Como
preámbulo a nuestros trabajos cotidianos,
solíamos hacer una Tertulia mañanera en la esquina de la calle El
Calvario con García Beltrán, de prólogo a la entrada de nuestros puestos de
trabajos.
En mi
instituto de San Antonio donde ejercía de docente, entrabamos entonces a la 8
horas y diez minutos, sacaba el coche del garaje de la Sidrona y lo aparcaba
por fuera del costado sur de la plaza de Franchi Alfaro, para conversar con mi
amigo Miguel Ángel Sánchez Perera (Michel), que trabajaba entonces en los
estudios del Arquitecto orotavense Luis García Mesa, como delineante.
Tanto
era la conversación que con el tiempo se nos unió el barrendero de turno,
Domingo Hernández autor de las fotos, empleado bancario, así como Lele y otros,
hasta que llegaba el recordado Clemente Álvarez, que siempre se colocaba en la
oposición de los diálogos tertulianos,
pasándose a veces fuera de tono, hasta que se asomaba en la ventana del
viejo hostal El Suizo la recordada y entusiasta Luisa Polo, para llamarnos la
atención, que bajáramos la voces, que todos no éramos sordos.
Hablábamos
de todo (desde; la política, trabajo,
sociedad, familia hasta la personalidad “X”),
a veces me correspondía tener que hacerle contraseñas al amigo Michel, para que no nos oyeran lo de la
oposición, tanto es así que parecíamos que jugábamos una partida de pericón,
con tableta a dossier.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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