He leído en la revista "SELECCIONES CANARIAS" un
artículo del recordado periodista orotavense Almadi (Álvaro Martín Díaz), en el
que expone un panorama critico del estudio musical en la actualidad, los
cambios producidos en la música indudablemente involucrada con el Mundo
comercial y mercantilista de hoy. ÁLVARO MARTÍN DÍAZ "ALMADI" nació
en La Orotava en 1919. Escritor autodidacta, fue el pregonero de
tantas cosas sencillas y humildes, tanto desde su "Balcón sobre la
Isla" en la Tarde, como luego en su "BALCONCITO", de El
Día, que constituyeron miradores abiertos y entrañables de la isla. Era también
familiar y sonora voz desde las páginas radiofónicas de Radio Club y R.N.E.
Sentía predilección por Anaga (TAGANANA en especial), por La
Orotava su patria chica, y por Venezuela, lo que plasmó en un libro. Y por
la música, lo que un día llevó a "juntar" papeles verdes para
levantar el monumento de Teobaldo Power. Ultimo romántico de la isla.
DECÍA ALMADI: “…que siglos enteros de invención no hacen otra
cosa que abrir más campos y más dilatados a la creación futura. La
Lección imborrable de los genios de ayer es un estímulo, un acicate para
el compositor de hoy. Y hoy - aunque no lo creamos hasta que se mueran- también
hay genios de la música. Grandes creadores y grandes maestros. Pero
paralelamente a esta afirmación de la inextinguible llama creadora ha de
consignarse lo que en arte es axiomático: no se puede ignorar el ayer. Toda
tendencia a eludir la responsabilidad de un estudio profundo de los que
precedieron, es absurda. Y creo porque alguna experiencia concreta me asiste-
que siempre estará dictada por un interés comercial. Supongo que extrañará esa
palabra -"comercial"- en un artículo sobre la música. Sin embargo, en
el mundo de hoy no están lejos el arte del comercio, ni la crónica de arte del
anuncio propagandístico. El Mundo evoluciona, y vender un piano, por ejemplo,
que es una función estrictamente comercial, puede ser una operación que
requiera, digamos, propagar por ahí que la música es un adorno social muy
propio para señorita casaderas. En cierta ciudad americana funciona una
academia de música cuyo lema es insultante: "No hay cultura sin cultura
musical". Ni tanto, ni tan poco. Lo que pasa es que se cuenta con unas
gentes cuya única ambición es seguir la corriente a lo nuevo, sea como sea. Y
lo nuevo, en el caso de esa ciudad, no es una cruzada de apostolado para
enseñar música al que no sabe, sino el establecimiento de esa academia (con sus
métodos "racionales" que repudian la enseñanza clásica y propagan
absurdos sistemas como el de "tocar por fantasía"), o la apertura de
un almacén de instrumentos musicales. Hemos leídos artículos (en revistas de
propaganda comercial-musical, naturalmente) en los que se dice: "Debe
vigilarse la clase de profesor que Vd. ha de escoger para su hijo". Y
seguidamente (no copio, sólo recojo la intención): "Si un profesor somete
a su hijo a un trabajo de ejercicios de escalas, etc.!Es un mal profesor Escoja
Vd. uno (termina el comerciante) que desde el primer momento estimule en su
niño la fantasía; que el niño toque lo que le guste. He presenciado
"acontecimientos" musicales en los que los discípulos de la profesora
X daban un "concierto" en esta o aquella residencia. Los niños no
sabían solfeo porque "la profesora dice que no hace falta". Y
ejecutaban, por ejemplo, un vals de Brahms (el vals en la bemol) trasladado a
la tonalidad de do mayor y reducido al simple enunciado de la melodía con la
mano derecha y aun acompañamiento chabacano con la izquierda. No quiere decir
que esto sea el común denominador de los sistemas de enseñanza. Es, felizmente,
un foco infeccioso que no tiene trascendencia oficial. Pero llevando a las
revistas, el asunto nos obliga a una más seria meditación. Porque en cuanto
respeta a las ambiciones artísticas de los hombres, la letra impresa puede
hacer mucho bien. Pero es preciso saber distinguir y no tomar como verdad
irrebatible todo aquello que en revistas o periódicos sorprendemos. La verdad
es sólo una: el camino emprendido. Y ha de partirse de un punto al empezar la
marcha: un severo aprendizaje. De ese modo podrá conocerse todo lo que se hizo
y cómo se hizo. Entonces el hombre estará apto para crear…”
Así vio la música el inolvidable ALMADI, esto se lo imaginó hace 50 años y
no difiere de lo actual, él era un amante de la música, en su infancia y
adolescencia estudió solfeo con el maestro Calamita en la academia de la
centenaria Banda orotavense.
La música la compartió con el periodismo, realizando una labor
extraordinaria, exaltando a las Islas Canarias en su BALCONCITO. Sus visitas
a La Orotava, las realizaba para participar con la "Capilla de Santa
Cecilia" que dirigía el maestro Sosa, en la Semana Santa y en
las Fiestas Patronales del Corpus y San Isidro. De su faceta
radiofónica sobresalen sus programas sobre las islas y su etapa como director
de Radio Club Tenerife, cargo que también ocupó en Radio San Pedro, emisora
germen de la COPE en la isla, y junto a renombrados periodistas
tinerfeños, como Ernesto Salcedo, Luís Álvarez Cruz y Arturo Rodríguez Martín
fue uno de los fundadores de Radio Nacional de España en Canarias. Publicó
diversos libros, como “El Secreto de la Isla”, “La Isla que va y
viene” y “Crónicas de la Isla de San Borondón”. Asimismo, participó
activamente en el Carnaval Tinerfeño como director de Los Fregolinos y Los
Románticos. La Corporación Municipal por unanimidad acordó dedicarle
una calle como reconocimiento a un hijo ilustre, que será la circunvalación del
nuevo Instituto Rafael AROZARENA en Lercaro.
Su hijo el periodista ENRIQUE MARTÍN BRAUN, le dedica un artículo en
el matutino El Día titulado; “LOS MENCEYES Y ALMADI”; “…Cuando el tema de
la unión de las dos más importantes ciudades de la isla de Tenerife aún no
estimulaba ninguna de las tertulias de moda, un escritor y periodista, a
principios de la década de los cincuenta del siglo pasado, nacido en La
Orotava (hace poco se le concedió en La Villa el nombre de una
calle), pero afincado desde los catorce años en El Chicharro (también aquí una
vía lleva su nombre), comenzó a escribir una serie de artículos que abordaban
un sueño futurista. Álvaro Martín Díaz, "Almadi", recorría la
Isla y, luego, contaba sus caminatas en las columnas de “La Tarde” y aquí
mismas, en EL DÍA. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que
"Almadi" fue uno de los más importantes narradores costumbristas de
la historia del periodismo canario. Su colección sobre "Anaga" (donde
igualmente dedicaron su nombre a un mirador) es de un lirismo difícilmente
igualado por otros escritores de su tiempo. Su imaginación le llevó, después de
pasear infinidad de veces por la carretera vieja de Santa Cruz a La
Laguna, a representar ante sus ojos una gran avenida, con muchas calzadas,
amplias aceras, luces a uno y otro lado que atenuaran aquellas oscuridades...
"Almadi" vio, en realidad, una sola calle de una misma ciudad.
Aquella gran calle imaginada y convertida en avenida tendría, incluso, un
nombre también soñado en aquel paseo de una tarde cualquiera de principios de
los cincuenta: la Avenida de Los Menceyes. Igualmente, su imaginación lo
llevó muy lejos, justo hasta nuestros días, y llegó al convencimiento de que un
tranvía (atiendan desde cuándo viene la idea), sería un medio eficaz para la
unión (nunca la fusión) de las ciudades.
Los sueños de los poetas y escritores no suelen acabar
en los despachos técnicos en forma de proyectos. Pero aquellos sí. Se redactó
uno que figuraba en la Oficina Técnica Municipal de La Laguna.
Pero el sueño del escritor lo transformó el esplendoroso régimen
franquista en un sueño político. Aquello de "Los Menceyes" tenía
connotaciones independentistas y el proyecto quedó bien guardado en una de las carpetas
vergonzosas de la época. Tuvo que llegar el mes de julio de 1990, para que el
pleno del Ayuntamiento de La Laguna sacara a la luz la polvorienta
carpeta y aprobara el sueño de "Almadi". El pleno, presidido por el
admirado músico, folklorista, investigador, abogado, periodista, político y
amigo, Elfidio Alonso, declaró de urgencia la expropiación de los terrenos y
edificaciones afectados por el proyecto de la avenida de Los Menceyes. La
primera fase iba desde la Cruz de Piedra hasta el Instituto de Astrofísica
de Canarias. Han pasado quince años y se ha llegado a la total terminación de
la avenida, a falta de algunos remates y una rotonda a la altura de la curva de
Gracia que hará más fluido el tráfico. La alcaldesa actual, en la inauguración
de hace unas semanas, no comunicó ni invitó al grupo socialista lagunero. Y fue
una desmemoriada (es una expresión menos dura), al no citar la imaginación de
un escritor, poeta y periodista, Álvaro Martín Díaz, "Almadi"; la
trascendental decisión política de su antecesor, Elfidio Alonso, y el
consentimiento y aguante de todos los vecinos. Una formidable mezcla para que,
cada vez más cerca, La Laguna y Santa Cruz puedan darse la mano a
través de la avenida de los Menceyes. Los olvidos de la alcaldesa encajan muy
bien con su carácter, demostrado en la suspensión de un pleno transmitido por
una emisora de radio. Una actitud prepotente mandó callar a todos y demostró
sus conocimientos de la democracia. Pero no se preocupe la señora alcaldesa,
pues no sólo a ella es aplicable lo de "es de bien nacidos...". Hay
otras personas por ahí que cobran la jubilación gracias a las gestiones
realizadas por "Almadi". Y también andan en el mundo de los olvidos.
"Almadi", además de soñar, nunca olvidó a sus amigos. Sus amigos laguneros,
en otro pleno presidido por Elfidio Alonso, decidieron dedicarle una calle. La
diferencia de alcaldía es notoria…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU.
PROFESOR MERCANTIL
Fue un gran hombre,humano,cercano y mucho más, siempre lo recuerda mi madre que es su sobrina que hoy en día tiene 84 años y lo admira mucho.el la llamaba Purita.
ResponderEliminarTenemos muchos recuerdos de ti.Tenerife te rete quiere
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