Una lágrima
por los muertos se evapora, una flor se marchita, una oración por su alma la
recoge Dios. A todos los que me habéis
querido os pido oraciones, que es la mejor prueba de afecto. Rindió su
último suspiro con la misma tranquilidad que si hubiera entrado en el más dulce
de los sueños. Vosotros a quien tanto he amado sobre la tierra, al rogar
por mí. Vivid siempre de manera que nos podamos ver todos en el Cielo.
Aniversario de
su fallecimiento. A YIYO, lo conocí desde pequeño, vivía con su abuelo don
Emilio el carnicero conocido por EL CANARIO en el Callejón de salida hacía el
Sur del Barrio Los Cuarto, que muchos lo conocen por el Callejón de maestro
Bruno. Apelativo que se le puso, referente a mi abuelo materno Bruno Abréu
Rodríguez que tenía su zapatería al final del mismo.
YIYO, muchos
años colaborando con la Cruz Roja Local de La Villa de La Orotava, primero de
corneta en la banda que hacía su aparición el miércoles Santo en la procesión
del Señor de la Humildad y Paciencia que se venera en la iglesia de San Agustín
del ex convento agustino de Nuestra Señora de Gracia, acompañando primero a la
desaparecida Banda Municipal de Música del maestro don José Berenguer Sánchez y
posteriormente a la Banda de Música de la Agrupación Musical Orotava. Y
Consecutivamente como conductor de ambulancias, siempre luchando con los
médicos y practicantes de la extinguida casa de Socorro de la Comunidad del
Valle, en las asistencias de los auxilios sanitarios que siempre se producían
en catástrofes en la zona norte de Tenerife.
Le mando un
cariñoso saludo, esté donde esté y una exoneración que no sea afligida por el
adiós de su vida, como escribió en el papel pautado el Italiano Puccini, por
que se te merece este descanso. Hasta siempre amigo YIYO.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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