Panorámica del caserío del famoso Barrio de San Andrés de Santa Cruz de
Tenerife correspondiente al año 1930.
La zona sobre la que actualmente se asienta San Andrés ha sido objeto de
ocupación humana desde la época guanche, según atestiguan los yacimientos
arqueológicos encontrados en la zona, como la célebre Momia de San Andrés o
las necrópolis y cuevas de habitación encontradas en las montañas que rodean la
localidad. Esta región pertenecía al Menceyato de Anaga siendo uno de los
lugares del mismo que concentraban mayor población por su abundancia de agua y
pastos. Según las fuentes contemporáneas, una de las cuevas donde residía el
Mecey de Anaga se encontraba en el valle de San Andrés.
Después de la conquista, el primer vecino y fundador de San Andrés fue Lope
García de Salazar en 1498, al obtener tierras en el valle durante el
repartimiento. Junto a él llegaron su hermano Sancho de Salazar y otros
parientes, así como colonizadores procedentes sobre todo de Fuerteventura. Diego de Ibaute y su familia,
guanches de la anterior nobleza de Anaga que consiguieron tierras en el
repartimiento, también se encuentran entre los primeros habitantes de la
localidad —el apellido Baute, surgido a partir de esta familia, sigue muy vivo
en San Andrés—.
En 1518 se nombran los cargos de alcalde y alguacil para el lugar,
dotándolo de cierta independencia administrativa y judicial. Por estas fechas
cuenta ya con ermita propia dedicada a San Andrés Apóstol, que será
reconstruida y ampliada entre 1662 y 1680.
Durante el siglo XVIII se
lleva a cabo la consolidación del núcleo como entidad de población
diferenciada, gracias principalmente a la fortificación del valle a partir de 1706 y a la fundación parroquial en 1747.
En 1797 San Andrés participará en la defensa de la isla frente al ataque
del almirante Horacio Nelson, al enviar milicianos de la localidad al puerto de
Santa Cruz y al evitar con su castillo el asalto de los ingleses por esta parte
de la costa.
En 1803 el recién constituido municipio de Santa Cruz de Tenerife se hizo
con el territorio de San Andrés de manera fraudulenta, incorporándolo a su
jurisdicción. En 1813, amparado en la Constitución de Cádiz, la localidad
consigue constituirse en municipio independiente tomando el nombre oficial de Valle de San Andrés. Su
jurisdicción abarcaba las tierras comprendidas entre el margen izquierdo del
barranco del Bufadero hasta el roque de Antequera, separándose del también
municipio de Taganana por la cumbre dorsal de Anaga. Igueste y parte del valle
del Bufadero eran, por tanto, antiguos pagos de San Andrés.
Conservó este carácter de municipio hasta 1850, fecha en la que se anexiona
definitivamente a Santa Cruz de Tenerife al no contar con medios económicos
para sufragar sus gastos. Posteriormente y hasta épocas recientes ha habido
intentonas de emancipación que no se han materializado.
Debido tanto a su pasado histórico diferenciado de la capital como a su
relativo aislamiento hasta fechas recientes —la primitiva carretera no llega a
la localidad hasta 1901, siendo bastante peligrosa por discurrir por
acantilados costeros—, los habitantes de San Andrés han mantenido una fuerte identidad de pueblo, con un
marcado carácter luchador e independiente.
La localidad mantiene el estilo de vida tradicional a lo largo de la
primera mitad del siglo XX.
Durante la Guerra Civil y la posguerra, San Andrés vive momentos de dura
represión y se convierte en lugar de ajusticiamiento de los contrarios al
régimen franquista.
En los años sesenta del siglo XX desaparecen el juzgado de paz y su
registro civil, la alcaldía pedánea y se clausura el cementerio.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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