El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (3/04/2013)
estas notas que tituló; “JUANITO, EL ESTILETE TEMPERAMENTAL”: “… La suya era una
velocidad distinta. Que se lo pregunten a Eladio, aquel lateral zurdo del F.C.
Barcelona, que le marcó (¿le marcó?) en aquel inolvidable mediodía carnavalero
en el “Rodríguez López”, victoria del Tenerife (4-1) en un amistoso que sirvió
para terminar de convencer a los técnicos del club catalán.
Juanito hizo diabluras. Le hizo “arrojar” al defensor.
Le quebró la cintura, dirían los chicos de hoy. Le hizo sudar sangre, también.
Y es que, dotado de un prodigioso sentido de la verticalidad, reveló, en ese
partido y en muchos otros, su capacidad de desborde, su regate seco y
desbaratador de todas las vigilancias por férreas que fuesen. Semanas después,
marzo de 1972, siendo Marinus Michels entrenador del equipo blaugrana, debutaba
en San Mamés, ocupando la plaza de Carlos Rexach. En el Barcelona, llegaría a
compartir dupla atacante con José Antonio Tigre Barrios, otro tinerfeño que
triunfaría en la ciudad condal después de haberlo hecho en el Granada.
Juan Díaz Sánchez, Juanito el Vieja, sobresalía por su
rapidez y por su habilidad. Era un estilete. Desde que se incorporó al primer
equipo del Tenerife, su juego incisivo y veloz propició un estilo de
contragolpe como hasta entonces no conocía el equipo insular. Con García
Verdugo como técnico, ascendió a segunda división. Ambidextro, dotado de un
excelente toque de balón, superaba con generosidad la inevitable tendencia
individualista de este perfil de jugadores.
En las transmisiones, cada vez que recibía el balón,
el tono se elevaba automáticamente. Era como si enardeciera el juego. Le
gustaba arriesgar. De carácter díscolo, ese comportamiento a veces le perdía en
la cancha. Le gustaba encarar al rival, le apasionaba el uno contra uno, acaso
porque se sentía capaz de desbordar siempre. Algunos disgustos tuvo con los
árbitros y con Arsenio Iglesias, en el Hércules, quien no debió tragar con sus
extravagancias. Pero fuera del campo, era un tipo estupendo, fresco, dialogante,
buen compañero que se interesó siempre por la marcha de los equipos
tinerfeños.
Con el Barcelona se proclamó campeón de Liga. Después,
se marchó al Hércules, todavía en primera división. Allí no hizo buenas migas
con Iglesias, entrenador entonces del equipo alicantino. Fue traspasado a la
U.D. Salamanca, donde reverdeció laureles y se ganó al aprecio de los
aficionados, además de contar con la confianza de García Traíd y Felipe
Mesones, los dos técnicos con los que superó los cien partidos en la máxima categoría.
Regresó al Tenerife a principios de los ochenta para retirarse en segunda ‘B’.
Y hasta jugó unos meses en el Mensajero.
Juanito el Vieja no sintió entonces la tentación de
entrenar. Mantuvo, en su oficio de conductor, su carácter espontáneo, solidario
y campechano. Le agradaba rememorar su paso por los primerdivisionarios y su
capacidad para adaptarse a climas tan diferentes como el de Salamanca y
Alicante.
Desde luego, un futbolista singular que será recordado
por aquellos regates a Eladio, por su velocidad distinta, por su temperamento y
por su militancia destacada en tres equipos de primera división…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario