El Parque Verde, fue durante años y en la época de esplendor del
UD. Orotava, la antesala del Estadio Municipal “Los Cuartos” de la Villa de La
Orotava, allí los aficionados de turno se refrescaban con magníficos caldos en
los intermedios, preámbulos y final de los encuentros futboleros, allí en
muchas ocasiones se reunían la Junta Directiva del UD. Orotava y se llegaron a
concretar fichajes de elites en el fútbol regional tinerfeño, también nació el
famoso decano e histórico Trofeo Estival “TEIDE” y allí los lunes fue el lugar
de tertulia de los cazadores de la Villa.
La vida del recordado bodegón
“PARQUE VERDE”, estuvo gestionada por don Aurelio González Marrero y su señora;
Encarnación Fariña Hernández, después de dejar activamente su profesión de un
gran carpintero, como muchos precedentes de la escuela de la Villa de La
Orotava.
Don Aurelio González Marrero
nació en el año 1930 y vivió parte de su vida en la Villa de Arriba, en la
calle de La Estopa, donde vivió con su familia hasta que formó la suya propia
con Encarnación Fariña Hernández, viviendo en la misma calle, allí nacieron
cuatros de sus hijos (Mari, Yaya, Luis y Pedro).
En el año 1960 se trasladó a la
calle San Andrés (anexo sur del Estadio Municipal “Los Cuartos”) donde nacieron
sus otros tres hijos (Manolo, Carmen y Tata)
D. Aurelio alternó su profesión
de carpintero con extras que hacía en el bodegón - merendero "PARQUE
VERDE" con sus dueños; Leoncio Hernández y Carmen Sánchez Rodríguez, hasta
que lo arrendó y lo regentó el mismo durante más de 25 años.
Fue uno de los artífices de las
fiestas de San Andrés, junto con don José Ernesto Villavicencio (profesor
titular de la escuela de la misma calle de San Andrés) y don Luis Marrero
(conocido por Manolo “El Tosco”). Un día decidieron comprar una imagen de San
Andrés y hacerle una capillita en la misma calle, y así fue como empezaron las
fiestas del barrio de San Andrés en honor al santo, con un pequeño ventorrillo
(una caseta cedida por algunas marcas comerciales) con castañas tostadas,
pescado salado y papas, donadas por él.
Los vecinos colaboraban con
frutas y verduras para el arco que le hacían al santo. La música la ponía Julio
(conocido por el “Rubio del pescado”) con el altavoz de su furgón.
Don Aurelio González Marrero
siempre ha sido recordado por sus vecinos por sus anécdotas, como cuando
aparecía por la calle la mañana del día de año nuevo, con su guitarra y su
sandunga y sus hijos mayores tocando y cantando, después de haber ido a cantarle
de madrugada a su hermana Manuela por el día de su santo.
También es recordado por su
buen corazón para ayudar a sus familiares y amigos desinteresadamente, a día de
hoy sus hijos se siguen enterando por boca de los propios amigos de cosas en
las que ayudó de las cuales no tenían conocimiento alguno. Y así tantas
anécdotas que incluso se podría escribir un libro con todas ellas.
Referente al aniversario del su
fallecimiento, sus hijos quieren rendirle un merecido homenaje.
Fue esclavo y muy devoto desde
niño del Cristo de la Columna del escultor sevillano Pedro Roldan y Onieva
que se venera en el templo parroquial de
San Juan Bautista en Farrobo.
Después de sufrir una trombosis
que le imposibilitaba caminar, estuvo en una silla de ruedas durante cinco
años, hasta que le repitió en marzo de 1996. Los médicos decían que era
cuestión de horas, pero siguió luchando y aguanto veintiún días.
Murió a los sesenta seis años
de edad la noche de Jueves Santo, 4 de abril del 1996 a las 20:30 cuando su
Cristo de la Columna estaba en la puerta del templo para salir, parece que
esperó para irse con quien tanta devoción le profesaba.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
Que buena biografiara, del padre de mis buenas amigas, las hermanas Gonzales Fariña, un abrazo para toda la familia
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