El amigo desde la infancia de la Villa
de La Orotava; ÁNGEL GARCÍA GONZÁLEZ, remitió entonces (23/07/2015) estas notas
que tituló “PUCHADES”: “…Por
noticias de su hermano Jesús, compañero mío de primera comunión en La
Milagrosa, he sabido de la muerte en Venezuela de Antonio Delgado, conocido en
el ámbito futbolístico de la Villa (pues hay otro en el Realejo) por “Puchade”.
De casta le venía al galgo, pues era sobrino del Chiva Delgado, acrobático
defensa que destacó en el Orotava F.C., CD Tenerife (campeón de Canarias 1941,
42, 43), Viera, UD. Orotava (copos de nieve), CD. Norte y UD. Realejos.
A
nuestro Puchade lo conocí como terrible rival en el Infantil Orotava a las
ordenes de Chile en la temporada 1954 – 55 y cuando se enfrentó a mi equipo (el
Águila Tinerfeña entrenado por Fernando Linares) fue decisivo al arrastrar
astutamente por todo el campo a nuestro central Policarpo, dejando huecos que
aprovecharon Sánchez y Fariña para darle la vuelta al marcador y arrebatarle al
Águila el título logrado la temporada anterior.
En
noviembre de 1955 se fundó el Plus Ultra con la fusión de ambos equipos y fui
compañero de Puchades al que admiraba por su capacidad goleadora. Precisamente
fue el que me dio la alternativa al cambiarlo Chile después de hacerle dos
goles al Once Piratas en el Peñón (foto).
Lamentablemente,
esa temporada no se celebró el campeonato infantil del Valle, por unas absurdas
pretensiones del Colegio de San Isidro – Salesianos (donde estudiábamos muchos
de los participantes), que quería intervenir con un equipo. Al final disputamos
solamente partidos amistosos dentro y fuera con equipos del Puerto, Realejos,
Icod y Garachico, hasta el mes de mayo en que ocurrió la grave lesión de Bravo
frente al Numancia de Icod.
En la
temporada 1956 – 57 intervino el Plus Ultra en juveniles, quedó primero en la
zona norte y diputó el torneo de campeones. Cuando fue a disputar al Heliodoro
el partido con el invicto Atlético Tinerfeño, en la puerta nos esperaba un
señor trajeado con pinta de directivo, que preguntó por el centro delantero y
le señalamos a Puchades, que recibió una serie de instrucciones para
neutralizar al central Martínez, con el pie en plancha. Ya en el partido, a
“Puchades” se le aparece Martínez en uno de sus famosos cruces y a pesar de la
plancha, fue a parar al pasillo. Para la Villa vino “Puchades” entre dos y un
saco con doces goles.
La
temporada siguiente no la empezó emigró a Venezuela.
Precisamente
en Caracas lo vi por última vez en septiembre de 1991. Vino en su ranchera a
recogerme al hotel Tamanaco y nos fuimos a dar una vuelta, llegando hasta los
Teques, donde trabajaba como representante de una gran ferretería propiedad de
su suegro. Por el camino, a la ida y a la vuelta, paramos en varios botiquines,
donde nos mandábamos latigazos con su bebida preferida, el ron añejo Santa
Teresa.
Antes
de despedirme, ya anocheciendo, le pregun té si sabía el motivo de la segunda
juventud de tantos futbolistas veteranos del Valle, como Monago, Rivero,
Eusebio, Evelio, Agustín, etc.… que habían vuelto a triunfar en Venezuela. Y
Puchades, con la socarrona sonrisa que le caracterizaba, me contestó sin
dudarlo: el secreto está en el ron…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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