A Vicente
Vivas le conozco desde la infancia, vivía en la calle Verde (Nicandro González
Borges) y siempre nos encontrábamos en la plaza de Franchi Alfaro en el colegio
de San Isidro. Su padre don Vicente Vivas (gran animador del baloncesto
orotavense, y de los carnavales) regentó una administración de lotería, papel
timbrado y sellos en la calle de la Carrera que en la actualidad administra sus
herederos.
Vicente Vivas
fue una institución en el baloncesto de la Villa de La Orotava en las décadas
de los años sesenta y setenta del siglo XX.
Él me contaba
que en aquellas inolvidables finales del trofeo de María Auxiliadora de
baloncesto que se celebraba en la cancha de Franchi Alfaro, las noches de los
24 de mayo, a continuación de la entrada de la Santa Patrona al colegio de San
Isidro, una vez exhibidos los fuegos artificiales en su honor por los Hermanos
Tostes de Los Realejos. Era evidente, llenazos de gentíos, nervios,
emoción. Para triunfar, prefería ver pasar la procesión desde la ventana
de su casa por la calle Verde, mirando hacia arriba, emocionado, preparado para
esa gran final baloncestística. Precisamente fue el mejor orgullo de su vida en
el deporte del cesto. Lástima que estos acontecimientos han pasado a ser
historia en el baloncesto orotavense.
Vicente Vivas
comenzó la práctica de este maravilloso deporte gracias a su amigo Paquito
Perdomo, recuerdo ver a los dos con un balón casi reglamentario de goma, color
encarnado que le dejaron por Reyes, tirando y adjuntado técnicas en la cancha
de Franchi Alfaro, muchas horas y muchos días.
Oficialmente
empezó a jugar en el primer equipo oficial juvenil de La Orotava, era obeso,
siempre lo había sido, pero él nunca dejó de comer, para ello inventó unos
ejercicios físicos de cubrir su cuerpo con plásticos para poder luchar contra
la difícil obesidad y jugar con potencia, equilibrio y mucha garras.
Aun siendo
juvenil, pasó con sus compañeros al CB Águila del Valle Sénior, tuvo como
primer entrenador a un señor peninsular que era funcionario interventor o
depositario del Excelentísimo Ayuntamiento de La Orotava, el cual conocía el
deporte de la canasta y lo habían fichado de entrenador del equipo
representativo de La Orotava.
Vicente una
vez me contó que con este entrenador no jugaba muchos minutos, a partir de su
marcha de La Orotava, empezó a jugar con mucha frecuencia ya como titular del
Águila del Valle hasta la temporada 1967 - 1968, que se fundó el Club
Baloncesto AA. AA. Salesianos y desapareció el Águila del Valle, continuó con
el AA. AA. Salesianos sénior como titular indiscutible.
En esa
temporada comienza a sacar los títulos de preparador provincial, regional con
el entonces seleccionador nacional Díaz Miguel y por ultimo en Madrid o en
Barcelona (no recuerdo el lugar) obtiene el titulo de preparador Nacional de
Baloncesto, el primero que se le concede a un orotavense, y en el norte de
Tenerife.
Con los
títulos de entrenador de Baloncesto, compagina deberes de técnico y de jugador
a la vez. Realizando una promoción espectacular con la cantera de La Orotava,
introduciendo nuevos métodos, entre ellos recuerdos aquellos chalecos de pesas,
que les colocaba a sus jugadores, para que cogieran velocidad y salto.
Al cumplir su
servicio militar en el acuartelamiento de Hoya Fría ficha en el CIR 15, donde
realiza una excelente campaña como jugador y entrenador. De vuelta a casa
regresa a su antiguo club, en la temporada 1971 – 1972 funda el CB.
Independiente con antiguos componentes de este club; Isidro Fuentes, Chago
Estévez y otros como Toño Martín y Leoncio Estévez. En este equipo milité como
jugador a su orden.
Vicente fue el
descubridor de techo de la Orotava; Buenaventura de la Rosa, entonces
trabajaban cerca el uno del otro. Él con su padre y Buenaventura con la firma
de Miguel Herreros. Se lo llevó a la cancha de Franchi Alfaro, días tras días,
esfuerzo tras esfuerzo y lo convirtió en un jugador valido para la práctica del
basket, medía 2 metros, enseguida el palmero Pepe Cabrera se fijó en él y se lo
llevó a los junior del Real Club Náutico de Tenerife, llegando a ser
internacional junior y jugador en la división de honor primero con el
Náutico y posterior con el Canaria Caja Rural (actual Canarias 39).
Las anécdotas
son muchísimas, entre ellas me viene a la mente, siendo un servidor entrenador
del Juvenil Orotava AA. AA. Salesiano y él del Juvenil Águila del Valle HT. AA.
AA. Salesianos, nos enfrentamos una noche de vacaciones navideñas en la pista
de Franchi Alfaro. Un servidor solo tenía cuatro jugadores para afrontar el
choque, pues el resto unos trabajaban y otros estaban de vacaciones navideñas
en sus pueblos correspondientes ya que eran alumnos internos del colegio de San
Isidro. Como pertenecíamos al mismo club, le dije que si me dejaba
disponer de mis jugadores del infantil Águila del Valle AA. AA Salesianos para
jugar el encuentro, de lo contrario que se quedara con los puntos, pues
me disponía a retirar a mi equipo por falta de jugadores y banquillo. Al
final llegamos a un acuerdo amistoso, la mistad y la honradez está siempre por
encima de todo, solo me dejó coger a uno para completar el quinteto. Me
arriesgué, y me dispuse a jugar sin banquillo, solo escogí al entonces en edad
infantil Tomás Sacramento que le jugó la fiestas al amigo Vivas, ganábamos en
la primera parte de diez puntos de diferencia. Al final solo nos pudo ganar por
un punto, ya un servidor tenía a sus cincos cargados de cuatro personales y sin
banquillo.
Vicente Vivas
con el tiempo siguió su labor como jugador y como preparador, sobre todo como
preparador, En San Agustín de Los Realejos, en el Puerto de la Cruz donde
conoció a su esposa, en La Guancha, en la Orotava en la zona de la Villa
Arriba, concretamente en el Colegio de Ramón y Cajal con el CB. Unión Valle. Y
todavía en su rostro se le nota ansia del baloncesto, pues él nació para ello,
y debería seguir en ese difícil deporte de la canasta. En la enseñanza que es
lo que a él le corresponde de verdad.
Vicente Vivas
necesita un gran homenaje de la familia baloncestística de La Villa de la La
Orotava y del deporte en general. Deseo hacer un sincero llamamiento a todos
los que de verdad hemos convividos en el deporte con este gran hombre, para que
tenga el merecido homenaje que se le merece de todo corazón.
Vicente Vivas
en el baloncesto destacaba por su agresividad, talento, constancia, empeño,
pundonor, honradez, espíritu, honestidad, disciplina, orden y sosiego. Tenía de
todo, sabía cómo se jugaba, como se atacaba, como se defendía, por lo que me
atrevo a decir que fue todo un hombre del baloncesto de su pueblo, de sus
colores, amigo Vicente se te merece todo amigo, pero todo e incluso hasta las
redes de las canastas de la recordada pista de Franchi Alfaro.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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