas en madera por los ebanistas de La Orotava y
cubiertas con laminas metálicas, en la que se conservaban los alimentos, cuando
aún no habían llegado los aparatos frigoríficos a La Villa, mi padre Juan
Álvarez Díaz, tenía uno en casa.
De “ANDOMI”,
pasó de peón a la firma comercial “HERREROS” (construcción), hasta que por
enfermedad causó baja definitiva en la vida laboral. A partir de entonces,
nunca anduvo inquieto, primero perteneció a la Cruz Roja Local como mozo,
segundo fue conserje de la URE local (Unión de Radios Adicionados de España),
en el edificio que se le habitó en la plaza de la Constitución, de la Alameda o
del Kiosco de la Música, que con anterioridad había construido encima del
barranco de Araujo la Señora Marquesa del Sauzal doña Eladia Ascanio y
Monteverde, para uso de una tómbola en las Fiestas Mayores de La Orotava, en
beneficio de Carita Parroquial. También fue conserje de la agrupación Local de
Los Socialistas orotavenses (PSOE) en un piso de la Avenida de José
Antonio (actual de Canarias).
Domingo Luis
Expósito, conocido cariñosamente por “El Popy”, a lo largo de su vida ha sido
muy popular en la Villa, en muchas ocasiones le tomaban el pelo, sobre todo sus
antiguos compañeros monaguillos de Nuestra Señora de la Concepción, anécdotas
que él se tomaba con mucho cariño.
Los destinos
de la vida y el progreso de su enfermedad, se auto ingresó por su propia
voluntad en el nuevo y moderno geriátrico de San Sebastián, en el famoso e
histórico Barrio del mismo nombre que se encuentra ubicado entre el Colegio de
San Isidro, Plaza de Franchi Alfaro y La Calle El Calvario. Sus familiares no
se olvidaron de él, estuvieron orgullosos, que por su voluntad eligió lo mejor
para su final de la Vida.
Pero su
metamorfosis padecimiento (progresivo), lo llevó al Hospital de Crónicos de
Icod de Los Vinos, donde nos dijo adiós definitivamente.
Su hermano
Pedro Luis Expósito “HUCHO o PEDRUCHO”, muy amigo nuestro, lo visitaba todos
los días, lo paseaba por los alrededores, para observar su evolución, así como
los demás hermanos y amigos.
Me impresionó
verlo en el geriátrico de San Sebastián, y me entristeció aun más cuando me
enteré que se lo llevaron al Hospital de Crónicos de Icod de Los Vinos.
Soy de los que
opino que los homenajes a las personas que han sido populares en las calles de
los pueblos y ciudades, en este caso en La Villa de La Orotava, se les deben de
rendir en vida. Pues a ellos se les merecen por su popularidad y su constancia
con los habitantes de las localidades.
La Villa de la
Orotava está en deuda con “El Popy” y con “Chicho”·, a los dos se le merecían
un homenaje popular en vida por los villeros, no fue así, pues ambos, en tan
poco tiempo, se han reencontrados en el paraíso eterno, allí uno con el repique
de campanas y el otro devolviéndole la alegría y el vivir a todos los orotavenses
que ya no están con nosotros.
Un abrazo
Domingo y hasta siempre.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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