Escenografía de los viejos vendedores ambulantes de pirulines y golosinas,
los cuales usaban una especie de mesas sencillas prevista de un soporte para la
venta de dichos ingredientes de la imaginación infantil de la época.
La panorámica está tomada en la plaza de España de la capital Chicharrera
Santa Cruz de Tenerife, vestuario típico de estos queridos e inolvidables vendedores
ambulantes, que se ganaban la vida, como podían, sobrecargado de la pobreza de
turno a base de llenar los bolsillos de aquellas inolvidables perras chicas,
gordas, media peseta y demás, a cambio de fabricar sus propios productos
caseros con almíbar artesanalmente. Aunque ahora es mucho más numerosa y triste
la pobreza, por la crisis y muchísimas cosa más que no abatan en este maldito
Mundo, la filosofía es diferente a la vida de los de antes.
A estos vendedores, los recuerdos en la romería de San Isidro y Santa María
de La Cabeza en la Villa de La Orotava, no solo hacían su agosto en la Plaza de
España de Santa Cruz de Tenerife, si no siempre que habían fiestas patronales o
mayores en las principales localidades del interior de la isla, estaban presenten
en ellas.
El amigo de infancia y compañero de pupitre en el colegio de La Milagrosa
de las Hermanas de La Caridad de la Villa de La Orotava, con Sor Dolores
Borges; FRANCISCO REYES SICILIA, remitió entonces (24/03/2012) estas notas: “…Te decía que el personaje
de la foto, al que todos conocíamos en Santa Cruz, lo llamábamos Mira Manolito,
porque tenía una cantinela que decía con voz aflautada: "Mira Manolito,
mira Carmita, mira Pepito.... Siempre estaba a la salida de los cines a la hora
de la matinée y vendía unos pirulines rojos con forma de hombre, parecidos a la
estatuilla de los Oscar, y unas manzanas caramelizadas igualmente rojas (ahora
que lo pienso, aquel rojo carmín debía tener un montón de colorante). Cuando
veía que todos los niños iban desfilando, solía cantar. "Mira Consuelo...
¡mira pero no compra! Te adjunto otra foto del personaje …”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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