El
desaparecido campo de LA GARROTA situado en la calle Zacarías en La
Villa Arriba muy cerca del Barrio de Farrobo de La Villa de La Orotava, detrás
del Molino de gofio de las cuatro esquinas, servía no sólo para el ocio sino
también para hacer la venta de los productos agrícolas.
Ese campo
durante tres décadas del siglo XX juntamente con la plaza del templo
parroquial de San Juan Bautista en Farrobo fue la gran escuela de futbolistas
de La Orotava. En ambas canchas se anticipo lo que años después iba a
convertirse en futbol sala.
El único
material que tenía esas canchas para la práctica del balompié era la recordada
pelota de fabricación artesanal, cuyos materiales eran hojas de bananas y el
papel de bolsas de cementos, y una piedra en el punto central de la bola. Con
este simple material que en la actualidad se rebuzna, salieron futbolista con
una calidad que muchos quisiéramos tener en la vida.
El amigo desde la
infancia de la Villa de La Orotava; JESÚS GARCÍA DELGADO remitió entonces
(2012) estas notas: “…No cabe duda de que el entorno ha cambiado un poco.
De estar apoyado en las balaustrada, como llamábamos al lugar, y ver una
panorámica estupenda de toda la calle y de la zona baja del Valle, así como las
huertas de platanera de Francisco Torres, la casa de Melchor Escobar, calle de
Figueroa, "mi" campo de La Garrota, las cabras de Adrian, Juan, El
Caballero,..."La Mariposa", "La Cafetera", "La
Mocha",...La Casa de La Garrota, donde vivía María del Carmen "La
Perdorina" y Micaela "La Coja", con sus hijos Jesús, Santiago,
María del Carmen, Chita, ...y junto a ellas el fiel compañero de Doña María del
Carmen, Patricio "El Mudo" , ya que su marido, Juan Salazar
"Chinina", estaba más "dentro que fuera", me refiero a la
cárcel, y solo por simples delitos, que a veces ni cometía él, y al fondo, como
vigilando todo lo expuesto, y más, ese maravilloso molino de las Cuatro
Esquinas, con su precioso arco de tranquil, que era alimentado con agua que era
conducida por la canal aérea, al igual que en la calle Marqués, pero que luego
fue sustituido, al abrir la calle y conectar con Pescote, por una canal de
mampostería. La casa de Don Pedro Pérez (Pedro de "El Poyo") y Doña
Eladia Hernández, era de antigua construcción, con cubiertas de teja árabe, a
cuatro aguas, prototipo de las que en la zona existían. Tenía su vivienda de
una planta, con entrada por la calle Zacarías, piso de madera y al final
corredor o mirador hacia el Norte, con escalera de acceso a la planta baja o
semisótano con bodega, con piso de tierra, y zona de despacho, donde se comían
buenos armaderos, sobre todo de carne cabra (que mataba su sobrino Jorge, en
una pequeña y antigua casa que tenia Don Pedro en la misma calle, después de la
carretera, frente a la barbería de don Antonio Álvarez "El Tacón", con solar, donde jugábamos
al boliche y servía de "secadero" a las personas mayores que cogían
el sol de la mañana, y donde fabricó el actual edificio, su hijo Chicho que en
esos momentos estaba en Venezuela, casado con una hija de Don Pedro Cruz), con
entrada por la calle Limonero, una calle hoy muy remozada y cómoda, pero no
tanto en aquella época a los que salían de la bodega un tanto
"inestables" y tenían que bajar o subir las rampas de la calle. Tenía
la casa un patio o huerto, con un gran ciruelo (creo que se laman japonesa,
eran , cuando maduraban, amarillas grandes), debajo del cual tenían una mesa,
donde en verano jugaban al tute o al pericón José Carrillo, Pepe "el
Sordo", Chicho "Fuma", Antonio "Tacón" Hijo, Emilio
"El Cañón", Ventura "El Cagalera", Miguel Hernández, "El
Perrinche", mi hermano Vicente "Vital", etc., más menos los
mismos que jugaban también, los lunes en casa de Domingo González "El
Cruzantero" . Por debajo del patio o huerto había una serventía que desde
la calle Limonero llegaba a las traseras de la casa de Don Ignacio "El
Cubano", un caballero en todos los sentidos, con su presencia impecable de
metre y su hija Mercedes, conocida por nosotros por "La Cubana" . No
quiero seguir hasta la calle Nueva porque sería muy pesado estar enumerando y
plasmando las características de casas y personajes. Los que jugábamos en el
campo La Garrota teníamos mucho cuidado que la pelota no cayera en al patio y
sobre el ciruelo, porque entonces adiós pelota. Don Pedro y Doña Eladia,
estupendas personas, tuvieron cinco varones: Nilo, Chico, Imeldo, Tomás,
Juanito, y una sola hembra: Esther. Todos
fantásticos hijos, emprendedores, casi todos, menos Juanito, emigraron a
Venezuela. Imeldo, me acuerdo cuando en la Escuela de La Alhóndiga o Escuela de
Niños y Niñas nº 1 de San Juan, como oficialmente se le llamaba, verlo
prepararse para entrar en la Escuela Náutica, con Don Francisco Pérez Saavedra,
mi gran maestro, y el de muchos de nuestra época, llegando a ser el Capitán de
Marina Mercante más joven de España Luego dejo lo de marino y fue a Venezuela a
dar con sus hermanos. El que era de la edad mia y solo nos llevábamos un mes
era Tomás, y Juanito (Juan Manuel), el menor, gran estudiante, estudio
Ingeniería en Madrid. En fin, muchos recuerdos nos trasladan a aquella época, donde
muchos personajes, que sería imposible enumerar y hacer una simple síntesis de
ellos: vecinos, vivencias con ellos, pero sobre todo de mis amigos de infancias
y juegos, entre La Garrota y Plaza de San Juan…”
MI amiga de la
Villa de La Orotava; MARÍA LUZ RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, esposa de mi compañero de
pupitre en el colegio de San Isidro de la Villa de La Orotava; MEDARDO DÍAZ GONZÁLEZ, remitió entonces (2012)
estas notas: “…La Garrota, lo conozco
bien , en esa chabola, vivía una familia, allí llevaba sus cabras Adrián el
cabrero, las ordeñaba y vendía la leche, incluso recuerdo que se instalo allí
un circo , al que me llevaron de pequeña, alguna vez también me escapé con las
amigas a correr y jugar como locas…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario