Agradecimiento
especial a su hijo y amigo desde la infancia Profesor titular de Historia de la
Universidad de La Laguna Adolfo Arbelo
que me facilitó su biografía y extraordinarias fotografías.
El nueve
de abril del 2014 fallecía Adolfo Arbelo
González en la calle Nicandro González (popularmente conocida por calle Verde),
en la misma casa- número 24- en la que había nacido en junio de 1924. Desde muy
temprana edad tras cursar estudios primarios se incorporó rápidamente al mundo
laboral, las necesidades de una familia humilde y numerosa no permitían ampliar
a otros niveles su formación académica. Por influencia de su padre se inició desde
muy joven en el oficio de carpintero-ebanista en La Orotava, trabajando con
distintos carpinterías de esta localidad y sobre todo en la carpintería de don
Isaac Valencia Pérez.
Las duras
condiciones económicas por las que atravesaba el Archipiélago canario, en los
duros tiempos de la postguerra española,
y el hecho de haber formado una familia en los años cincuenta, tras contraer
matrimonio con Dª.T. Dolores García Rodríguez, le impulsaron como a otros
muchos isleños a emigrar hacia Venezuela, donde residía una hermana y varios
cuñados. En su trayecto en barco hacia la república venezolana no dejó de
experimentar algún suceso curioso, como su visita a la isla de Cuba como
consecuencia de una avería del barco en el que viajaba, lo que le permitió ver
la entrada de Fidel Castro en La Habana. A su llegada a Venezuela rápidamente
encontró trabajo como ebanista e incluso su profesión le permitió trabajar
durante un tiempo-en 1960- en Miami. A finales de los 60 retornó a La Orotava,
y tras trabajar durante varios años como ebanista y aunque él siempre
manifestaba que lo más que le gustaba era hacer muebles, se jubiló como dueño
de un Bazar en el Puerto de La Cruz que compartió con su esposa, Dª. T. Dolores
García Rodríguez.
Su
principal afición que cultivó desde su
muy temprana juventud fue la de colombófilo; al cuidado de las palomas mensajeras dedicó
gran parte de su vida, fue socio fundador del Club Colombófilo Valle de La
Orotava y obtuvo numerosos premios e incluso un record mundial en los años
70 de vuelo marítimo desde las costas
africanas a la isla de Tenerife, de cuya hazaña se hizo eco la prensa de la
época, denominando al pichón que llevó a cabo esta gesta como “el coloso del
Atlántico”. Por otra parte, una de sus palomas fue seleccionada para la Olimpiada
Colombófila de Katovice (Polonia) celebrada en febrero de 1969, en la que
obtuvo un diploma de Honor.
Por encima
de sus actividades profesionales y de sus éxitos en el ámbito colombófilo,
siempre destacó por ser un hombre
honesto y bueno, descanse en paz.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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