Este Belén lo construí con 16 años, en el Cuarto de la azotea de mi casa en
la calle El Calvario, aún en construcción, donde años después lo utilicé para
clases particulares a muchas generaciones, que en la actualidad bautizaron el
aula por “El Gallinero de Bruno”.
Las piedras naturales las transporté desde la entonces descampada y en zona
agrícola de “La Sidrona” con la carretilla artesanal que a titulo de préstamo
me hizo Miguel Sacramento (fallecido), socio de los suministros – ventas en la
calle El Calvario conocida por “Los Molinas”.
En las navidades del año 1967 un servidor estudiaba
sexto curso de bachiller en el colegio de San Isidro de la Orotava, acababa de
venir a vivir de nuevo a mi calle el Calvario después de vivir en la Villa
Arriba El Farrobo en casa de mi hermana Carmilla por haber vendido mi pobre
madre María la mansión familiar por problemas económicos de la mencionada calle
con el número 34, donde nací y pasé una grata infancia y primera juventud.
En aquel año se anuncia por la Orotava un concurso de
belenes, mi familia en la casa anterior por navidades, todos los años ejecutaba
un belén en el comedor o debajo de aquella encantadora escalera de madera de
estilo canario, teníamos muchas figuras que mis hermanas y un servidor
adquiríamos en las tiendas de la Villa casi todos los años. Estando viviendo en
la calle El Calvario número 46, recién construida, los cuartos de la azotea no
estaban aún terminados, los que aproveché para realizar el portal en las
navidades del año 1967, y años después lo utilicé primero como vestuario del
infantil Águila del Valle en baloncesto, la cancha estaba frente a mi casa,
allí Casiano García Torrens y un servidor teñimos con pastillas de amarillo las
camisetas que anduvieron en el vestuario del equipo, en segundo lugar para dar
clases particulares que mi alumnos casi todos funcionarios de la banca,
hostelería y de la docencia en La Formación Profesional, Bautizaron como el
aula tipo “Gallinero”, debido al equipamiento que utilicé en la ventana,
puerta, paredes y mobiliarios.
Aquel portal me salió espectacular, aunque no tuvo
premio alguno, lo construí transportando piedras desde la huerta de mi familia
cita en La Sidrona que aún ocupa el mismo lugar en la actualidad, pidiéndole
prestada la artesanal carretilla de grato recuerdo a “Los Molinas”, especial a
Miguel que entonces era el dependiente y al que le tenía mucho cariño. Los
Molinas fueron vecinos hasta el mes de agosto del año 2010, me refiero al
comercio.
Evidentemente una artesanal carretilla que se
construyó en los talleres de ebanistería de don Manuel Martín Méndez, a la que
le pusieron dos ruedas y muelles de las antiguas Vespas italianas, era una
carretilla fenomenal, pero la subida de las piedras desde la calle a la azotea
de casa, sí que me costó muchísimo trabajo y esfuerzo lo mismo que volverlas a
llevar a la mencionada huerta de La Sidrona.
Las primeras visitas al postal, eran de mis antiguas
compañeras de bachiller en el Colegio de La Milagrosa y todas repetían lo
mismo, “las piedras están muy bien colocadas y forman una montaña perfecta….”,
utilicé el material de antaño piedras y mujo para las montañas y piedritas de
cal para los caminos y arena para el fondo, polvos talcos para la nieve, y por
ultimo papel azul para el cielo y platinas para las estrellas…
Este fenómeno de postales de Belén en la actualidad ha cambiado, las figuras son espectacularmente artísticas y la decoración más típica, referente a pueblos canarios en concreto, imitando casas, monumentos e iglesias de vuestra geografía del archipiélago.
Este fenómeno de postales de Belén en la actualidad ha cambiado, las figuras son espectacularmente artísticas y la decoración más típica, referente a pueblos canarios en concreto, imitando casas, monumentos e iglesias de vuestra geografía del archipiélago.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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