El amigo desde la infancia de la Villa de
La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (20/04/2018)
estas notas que tituló; “DE PELÍCULA: TAMAÑO NATURAL”: “…
Las anomalías sexuales componen la base argumental de la película Tamaño natural (Berlanga, Azcona,
Piccoli y su muñeca, con el aditamento secundario de algunos actores
españoles de aquel momento, 1973). La trama discurre a través de las apetencias
de un fulano que, hastiado de su matrimonio y de prostitutas, se las entiende
con una muñeca inflable ‘ad hoc’ de tamaño natural. El filme está ambientado en
el París de los años sesenta, cuando en la Europa del Mercado Común pululaba un
millón de españolitos emigrantes.
El
protagonista, encasillado en la alta burguesía parisina, de profesión dentista,
mantiene conversaciones constantes con su ‘partenaire’, la muñeca. Hay una
frase antológica cuando le pregunta: “¿sabes la diferencia entre un tejido
celular (mujer de carne y hueso) y el poliuretano (la muñeca)? Que el
tejido celular es caprichoso y ¡siempre quiere un yate!”.
Esta
película, fabricada en tiempos de censura (1973), se estrenó en España varios
años después, cuando ya había perdido el valor y la frescura de lo inmediato.
El
final es morbosamente apoteósico: una sarta de españoles en el exilio invaden
materialmente la casa del protagonista, mancillan su habitáculo, se apoderan de
la muñeca y practican toda clase de aberraciones, instalándose en una especie
de escandaloso tablao flamenco. Este final nada feliz, es intrínsecamente una
crítica acerva a la sociedad española de aquel momento. La
muñeca terminará ‘cadáver’ flotando en el Sena, con unos planos largos de la
torre Eiffel y su entorno, acabando así un filme tan extravagante como
incomprendido cuando se estrenó en España. Y no solo en España; en Italia, los
avanzados grupos feministas llegaron a considerarla su enemiga, por su
mensaje contra la mujer, cuando en realidad es todo lo contrario. En los
EEUU se exhibió como película porno, en salas muy minoritarias.
La
procacidad del filme, culmina con la secuencia de una supuesta felación de la
muñeca a Piccoli, acompañada con la música de fondo del vals Danubio azul. De esta manera, rompe
definitivamente todos los esquemas moralizantes…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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