Magnifica edición
sobre el estudio histórico de los orígenes del Puerto de la Cruz, realizado y
trabajado por mi amigo de La Villa de La Orotava, el historiador; MANUEL
RODRÍGUEZ MESA. Publicado por la Fundación Telesforo Bravo - Juan Coello y la colaboración del Instituto
de Estudios Hispánico de Canarias.
Edición que
adquirí en la Librería “El Viajante”, propiedad de mi amigo orotavense; José
Rodríguez Maza, en la calle El Calvario de La Villa: “…Manuel
Rodríguez Mesa autor de esta publicación, ha querido saldar con ella una vieja
"deuda" contraída con Telesforo Bravo que le insistió durante varios
años para que la terminara y publicara. Durante el tiempo en que ocupó el cargo
de conservador del Instituto de Estudios Canarios, en el que el científico portuense
era el Director de la referida institución, ambos compartieron con su tenaz y
destacado compañero, Leopoldo de la Rosa Olivera, la necesidad de profundizar
en el conocimiento y la divulgación de
lo acontecido en el Puerto de la Cruz, con anterioridad a 1604, entre otros
motivos para dejar bien sentado que su fundación debía retrotraerse a fecha muy
anterior.
Esa inquietud, continuó tomando forma en largas
conversaciones mantenidas por ambos y con la erudita amiga y compañera Manuela
Marrero, en la sede lagunera del Instituto de Estudios Canarios, lo que dio
lugar a un trabajo histórico preciso y estimulante, que permitiría a Rodríguez
Mesa, tras concienzudas consultas documentales, presentar una primera
comunicación, el 11 de abril de 1985, enriquecida en años posteriores, con
nuevas aportaciones que parcialmente quedan recogidas en esta publicación. A lo largo de esta obra que
consta de nueve capítulos
un apéndice documental
con muchos escritos hasta ahora inéditos, el autor
demuestra que el nacimiento de la ciudad es bastante anterior a lo que hasta ahora se había dicho.
Con este libro, Manuel Rodríguez Mesa, pretende
homenajear a la memoria del sencillo sabio y naturalista tinerfeño, generoso y
activo hasta su inesperado fallecimiento ocurrido en su casa del Puerto, el 7
de enero de 2002.
Este libro es el primero de los editados por La Fundación Telesforo Bravo –
Juan Coello y sus patronos
quieren manifestar su profunda satisfacción por este hecho así como que este
honor sea compartido con el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, al
que tan ligado estuvo el naturalista portuense.
Los editores consideran que este
importante trabajo, contribuye de forma decisiva a arrojar luz sobre los
orígenes de El Puerto de La Cruz hasta ahora retrasados en el tiempo de manera
injusta. Por lo tanto, esta obra constituye también un regalo a esta ciudad y a
sus gentes que podrán constatar en él, que sus raíces son todavía más
profundas de lo que hasta ahora se había defendido.
Por todo ello, queremos agradecer al
autor, el esfuerzo realizado durante más de treinta años de concienzudos
trabajos e investigaciones y su hermoso homenaje a su amigo Telesforo Bravo,
Vicepresidente del Instituto de Estudios Hispánicos durante muchos años, así
como razón de ser de la Fundación Telesforo Bravo - Juan Coello, y por supuesto
su generosidad con ambas instituciones y con la sociedad, destinataria de esta
obra.
Manuel Rodríguez Mesa, merecedor de
todo reconocimiento, culmina así, una brillante trayectoria en la que ha
demostrado una total fidelidad a los hechos históricos tal y como sucedieron,
sin edulcorantes, ni ropajes artificiosos; que la Historia se construye a
través de las acciones cotidianas de las personas anónimas y que su
satisfacción por haber llegado a comprender el lugar donde nació y donde ha
desarrollado su vida personal y profesional, es más que merecida…”
Recomiendo que para hacer fe de estos hechos históricos que acaban de
salir a la luz sobre los orígenes del Puerto de la Cruz, además de leer y estudiar todos los capítulos de este
interesante libro. Ojear las paginas número; 114, 115 y 116, donde encontramos
la rigurosa investigación del amigo e historiador orotavense Manuel Rodríguez
Mesa, que como hemos dicho empleó casi treinta años en descubrir lo que no se
había prendido hasta entonces, para ello es importante a pesar de la lectura total de la edición la
data del año 1603: “… La data de 1603. Es bien conocido por haberse divulgado
reiteradamente, que el Cabildo, en 12 de diciembre de 1603 -año en que se
intensifican las gestiones para asegurar la defensa de la Isla-, decide ceder
el terreno necesario para la construcción de una iglesia y plaza en el llamado
lugar de "PUERTO NUEVO". Así
consta en el acta de la sesión celebrada en dicha fecha, doblemente
clarificadora por informar sin rodeos sobre repartos anteriores.
Presidida por el
gobernador Francisco de Benavides, concurre los regidores Luis Fiesco,
Cristóbal Trujillo de la Coba, Julián Lorenzo,
Gaspar de Soria, Lope de Acoca, Del Hoyo, F. Arzola Vergara, Alonso de
Llarena, P. Jaimes de Almonte y F. de Mesa, para discutir las condiciones en
que acostumbraban a darse solares en
los malpayses de Yco y de Orotaba y otras partes...
Autorizado por el
escribano mayor Cabrera de Roxas, inserta a continuación la siguiente nota
marginal: q. se haga vna Yglesia e
una plaza en el PUERTO DE LA OROTAVA…
El mencionado
regidor habituado a cumplir, como los demás miembros del Cabildo residentes
fuera de La Laguna, las misiones encomendadas por éste, procede en
consecuencia. El mandato es muy concreto la
redacción del acuerdo inequívoca; sin embargo, décadas más su hijo Juan
Francisco de Franchi Alfaro -tesonero gestor, repetimos, decidido a lograr el privilegio de villa exenta para La
Orotava y el dominio sobre su Puerto-, lo interpreta a conveniencia,
coadyuvando que ya en el XVIII el estudioso de sus papeles y memoriales José de
Viera y Clavijo distinguiera a Antonio
Luzardo como fundador…, por
haber tenido desde 1603 -escribe-,
comisión del ayuntamiento para formar
la población, señalar sitios, arrifar calles y fabricar una iglesia con su
plaza…”
Soy de los que opino, que el Puerto de la Cruz a
raíz de conseguir Juan Francisco de Franchi Alfaro en Madrid la independencia
jurídica con la ciudad de la Laguna (única ciudad tinerfeña con cabildo propio
en aquella época y régimen), a través de depositar 40.000 ducados.
Esta jurisdicción incluyó toda la zona central de
la isla tinerfeña del norte al sur (desde el Puerto de la Cruz, pasando por la
Orotava, Las Cañadas, Chasna y Abona), pero el Puerto de la Cruz, aunque
perteneció a la jurisdicción entonces recién adjudicada de la Orotava, por ser
su antiguo lugar, jamás perdió la identidad que consiguió según la Data del año
1603.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZA ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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