jueves, 22 de junio de 2017

PUERTO DE LA CRUZ. PRECISIONES SOBRE SUS ORÍGENES Y EVOLUCIÓN.



Magnifica edición sobre el estudio histórico de los orígenes del Puerto de la Cruz, realizado y trabajado por mi amigo de La Villa de La Orotava, el historiador; MANUEL RODRÍGUEZ MESA. Publicado por la Fundación Telesforo Bravo -   Juan Coello y la colaboración del Instituto de Estudios Hispánico de Canarias.
Edición que adquirí en la Librería “El Viajante”, propiedad de mi amigo orotavense; José Rodríguez Maza, en la calle El Calvario de La Villa: “…Manuel Rodríguez Mesa autor de esta publicación, ha querido saldar con ella una vieja "deuda" contraída con Telesforo Bravo que le insistió durante varios años para que la terminara y publicara. Durante el tiempo en que ocupó el cargo de conservador del Instituto de Estudios Canarios, en el que el científico portuense era el Director de la referida institución, ambos compartieron con su tenaz y destacado compañero, Leopoldo de la Rosa Olivera, la necesidad de profundizar en el conocimiento y la di­vulgación de lo acontecido en el Puerto de la Cruz, con anterioridad a 1604, entre otros motivos para dejar bien sentado que su fundación debía retrotraerse a fecha muy anterior.
Esa inquietud, continuó tomando forma en largas conversaciones mantenidas por ambos y con la erudita amiga y compañera Manuela Ma­rrero, en la sede lagunera del Instituto de Estudios Canarios, lo que dio lugar a un trabajo histórico preciso y estimulante, que permitiría a Rodríguez Mesa, tras concienzudas consultas documentales, presentar una primera comunicación, el 11 de abril de 1985, enriquecida en años posteriores, con nuevas aportaciones que parcialmente quedan recogidas en esta publicación. A lo largo de esta obra que consta de nueve capítulos
un apéndice documental con muchos escritos hasta ahora inéditos, el autor demuestra que el nacimiento de la ciudad es bastante anterior a lo que hasta ahora se había dicho.
Con este libro, Manuel Rodríguez Mesa, pretende homenajear a la memoria del sencillo sabio y naturalista tinerfeño, generoso y activo hasta su inesperado fallecimiento ocurrido en su casa del Puerto, el 7 de enero de 2002.
Este libro es el primero de los editados por La Fundación Telesforo Bravo – Juan Coello y sus patronos quieren manifestar su profunda satis­facción por este hecho así como que este honor sea compartido con el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, al que tan ligado estuvo el naturalista portuense.
Los editores consideran que este importante trabajo, contribuye de forma decisiva a arrojar luz sobre los orígenes de El Puerto de La Cruz hasta ahora retrasados en el tiempo de manera injusta. Por lo tanto, esta obra constituye también un regalo a esta ciudad y a sus gentes que po­drán constatar en él, que sus raíces son todavía más profundas de lo que hasta ahora se había defendido.
Por todo ello, queremos agradecer al autor, el esfuerzo realizado du­rante más de treinta años de concienzudos trabajos e investigaciones y su hermoso homenaje a su amigo Telesforo Bravo, Vicepresidente del Instituto de Estudios Hispánicos durante muchos años, así como razón de ser de la Fundación Telesforo Bravo - Juan Coello, y por supuesto su generosidad con ambas instituciones y con la sociedad, destinataria de esta obra.
Manuel Rodríguez Mesa, merecedor de todo reconocimiento, culmina así, una brillante trayectoria en la que ha demostrado una total fi­delidad a los hechos históricos tal y como sucedieron, sin edulcorantes, ni ropajes artificiosos; que la Historia se construye a través de las ac­ciones cotidianas de las personas anónimas y que su satisfacción por haber llegado a comprender el lugar donde nació y donde ha desarro­llado su vida personal y profesional, es más que merecida…”
Recomiendo que para hacer fe de estos hechos históricos que acaban de salir a la luz sobre los orígenes del Puerto de la Cruz, además de leer  y estudiar todos los capítulos de este interesante libro. Ojear las paginas número; 114, 115 y 116, donde encontramos la rigurosa investigación del amigo e historiador orotavense Manuel Rodríguez Mesa, que como hemos dicho empleó casi treinta años en descubrir lo que no se había prendido hasta entonces, para ello es importante  a pesar de la lectura total de la edición la data del año 1603: “… La data de 1603. Es bien conocido por haberse divulgado reiteradamente, que el Ca­bildo, en 12 de diciembre de 1603 -año en que se intensifican las gestiones para asegurar la defensa de la Isla-, decide ceder el terreno necesario para la construcción de una iglesia y plaza en el llamado lugar de "PUERTO NUEVO". Así consta en el acta de la sesión celebrada en dicha fecha, doblemente clarificadora por informar sin rodeos sobre repartos anteriores.
Presidida por el gobernador Francisco de Benavides, concurre los regidores Luis Fiesco, Cristóbal Trujillo de la Coba, Julián Lorenzo, Gaspar de Soria, Lope de Acoca, Del Hoyo, F. Arzola Vergara, Alonso de Llarena, P. Jaimes de Almonte y F. de Mesa, para discutir las condiciones en que acostumbraban a darse solares en los malpayses de Yco y de Orotaba y otras partes...  
Autorizado por el escribano mayor Cabrera de Roxas, inserta a continuación la siguiente nota marginal: q. se haga vna Yglesia e una plaza en el PUERTO DE LA OROTAVA…
El mencionado regidor habituado a cumplir, como los demás miembros del Cabildo residentes fuera de La Laguna, las misiones encomendadas por éste, procede en consecuencia. El mandato es muy concreto la redacción del acuerdo inequívoca; sin embargo, décadas más su hijo Juan Francisco de Franchi Alfaro -tesonero gestor, repetimos, decidido a lograr el privilegio de villa exenta para La Orotava y el dominio sobre su Puerto-, lo interpreta a conveniencia, coadyuvando que ya en el XVIII el estudioso de sus papeles y memoriales José de Viera y Clavijo  distinguiera a Antonio Luzardo como fundador…, por haber tenido desde 1603 -escribe-, comisión del ayuntamiento para formar la población, señalar sitios, arrifar calles y fabricar una iglesia con su plaza…”
Soy de los que opino, que el Puerto de la Cruz a raíz de conseguir Juan Francisco de Franchi Alfaro en Madrid la independencia jurídica con la ciudad de la Laguna (única ciudad tinerfeña con cabildo propio en aquella época y régimen), a través de depositar 40.000 ducados.
Esta jurisdicción incluyó toda la zona central de la isla tinerfeña del norte al sur (desde el Puerto de la Cruz, pasando por la Orotava, Las Cañadas, Chasna y Abona), pero el Puerto de la Cruz, aunque perteneció a la jurisdicción entonces recién adjudicada de la Orotava, por ser su antiguo lugar, jamás perdió la identidad que consiguió según la Data del año 1603.

BRUNO JUAN ÁLVAREZA ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL


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